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Arucas

El Puertillo bien vale tres horas en coche al día

Emeteria Macías viaja diariamente de Valsequillo a la playa de Arucas para echarse un chapuzón

El Puertillo, en Arucas (02/09/2021)

El Puertillo, en Arucas (02/09/2021) Juan Castro

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El Puertillo, en Arucas (02/09/2021) Mary Suárez Jaspe

Con bandera azul y aguas tranquilas, así es la playa de El Puertillo, a la que muchos acuden sin importar que tengan que pasar mucho tiempo en una carretera para llegar a ella. 

Tres horas diarias en coche para llegar a El Puertillo, en Arucas, no son un impedimento para visitarla de lunes a lunes. Esta playa tiene un encanto especial que atrae no solo a los vecinos del pueblo, sino a varios habitantes de la Isla. Una hora y media en carretera de ida y un trayecto similar de vuelta no es «nada» para Emeteria Macías cuando de visitar a su costa favorita se trata. Y es que lleva a esta joya aruquense en el corazón y en su mente desde muy pequeña debido a que su niñez transcurrió cerca de este litoral, y desde que tanto ella como su marido se jubilaron decidió retomar sus días playeros.

No hay un día en el que ella pierda su cita con el mar. «Prefiero venir a El Puertillo antes que a otra playa», sentencia, al tiempo que añade que ayer salió sobre las 7.30 horas de casa en compañía de su marido, que es quien se encarga de llevarla a su encuentro matutino con el océano, al que llegó a las 9.00 horas. Algo que incluso para su sobrina, María Rosa García, es «impresionante», en especial, porque a Emeteria no le importa el tiempo que necesite pasar en la carretera para disfrutar de la playa norteña. Un viaje que puede ser de media hora se triplica porque, según explica, a su pareja le gusta conducir con calma. «Nunca ha usado la quinta», resalta entre risas la sobrina de Emeteria, quien bromea sobre que no acuden al Sur porque «tardarían una semana en llegar».

«Llego por la mañana y me encuentro con mis amigas en la orilla, allí estoy un rato con ellas hasta que se marchan», relata, al tiempo que dice que le gusta llegar temprano, en primer lugar porque sus compañeras están allí desde las primeras horas de la mañana ya que después tienen que acudir a citas médicas y/o a rehabilitación y, además, prefieren la tranquilidad que les ofrece ese horario en el que no acuden tantas personas, por lo que suelen irse una vez que se empieza a llenar. Eso sí, antes de irse a Valsequillo se sienta a comer en alguno de los negocios de restauración que se encuentran en la zona, otro punto que, para ella, le hace decantarse por ir a El Puertillo y no a otro litoral.

Ayer, su estadía se alargó porque su hermana Ascensión también fue a la playa aruquense acompañada de su hija María Rosa para llevar a sus nietos, a los que les «encanta» el mar y al encontrarles allí, optó por quedarse un rato más del habitual. A diferencia de ella, Ascensión vive en Arucas pero no es fanática del océano y sólo va para complacer a los pequeños Ian, de 7 años, y Dereck, de 3. «Me gusta mucho venir a esta playa porque puedo bucear y ver a los peces», añade con ilusión el más grande de los nietos, a la vez que agrega que no entiende por qué a su abuela no le agrada.

«Mi marido conduce con calma», alega una bañista que tarda una hora y media en coche para llegar a la costa

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Las hermanas Macías revelan a su vez que la mejor playa para ir es El Puertillo porque es de arena y no de piedra, como las piscinas naturales que están cerca, y es que en una oportunidad Emeteria tuvo un percance con las rocas y desde entonces prefiere apostar por la «tranquilidad» que le ofrece este litoral, en que el oleaje tampoco es para preocuparse.

Sin embargo, Emeteria no es la única que acude desde otro municipio y es que Doris Rodríguez y su marido Manuel González desde que descubrieron la joya aruquense la hicieron su favorita. «Desde que supe que existía dejé de ir al Sur, ni a ninguna otra playa de la Isla», apostilla, a la vez que reseña que vive en el barrio capitalino de La Feria, por lo que destaca que uno de los motivos por los que la prefiere es que no coge tráfico para llegar, además de que tarda «solo diez minutos en coche». «Vengo siempre con mi marido, porque si no lo traigo no me deja venir», narra entre risas. A veces se les unen amigos y familiares como su hermana Mary Carmen, a la que también le gusta esta costa. En ocasiones aprovecha para llevar a sus nietos a nadar en las aguas de Arucas «porque es tranquila y tiene pocas olas».

A todo esto le suma que es una costa que está «siempre limpia» y una vez que entran al mar pueden observar a los «peces nadando en la orilla», una experiencia que les encanta. «También es una zona de pesca por lo que es ideal para venir a pasar el rato pescando», indica Doris, que lleva ya unos cinco años visitando El Puertillo.

En un principio iban a las piscinas naturales pero desde que se percataron de que existía esta playa decidieron sólo acudir a esta. «El agua es fresquita», resalta, es por ello que no se baña en invierno, sin embargo, en verano es ideal para ella porque pese a que no es caliente una vez que se adentra en el litoral no le «dan ganas ni de salir». Es su favorita, insiste, porque no se llena de olas ni de gente como en la playa capitalina de Las Canteras, aunque admite que durante los fines de semana la afluencia sí es mayor y por eso sólo acuden entre semana. De hecho, explica que los sábados y domingos acude tanta gente que cierran la playa una vez que agota el aforo establecido por la pandemia por coronavirus.

Pero no todo es bueno y es que lamentan que hay poco aparcamiento lo que dificulta en algunas oportunidades visitarla, al punto de que en una ocasión se encontraron con su coche trancado por otros y pasaron un «mal rato».

La «pandilla Molina», por su parte, viaja desde Gáldar a El Puertillo para disfrutar de la playa e incluso aparcan su autocaravana en la zona para dormir cerca de la costa aruquense. Natalia Molina, su esposo, hija e hijo van al litoral desde que «hace un pisco de sol» y cuando sus jornadas laborales se lo permite, pero en general, son dos veces al mes. La prefieren debido a que es «familiar y muy tranquila, sin oleajes y con arena», lo que la hace ideal para el disfrute de los más pequeños. Además, Natalia recalca que el agua es más cálida que en la playa de Los Dos Roques situada en su municipio. «Da igual la estación del año, si hay sol venimos, otra cosa es que nos bañemos», concluyó la bañista entre risas.

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Playa de El Puertillo Juan Castro

Los vecinos de la zona tampoco faltan a su cita con la joya de Arucas, como es el caso de Nélida Santana y Aurelio Henríquez, quienes acuden frecuentemente aprovechando la cercanía. «Vivimos a dos kilómetros de aquí», sonríen. Ya sea que vayan solos, con amigos o familias pero no dejan de ir porque es «cómoda». Sin embargo, tan sólo pasan dos horas bajo el sol de este litoral, eso sí, debe ser temprano en la mañana para evitar toparse con la aglomeración. «El agua es súper limpia, a excepción de hoy que han aparecido algunos peces muertos», lamenta Nélida. Ambos acuden desde que son niños y lo harán hasta que su salud se lo permita.

Antonia Vega es otra de las aruquenses que se decanta por El Puertillo a la hora de elegir donde echarse un chapuzón o tomar el sol y la razón es la misma que el resto de bañistas: la tranquilidad y lo limpia que es. Otro punto fuerte es que en esta «nueva normalidad» los visitantes son respetuosos con las distancias y eso es algo que Antonia agradece tomando en cuenta la gravedad de la pandemia que se vive ahora.

Para ella, esta costa es «un punto de encuentro» y es que su familia suele reunirse en este litoral. «Mis hijos vienen desde Vecindario o Las Palmas de Gran Canaria tan sólo para bañarse aquí ya que les gusta esta playa», asevera al tiempo que destaca que la mayor fan de El Puertillo es su nieta de once años. «Ella prefiere estar aquí en vez de ir al parque, siempre me lo dice», explica Antonia con alegría y es que tiene «toda la vida» visitando esta costa y ver que a sus nueve hijos y demás descendientes conservan esa tradición le hace ilusión.

Mari Carmen Padrón también acude acompañada de su nieta frecuentemente y por las mañanas, mientras que por las tardes se reúne en El Puertillo con sus amigas. Ella es vecina del pueblo por lo que la cercanía es un punto a su favor y explica que es ideal para los niños por lo que en verano que es cuando están de vacaciones suelen acudir muchos de los que viven en la zona. Mari Carmen tiene 38 años viviendo en el barrio y en un principio acudía a bañarse en La Fuente pero cuando sus hijos crecieron sus gustos cambiaron y ahora elige a aEl Puertillo que «suele estar más o menos fría» y no tiene piedras.

«Desde que conocí esta playa no voy ni al Sur ni a ninguna otra de la Isla», añade Doris Rodríguez

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Otra que acude acompañada de sus amigas es Carmen Medina que también es vecina del pueblo. «Me encanta, es la playa que más visito en verano», matiza al tiempo que alega que en ella consigue todo lo que necesita: «locales para comer, balneario, La Cruz Roja, una buena avenida por la cual caminar, viene gente conocida» pero lo más destacable para ella es que puede dejar su bolso en la arena sin preocuparse por la delincuencia. «Antes sólo venía gente del pueblo pero ahora vienen desde muchas partes de la Isla porque es ideal para los niños ya que es tranquila», destaca la bañista que suele visitar esta costa especialmente en verano y en otoño. «Cualquier día libre, ahora que estoy retirada vengo cada vez que quiero», concluye con regocijo. Sin duda, no importa los kilómetros cuando se trata de elegir una playa en la las virtudes superen los defectos y El Puertillo es una de esas que merece la pena.

El Puertillo es, según los bañistas, una playa ideal para que los niños se diviertan por la arena y poco oleaje. En la imagen central, una postal de la playa, a la derecha por arriba, unos menores juegan en el mar. Sobre estas líneas un miembro de Cruz Roja cuida de los bañistas. |

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