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Astronomía | Los nuevos observatorios

El mirón del pinar y las estrellas

Turismo convertirá tres ‘balcones’ paisajísticos de las medianías de Valleseco, Moya y Valsequillo en miradores astronómicos para descubrir el cielo durante la noche

Los nuevos miradores astronómicos contarán con paneles informativos. LP/DLP

De ser un rincón para observar la naturaleza por el día, a mirar las estrellas por las noches. El Patronato de Turismo del Cabildo de Gran Canaria convertirá los miradores paisajísticos de la Degollada de las Palomas (Valleseco), Pinos de Gáldar (Moya) y la Caldera de los Marteles (Valsequillo) en observatorios astronómicos. La Isla creará nuevos atractivos turísticos para los curiosos del mar de estrellas y las fotos estelares.

Balcones paisajísticos de la naturaleza de día, y mirador de estrellas durante la noche. Este es el proyecto que promueve el Patronato de Turismo de Gran Canaria, aprovechando unas infraestructuras existentes desde hace años.

Pero, ¿cómo se consigue? Los miradores astronómicos son lugares de interés paisajístico con unas especiales condiciones para actividades astroturísticas, que fija la Fundación StarLight. Para ello deben ser lugares accesibles, con muy baja o nula contaminación lumínica, el cielo debe estar libre de obstáculos artificiales y naturales, con la máxima visibilidad hacia los diferentes horizontes, cielos despejados y limpios durante buena parte del año. A esto se suma la colocación de paneles divulgativos, el soporte telescópico, mapas estelares permanentes y planisferios celestes, mobiliario urbano adaptado, con sillas y bancos que permitan al visitante observar el cielo semitumbado o acostado.

Las obras que ha sacado a concurso el Patronato de Turismo de Gran Canaria consisten en la adaptación de los tradicionales ‘balcones’ de la Degollada de Las Palomas, Pinos de Gáldar y la Caldera de los Marteles, en miradores astronómicos. Por lo tanto, ofreciendo nuevas miradas hacia el cielo y el paisaje, gracias a la oscuridad de la noche.

Una vez se adapten, la Isla contará de con 11 astromiradores. Los tres anteriores se inauguraron en marzo en La Aldea: la Cruz del Siglo, la Sabinilla y el Balcón. Y se ha trabajado en el mirador de Las Cañaditas (Artenara), la Degollada de las Yeguas (San Bartolomé de Tirajana), Pico de los Pozos de la Nieve (San Mateo), El Mulato (Mogán), y La Presa de Los Hornos (Tejeda).

Gran Canaria es un lugar especial para observar el cielo del Hemisferio Sur, según los expertos. Debido a su posición geográfica y altitud es visible casi un 80% del cielo austral. Constelaciones y objetos celestes invisibles desde Europa continental tienen en este lugar su mejor puesto de vigía natural. Cada año miles de aficionados llegan a Gran Canaria persiguiendo con sus cámaras y telescopios objetos celestes del lejano Sur.

«Gran Canaria tiene unos cielos nocturnos impresionantes y son reconocidos en el mundo. La Unesco ha declarado a la isla ‘Destino Starlight’, y esto certifica que se trata de un lugar privilegiado para toda las personas que quieran contemplar las estrellas, y entramos a formar partes de en un selecto club, donde también figuran Chile, Nueva Zelanda y Hawaii», señala el consejero insular de Turismo, Carlos Álamo, quien añade que «estos proyectos van a posicionar a Gran Canaria como un referente del turismo de observación de estrellas y a crear riqueza. «Ha comenzado a dinamizar la economía, especialmente en zonas rurales, creando las primeras sinergias que han permitido desarrollar nuevos proyectos empresariales en torno a esta práctica científica, o apoyándose en la misma, como reclamo».

Álamo apunta que «no solo se trata de levantar la vista al cielo, sino también investigar y reconocer la importancia e influencia que esta observación ha tenido en el aspecto cultural de los habitantes de la Isla desde los tiempos prehispánicos y que se ven reflejados, por ejemplo, en el entorno de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria».

La Caldera de los Marteles

Se encuentra a 1.528 metros de altitud en la carretera de Cazadores (GC-130), en Valsequillo. Está situado en el entorno del Espacio Natural Protegido de Los Marteles, uno de los últimos puntos activos a nivel vulcanologico de la Isla. Ofrece una imponente vista hacia el cráter de La Caldera de los Marteles, una formación con unos 80 metros de profundidad y 550 de diámetro, que es el resultado de una erupción freatomagmática bastante explosiva (al mezclarse la lava del volcán con bolsas de agua subterráneas). En el entorno, la vegetación predominante es el pino canario, la retama de cumbre y el tajinaste azul. Su orientación permite una vista limpia hacia el hemisferio Austral. El estudio previo señala que «la orientación de este mirador ofrece en primavera espectaculares vistas al Sur. Constelaciones y objetos australes difíciles de observar desde el continente europeo tiene en este lugar un especial protagonismo. A partir de abril, la silueta de Scorpius con la brillante Antares asoma tras la pared Sureste de La Caldera. Es el mejor momento para descubrir las constelaciones de Centaurus y la Cruz del Sur (Crux). Desde junio, la ‘Espina dorsal de la noche’, como así llamaba a la Vía Láctea el astrónomo Carl Sagan, comienza a dominar el celaje de Los Marteles tras la puesta de Sol. Es un gran momento para tomar fotografías nocturnas desde este lugar».

La cobertura de observación de la bóveda celeste es de un 85% libre de interferencias. También es un excelente lugar para ver las lluvias de estrellas fugaces, pequeñas partículas de polvo cometario o procedentes de asteroides, que al entrar en la atmósfera se encienden por el rozamiento, formando trazos luminosos sobre nuestras cabezas. En ocasiones se pueden observar como si fueran bolas de fuego cruzando el cielo, que son los espectaculares bólidos.

El mirador de La Caldera de los Marteles ofrece a los visitantes en noches de Plenilunio un entorno espectacular, ya que el barranco de Fataga queda iluminado y pueden distinguirse los principales accidentes orográficos».

Degollada de las Palomas

El mirador de Valleseco se emplaza a 1.620 metros de altitud (carretera GC-150), con 347 metros cuadrados de superficie construida. Este lugar ofrece una perspectiva especial de la Caldera de Tejeda, las Montañas Sagradas de Gran Canaria, el Roque Nublo al Este y el Roque Bentayga en la parte central. Y también es singular para los entusiastas del cielo y los astrofotógrafos que desean observar las puestas de Sol y el cielo nocturno. La situación geográfica permite observar todas las estrellas del Hemisferio Norte y casi un 80% del Hemisferio Sur celeste. El cielo de invierno está protagonizado por la brillante estrella Sirius, la espectacular constelación de Orión y el cúmulo abierto de las Pléyades y las Siete Hermanas en Tauro. En la época estival, la zona central de la Vía Láctea se levanta muchos grados sobre el horizonte Sur y el famoso triángulo de verano formado por las estrellas Vega, Deneb y Altair, que dominan la parte alta de la bóveda celeste. La primavera atrae otras constelaciones como Leo, Géminis, Bootes con la brillante Arcturus, y el cielo sur dominado por Virgo, Corvus y el Centauro que alberga el mayor cúmulo de estrellas visible, W Centauri. Muy cerca se encuentra la escurridiza Cruz del Sur, que no es observable desde el continente europeo, que puede vislumbrarse al completo desde la Isla cerca del horizonte Sur, entre los meses de enero y junio, y a diferentes horas. El otoño es la estación de la galaxia de Andrómeda, situada muy alta, próxima al cuadrado de Pegaso y la característica forma de ‘W’ de Cassiopeia junto a Perseus.

Pinos de Gáldar

Situado en el entorno natural de Montañón Negro, en este caso dentro del municipio de Moya (GC-21), y a 1.546 metros de altitud. Es uno de los últimos puntos activos a nivel vulcanológico. Ofrece una vista al cráter de la Caldera de Pinos de Gáldar, y es un lugar privilegiado para observar las constelaciones del Norte, con grandes vistas sobre el mar de nubes, que es frecuente gran parte del año. Las luces de Las Palmas de Gran Canaria adornan el entorno. El Mirador de los Pinos de Gáldar se encuentra recogido dentro de la modalidad de Destino Turístico Starlight. La superficie construida total es de 380,22 metros cuadrados. Y el emplazamiento pertenece a los Espacios Naturales Protegidos, del Montañón Negro y el de Las Cumbres. Todo este territorio forma parte de la Reserva de la Biosfera. Y también reúne unas cualidades singulares para mirar las estrellas, según AstroEduca.

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