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Nuevas excavaciones en el Norte

Los esclavos del 'oro blanco' de los nobles

El yacimiento del ingenio azucarero de Soleto, en Guía, saca a a luz nuevos secretos sobre las clases sociales que habitaron Gran Canaria entre los siglos XV y XVII

Los esclavos del 'oro blanco' de los nobles

Un ingenio azucarero de esclavos y nobles. El yacimiento situado entre las faldas de Anzo con la Universidad Fernando Pessoa, y el casco de Guía, saca a la luz restos de madera de una vivienda noble ligada a esta fábrica, que estuvo a pleno rendimiento entre 1492 y 1621, que permitirá descubrir nuevos detalles de la sociedad de la época. La industria del llamado 'oro blanco' de la economía de la época, atrajo un volumen elevado de mano de obra, desde esclavos africanos y aborígenes, hasta personal cualificado, generando una gran riqueza para sus propietarios de Italia, que permitió grandes inversiones posteriores durante esos siglos, a costa de esquilmar los bosques y otros recursos de los alrededores. Dentro de este "impresionante encontronazo centroeuropeo con los aborígenes", ahora representa un elemento patrimonial "de primer orden y único en el mundo".

El conjunto histórico sale a la luz a finales de 2016 en la Ladera de Soleto, la calle que conserva el nombre original más antiguo de Gran Canaria, tras cinco siglos. Precisamente, esta denominación auguraba que algo se escondía bajo esas tierras agrícolas, puesto que la zona se llama Ladera de Soleto y, Antón Soleto fue propietario de cañas en Guía a fines del siglo XV. Y también es conocida en documentos como Molinos del Ingenio y Barrio del Ingenio.

Las excavaciones realizados desde entonces por la empresa Arqueocanaria han permitido destapar los primeros tres hornos de la sala de calderas, formas azucareras en mejor estado que en el ingenio de Agaete (que es el más antiguo descubierto hasta el momento del mundo, ya que en Madeira desaparecieron todos), piezas de cobre para construir las calderas, herrajes, clavos y tejas de la estructura que cubría los hornos de las lluvias, entre mucha cerámica.

Y ha permitido descubrir la arquitectura empleada en los hornos, en la que el fuego no tocaba las calderas, sino que en medio había una piedra, que generaba el calor, en una técnica similar a la carne que se hace a la piedra.

Y, al lado de la supuesta sala de purgado, se han encontrado cientos de formas azucareras rotas en las operaciones de vaciado del azúcar ya cristalizado, conformando un vertedero muy particular. Al tener poco nivel de fragmentación, van a posibilitar su restauración.

Pero también surgen desechos de comida, vegetación para quemar, huesos, malacofauna, y alguna moneda portuguesa o ceitil acuñada en tiempos del rey Alfonso V de Portugal (1432-1481), y de los Reyes Católicos. Incluso, una casa, "que debía ser de alguien importante", según el director de la empresa, por el material empleado. La estancia con piso de madera y canalillo es una estructura de mampostería encalada tanto exterior como interior, que presenta un cauce para agua adosado por fuera y restos de maderas de unos rastreles que soportaban un piso de tablones.

Todo esto permitirá recrear la sociedad de la época. "Este ingenio se puede considerar como una de las factorías de transformación más importante de las islas por los niveles de producción, por el volumen de mano de obra empleada (asalariada y esclava), por la multiplicidad de dependencias y extensión, así como por el número de agricultores (grandes, medianos, etc.) que llevaban sus cañas a convertir en azúcar para su venta", según Barroso, quien destaca que la Isla ofrecía una amplia mano de obra barata y materia prima a unos escasos metros, en una imagen paisajística que dista mucho de la actual estampa casi árida.

De ahí que en este pequeño pueblo ligado a la fábrica se localicen hornos de pan y de tejas, y otros elementos que conformaban la gran vida a su alrededor.

El producto era exportado a los principales mercados europeos por los puertos del Juncal o de Sardina, ya que la azúcar era entonces un producto muy selecto. Y hasta la mano de obra cualificada, que luego emigraría a América a realizar el mismo trabajo.

La gran mayoría de las formas azucareras existentes en Canarias se fabricaban en Aveiro (Portugal), y en menor medida en la zona de Sevilla. De ahí la aparición de restos policromados.

La propiedad era de la familia italiana de los Riverol. Y Gran Canaria llegó a contar con 25 ingenios en su etapa de esplendor por su abundante riqueza de árboles para poder quemar el azúcar y agua, frente a los 16 de Tenerife.

La directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, Antonia Perera, resaltó ayer durante su visita que el yacimiento es "un elemento patrimonial de primer orden, que posiciona a Canarias en el mundo". Además, señala que puede aportar mucha información sobre las clases sociales, desde esclavos africanos y aborígenes hasta los responsables de la industria.

El Ejecutivo regional, que ya financia la excavación, restauración y su protección, prevé costear la siguiente campaña de trabajos, aunque señaló que la información y elementos que se recogen generan luego años de trabajo para interpretar ese material. "Este es un patrimonio excepcional, potente y único", añadió.

El alcalde de Guía, Pedro Rodríguez, señaló que los propietarios privados en los que se ha encontrado los vestigios han mostrado su disposición a que pase a manos de la sociedad, colaborando con los trabajos. Y también confía en que las instituciones sigan apoyando esta investigación que, junto al Cenobio de Valerón, suponen un conjunto de enorme relevancia histórica para el municipio.

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