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El cerebro de la extinción

El Cecopin coordinó los equipos que atacaron los incendios en la Isla de los últimos días l Hasta seis personas han trabajado sin descanso

La sala de pantallas del Cecopin cuenta con diversos puestos desde donde se coordina la gestión de una emergencia forestal y se contacta con los operativos que se encuentran en el terreno. tony hernández

El mediodía del pasado sábado, una llamada alertó al Centro de Coordinación Operativa Insular (Cecopin) de Gran Canaria. Un incendio se había desatado en las cumbres de la isla y avanzaba veloz y sin control. Desde ese momento, esta institución dependiente del Cabildo insular comenzó a gestionar esta emergencia, y hasta hoy continúa siendo el cerebro que articula su extinción.

Mucho se ha hablado de los héroes y las heroínas que trabajaron esta semana para extinguir los incendios que se produjeron en la Isla, pero tras ellos estuvo siempre el equipo del Cecopin, formado por hasta seis personas en los peores momentos de la emergencia quienes vigilaron y administraron a aquellas personas que combatieron los fuegos: 14 medios aéreos y más de medio millar de efectivos terrestres.

Según el coordinador del Cecopin, Pedro Betancor, el centro se encarga de "recibir la información de la emergencia y mover los medios", para contactar con otras instituciones, como la Guardia Civil, el Consorcio de Emergencias o Protección Civil, y como "enlace" entre la información que reciben desde primera línea de combate y el puesto de mando avanzado.

Todo ello, reconoce, con un alto nivel de estrés, puesto que en sus manos se encuentra el bienestar de toda la población de las zonas afectadas por el paso del fuego, así como la protección de todos los bienes materiales ya que es "prioritario" para los equipos de extinción. Una tensión que, en esta ocasión, se vio incrementada por el hecho de que hasta dos nuevos incendios se desataron mientras los equipos trabajaban en la extinción del foco principal. "Todos ellos con circunstancias similares: aproximación a viviendas y afectación a la población", agregó Betancor.

Para aplacar los nervios que se producen en un trabajo tan demandante, lo mejor es tomarse las cosas con "tranquilidad", aunque resulte tan difícil en la mayoría de emergencias a las que se enfrentan. "Aquí no cabe otra, tienes que relajarte y actuar con sangre fría", asegura el funcionario, que lleva tan solo dos años trabajando en el Cecopin, pero toda una carrera de tres décadas a sus espaldas en la gestión medioambiental y forestal de este tipo de circunstancias. Todo ese bagaje le ha enseñado que lo mejor es "respirar" antes de tomar una decisión para que esta sea acertada y no genere mayores inconvenientes de los que pretende combatir. Y comparó esta situación con la que vive un médico o un cirujano antes de practicar una operación.

Una sociedad más concienciada

Las redes sociales se han volcado esta semana para apoyar a las personas que combatieron los fuegos, algo que quizás no se vio tanto en otras emergencias de este tipo. La red también convirtió en estrellas fugaces a algunos de los efectivos que lucharon contra las llamas, como los pilotos de los hidroaviones llegados desde Málaga, que se convirtieron en todo un referente mediático. Tampoco se quedaron atrás las quejas y reivindicaciones que la sociedad reclamó a través de la ventana que suponen Twitter o Facebook.

Todo esa "presión social" también le llegó a los miembros del Cecopin y a los efectivos que combatieron los incendios. Toda esa información, todos los comentarios o las llamadas al centro coordinador son analizados por sus operadores, quienes separan el grano de la paja. "No puedes desechar ningún tipo de información que llegue por muy rara que te parezca, toda esa información ciudadana tienes que estudiarla", insistió Betancor, aunque muchas veces pueda entorpecer y ralentizar el trabajo que realizan. Sobre todo cuando la tónica habitual de la sala de pantallas, el centro neuráligco de las instalaciones, es de máxima actividad y tensión, hasta el punto de que viven en el momento de tal manera que puede suceder algo y que "a los dos minutos" ni se acuerden de ello.

Con todo, Betancor sí que tiene claro que la sociedad ha evolucionado hacia un mejor juicio con respecto al trabajo que realizan los equipos de extinción y sobre el cuidado del medio ambiente. Según dijo, "es cada vez más consciente del peligro que supone" luchar contra un incendio y, por ende, "valoran cada vez más el esfuerzo" que le supone a los equipos apagar el fuego "dentro de esa peligrosidad". Al mismo tiempo, agradeció la solidaridad que existe entre particulares y empresas para combatir las llamas y apoyar a los afectados.

Continuando con lo anterior, el coordinador del Cecopin razonó que, en un primer momento, la gente siempre se muestra "más sensible y preocupada" por las afectaciones que supone un incendio, pero que esta actitud "se va enfriando con el paso del tiempo". "En un principio, todo el mundo se muestra tremendamente consciente y sensibilizado con la situación, pero la vida va pasando y esto también va pasando a otra esfera", recalcó.

El organismo cuenta con varias instalaciones en toda la geografía insular, además de este centro coordinador, situado en las inmediaciones del Jardín Canario (Tafira). Desde ahí, se mantiene el contacto con los efectivos, tanto por vía radiofónica, como por teléfono. Además, cuenta con tres bases en los altos de San Bartolomé de Tirajana, San Mateo y Artenara, donde se encuentra también la base helitransportada, la que más pronto respondió al incendio que se desató el sábado en la zona de las Peñas.

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