Día grande en Valleseco. El municipio celebró este lunes la jornada más festiva en honor a San Vicente Ferrer, cuyos asistentes arrasaron en cuatro horas con los cerca de 2.500 huevos duros que fueron sancochados en la plaza del pueblo, en un acto que da nombre popular a estas celebraciones patronales, y en el que no faltó la sidra local. Pero también padeció una considerable merma en la participación de su tradicional feria de ganado, que tiene dos grandes justificaciones: por un lado, la reducción de las cabezas de ganado y el cierre de pequeñas granjas por su falta de rentabilidad y, por otro lado, por la gripe que sufrieron algunos animales tras la Feria Insular de Ganado de hace una semana.
Es el primer gran concurso ganadero de los municipios de la comarca norte, que abre el periodo veraniego. Y llegaba tras dos años de ausencia obligada. Lo que tenía que ser la gran fiesta de los hombres del campo se vio oscurecido por las circunstancias del colectivo. En esta ocasión participaron 150 animales de 28 ganaderos, cuando lo normal en una edición de antaño rondaba las 350 cabezas.
El encarecimiento del pienso, en contraste con el dinero que reciben por la leche, ha llevado a muchos propietarios a echar el cierre de su actividad. A esto se sumó que otros animales tuvieron que quedarse en sus establos por verse afectados por la gripe, que sufrieron por la concentración de cabezas en el Feria insular celebrado hace una semana en la Granja del Cabildo. La explicación es que no estaban acostumbradas a esta masificación, tras vivir aislados tanto tiempo. De ahí que en Valleseco llegaran menos de la mitad de lo habitual por San Vicente.
Los mejores ejemplares se repartieron, en cualquier caso, los 6.000 euros del concurso organizado por el Ayuntamiento de Valleseco, con una ayuda generalizada de 30 euros para el transporte. Los principales primeros premios fueron a parar a Isaac Reyes (primero de vaca del país), Juan Manuel del Pino (toro del país), Juan Francisco Díaz (vaca extranjera), Rosa María Medina (toro extranjero, Mario Quintana (cabra y macho), Manuel Ruiz (oveja y carnero).
Isaac Reyes vuelve a recibir un primer premio con su vaca Pajarita, de casi 700 kilos de peso
Isaac Reyes, que también fue premiado en la Feria Insular, es uno de esos ganaderos que trata de seguir adelante sin tener en cuenta que el precio del pienso se ha encarecido prácticamente el doble. Tal vez porque lo suyo es pura afición, ya que no lo tiene como su principal fuente laboral.
Se da la circunstancia de que también es de Valleseco, lo que le da un estímulo especial. Cuenta con nueve vacas, entre las grandes y las chicas. Y lleva el mundo del ganado desde que era muy pequeño, hasta que con la mayoría de edad empezó con sus dos primeras vacas propias.
Isaac tiene ahora 29 años, y sigue arrastrando por su Pajarita, el nombre de la vaca que le ha otorgado el primer precio en este concurso de su pueblo. «Es un nombre de vaca», defiende cuando se le pregunta por su singularidad.
El enorme ‘bicho’ de casi 700 kilos de peso y dos hermosos cuernos se muestra tranquilo a la espera de pasar ante las autoridades, donde Isaac recoge el diploma acreditativo del premio, que vienen acompañado de dinero, y de su botella de ron que le acompaña. «Siempre picas algo, y ahora estamos empezando a salir», añade, en alusión a la recuperación de la ruta de los concursos de ganado, que sirven para costear a las vacas, ya que la actividad comienza a ser un lujo con el precio de la leche que se paga en el mercado local.
Diez minutos al fuego en el caldero
Las previsiones, en cambio, saltaron por los aires con el reparto de huevos duros. Normalmente esta fiesta tiene lugar la noche anterior, pero en esta edición fue un atractivo extra para el día principal del acto religioso. Tito Santana sancochó 2.500 huevos, que desaparecieron en unas cuatro horas, entre tragos de sidra de Valleseco. El cocinero del barrio de Lanzarote tuvo que sacar su caja de reserva para poder atender las nuevas peticiones, y ponerlos al fuego. «Yo le doy 10 minutos».
Mientras, las autoridades presidida por el alcalde, Dámaso Arencibia, acompañaron la misa presidida por el obispo auxiliar de la diócesis de Canarias, Cristóbal Déniz. También se encontraban alcaldes de distintos municipios de la Isla, junto a otras autoridades.
La procesión estuvo también ambientada en la plaza con la tradicional feria de artesanía. Y el grupo Salvapantallas cerró la mañana con su música.
