Richard Díaz Aguilar, chef del restaurante La Carlota, ha ganado este domingo el I Concurso Regional de Cocina Gran Canaria Me Gusta con una receta de lubina en costra de mojo verde, arvejas y velouté de gofio. La final de la competición centró el interés de la tercera jornada de la feria gastronómica, que congregó a otro grupo de 700 visitantes para disfrutar de las exhibiciones culinarias y comprar los productos de la tierra.
Una lubina, una panceta de cerdo y un cherne. Con esos tres ingredientes principales llegaron a la final de concurso los cocineros profesionales Richard Díaz Aguilar, y Alberto Aparicio Ramos. Durante hora y media elaboraron sus platos -cinco raciones- y no se lo pusieron fácil al jurado, que finalmente se decantó por la lubina con costra de mojo verde del chef del restaurante capitalino La Carlota. La recompensa es un programa de formación por valor de 3.000 euros, que realizará de forma presencial en el Basque Culinary Center.
El segundo premio fue para Aparicio, cocinero de Embarcadero, y el tercero para el francés Auffrand, del establecimiento lanzaroteño Óleo, Tapas y Beer Garden. Los tres alcanzaron la final entre una treintena de aspirantes de todo el Archipiélago y, según los miembros del jurado, han puesto el listón muy alto para futuras ediciones.
Así lo corroboraron los televisivos Hermanos Torres, los gemelos Javier y Sergio, que presentaron el concurso para el público presente en Infecar y para los que lo siguieron a través de las redes sociales. Ambos expresaron su admiración por la Isla y por sus productos Kilómetro Cero. «Cuando vienes de la Península y pruebas las frutas y verduras de aquí, su sabor no tiene nada que ver con las que consumimos allá», comentaron.
Richard Díaz fue el primero en subir al escenario para emplatar la lubina y sus numerosos condimentos, todos ellos productos de la tierra, como las arvejas o el gofio de millo. El truco, explicó, es cocer el pescado a baja temperatura, una enseñanza de la cocina vasca que tanto admira. También reivindicó el uso de los productos locales, en su caso el guisante canario y el gofio, para favorecer la economía circular y la sostenibilidad.
El chef del Restaurante La Carlota se impone en la final a Alberto Aparicio y el conejero Julien Auffrand
En eso estuvieron de acuerdo sus dos contrincantes, que también utilizaron ingredientes isleños para mejorar sus platos. Julien Auffrand, cocinero francés arraigado en Lanzarote, presentó una panceta de cerdo de esa isla, acompañada de una hoja de col, puré de coliflor e hinojo, cebolleta y mermelada de tomate. Su fórmula ganadora es regar la panceta durante ocho o nueve horas en zumo de manzana, para que absorba su azúcar y agua, y utilizar verduras de una finca ecológica de la localidad de Tao.
Alberto Aparicio concursó con un cherne con ñoquis de batata, flor de millo, algas, mojo verde y tierra de gofio. Es un plato inspirado en el típico sancocho canario, pero en su «versión» se sustituye el pescado salado por uno fresco y se sustituye la sal por salmuera marina a base de algas.
El presidente del jurado, Joxe Mari Aizega, director general de Basque Culinary Center, dijo que a los jueces les costó «muchísimo» decidir el ganador porque «hubo mucho nivel en los tres platos». «Hemos sudado valorando los ingredientes y las habilidades de cada uno de los finalistas, ha sido un concurso muy nivelado, nos ha gustado que hayan sacado lo mejor de cada ingrediente del plato», apuntó.
El jurado lo completaron la directora de la Guía Repsol, María Ritter, el presidente de la Federación Gastronómica de Canarias, Eugenio Sánchez, y el chef Oriol Castro, que también resaltaron el alto nivel de los tres finalistas.
Lolo San Román y Spar preparan un menú sostenible de tres platos para consumir con las manos
Minerva Alonso, consejera de Industria y Comercio del Cabildo de Gran Canaria, y Raúl García Brink, coordinador de Desarrollo Económico, entregaron los premios y se congratularon del éxito de esta primera edición del concurso regional para aficionados y profesionales.
Alonso declaró que el objetivo de esta muestra es que “la ciudadanía tome conciencia y ponga en valor nuestro producto, lo consuma y se cree demanda para así generar economía en el sector primario”, mientras que García Brink destacó que durante el fin de semana se ha podido disfrutar de la gastronomía, la innovación y la presencia de chefs con estrellas Michelín que han recorrido la isla para conocer sus productos.
Exhibiciones
El chef Lolo Román y la cadena Spar Gran Canaria protagonizaron la última exhibición culinaria de este domingo, con un menú pensado para ser consumido en recipientes naturales, con el consiguiente ahorro en vajillas o en detergentes. El entrante consistió en un tartar de remolachas servido en un hueso de vaca. Como segundo plato preparó una arepas de gofio rellenas de costillas al estilo canario, regadas con un poco de mojo y unas hojas de perejil y yerbabuena.
«En todos los países tienen especialidades para comer con las manos, como arepas, bocadillos, pizzas, perros calientes, pero aquí no tenemos», relató antes de pasar al postre, una piña natural que vació para usarla como vaso y que relleno con las láminas de la propia fruta, a modo de carpaccio, y trozos flambeados en ron.
Como cada año, el puesto de Spar fue uno de los más concurridos por los visitantes, con precios reducidos que invitaron a hacer la compra de la semana de frutas y verduras. Un kilo de calabacines o de tomates a un euro animaron las ventas durante los tres días con público.
Los expositores creen que la imposibilidad de degustar los productos por la pandemia ha lastrado las ventas
Aunque el objetivo de Spar en la feria no es vender, sino dar a conocer su política de ofrecer productos cultivados en la propia isla para ayudar al sector agrícola, su director de Operaciones, Francisco Navarro, señaló que frutas como el papayo, a medio euro la unidad, se agotaron. «Pese a la pandemia y la consiguiente reducción del aforo, la feria ha estado bien ido bien y está bien organizada, confiemos que el próximo año ya la podamos celebrar con total normalidad», apuntó Navarro.
Jesús García, propietario de la fábrica de mojos y mermeladas Isla Bonita, situada en el Valle de Los Nueve de Telde, sí echó de menos la afluencia de público de años anteriores y sobre todo el hecho de que los visitantes no pudieran degustar los productos expuestos, lo que en su negocio es fundamental. «Eso nos ha lastrado, porque la gente indecisa se acaba animando a comprar después de probar aquí nuestras mermeladas», comentó.
Los puestos de los ayuntamientos no tienen la imperiosa necesidad de vender y aprovechan la feria para la promoción turística y para dar a conocer nuevos productos. Fue el caso del municipio de Agaete, representado por la tienda La Rama. Su propietario, Benjamín Sosa, incluyó una variada representación de frutas y verduras del Valle, pero también novedades como los garapiñones, las mermeladas de tuno indio o pastas de frutas.
Gran Canaria Me Gusta concluye este lunes con la cuarta edición de las jornadas profesionales Orígenes, que contará con la participación de los hermanos Torres y con diez demostraciones culinarias a cargo de una veintena de ponentes. Se abordará la innovación y la evolución en el sector agroalimentario en Gran Canaria. Esta cita ya ha completado su aforo presencial de 120 participantes.
