La empresa Puerto Rico S. A. comenzó ayer tarde a recolocar las hamacas y sombrillas en la playa de Puerto Rico justo cuando se cumplen siete días de que la Demarcación de Costas le obligara a retirarlas, tras dar por finalizada la concesión administrativa que mantenía desde hace 49 años para gestionar los servicios de temporada.
Desde la hasta ahora concesionaria explicaron ayer que solicitaron el permiso a Costas el pasado lunes para volver a poner las mil tumbonas y parasoles, pero ante la falta de un pronunciamiento, y a la vista de la situación de malestar que ha generado la ausencia de este mobiliario tanto entre los turistas que se acercan a la playa a disfrutar del sol como entre los empresarios de esta zona turística, ha considerado que, en este escenario de transición, que se va a alargar hasta que se saque a concurso la concesión, la única opción para que la playa Puerto Rico pueda ofrecer este servicio a los turistas es disponer de ese mobiliario de su propiedad.
Incluso la hasta ahora concesionaria señaló que al tomar esta decisión ha asumido la posible incoación de una sanción administrativa por incumplir la orden de Costas que les obliga a retirar las hamacas y sombrillas. Al mismo tiempo, se mostraron también confiados en que este departamento del Ministerio de Transición Ecológica va a ser «comprensivo» por el hecho de que con esta opción lo único que pretenden es remediar de algún manera un servicio que reclaman los turistas y que de otra forma no se sabe cuanto se puede restablecer.
Por su parte, el Ministerio de Transición Ecológica informó ayer que aunque el Ayuntamiento de Mogán ha solicitado autorización para hacerse cargo de los servicios de temporada, no va a ser posible continuar con la tramitación de esa autorización hasta que no se resuelva el recurso de la medida cautelar. Una vez resuelto, añadió, la tramitación de los servicios de temporada será rápida.
La decisión de la empresa fue bien recibida por los empresarios de esta zona turística de Mogán que volvían a poner de relieve ayer que la imagen que ofrecía estos días esta playa sin mobiliario, sin servicio de baños, duchas, ni patines, viene a ser como la «estocada final», tras el parón que han soportado en sus negocios debido a la pandemia, y los efectos de la crisis migratoria en la que muchos de los complejos de apartamentos se utilizaron para alojar a las personas que llegaban en pateras a las costas de las islas.
Uno de estos empresarios, Pablo González, que cuenta con varios negocios de restauración aseguró ayer que en esta semana que la playa no ha contado con hamacas ha visto caer en un 50% la facturacíón de estos establecimientos, lo que le ha obligado a prescindir de unos 8 trabajadores de los 48 que tiene contratados. Además, añadió que es lamentable ver a los turistas «enfadados» cuando se dan cuenta además, que no hay ni agua en los grifos para quitarse la arena de los pies». Esta situación ha generado que muchos de los que se alojan en estos días en los complejos de Mogán hayan optado por acudir a otras calas como Amadores o Playa de Mogán.
También otro de los empresarios, Pacheco Pereira, que regenta establecimientos alojativos y de restauración comentó que la supresión de servicios tan básicos en la playa de Puerto Rico supone un duro golpe para la imagen turística de esta zona, justo cuando empieza a recuperar la actividad y se repone de los altercados que provocaron algunos menores migrantes durante la pandemia. Aprovechó incluso para plantear que si la concesión la asume del Ayuntamiento de Mogán sería interesante que se iluminara toda bajada a la playa por la noche.
