Una cooperativa pone en marcha la primera promoción de viviendas en régimen de cesión de usos de Canarias, alejado del "modelo especulativo". El proyecto de 'cohousing' impulsado por la sociedad Ciempiés contempla la construcción en el barrio de Santidad de Arucas de entre 22 y 26 viviendas autogestionadas, que requiere una inversión global de casi cuatro millones de euros, en el que casi 40% de la propiedad es de uso compartido, y donde cada familia desembolsa 40.000 euros para convertirse en socio, además del posterior canon de mantenimiento y financiación, si bien no podrá alquilar ni vender. Los promotores esperan comenzar a vivir en sus casas a finales de 2024.
"Conseguir una comunidad alternativa que nos permita alcanzar un desarrollo pleno a nivel personal, familiar y comunitario, hasta el final de nuestros días". Este es el propósito de este colectivo, que nació como un modelo de relación intergeneracional y que ha derivado en la puesta en marcha a finales de 2019 de una cooperativa, que ahora se acaba de materializar con la compra hace unos días de los terrenos para construir un complejo residencial. Esta iniciativa alternativa funciona desde hace una década en la Península, pero es la primera que comienza a ponerse en pie en el Archipiélago en esta fase de desarrollo actual.
La presidenta de la cooperativa Ciempiés, Paqui Martín, presentó este viernes la iniciativa en Arucas, junto a la vicepresidenta, María del Mar Alonso; el tesorero, Jorge González; y el arquitecto que está trabajando en la redacción del proyecto, Ricardo García.
La cooperativa está formada por personas de entre 50 y 76 años de edad, aunque el deseo de sus componentes es que se incorporen interesados de menos edad. A su juicio, es un modelo "maravilloso para los jóvenes", aunque para ello existe un proceso de selección previo de personas afines a su modelo de convivencia, y su apuesta por una gestión "compartida, autogestionada, democrática y participativa".
Son viviendas de 60 metros cuadrados, con muchos espacios comunes, como el comedor y la lavandería
El proyecto residencial se expande sobre 3.113 metros cuadrados de superficie, en el que se construirán viviendas privadas de unos 60 metros cuadrados cada una. Uno de los aspectos diferenciadores respeto a otras propuestas privadas es que la comunidad compartirá los servicios y tendrá para ello unas amplias zonas comunes. Entre ellos, el comedor, librería, sala de estar, lavandería, cuarto de herramientas, un huerto dentro de amplias zonas ajardinadas, y en el que sus integrantes podrán hasta compartir vehículos. La previsión es que el 40% de la propiedad sea compartida por todos los residentes.
El proyecto edificatorio está por definir, si bien serán casas de madera sencillas, con materiales reciclables y de cercanía, así como de autosuficiencia energética. "Tanto para los apartamentos como para la arquitectura en general, tendremos en cuenta que el diseño esté basado en las necesidades presentes y futuras, en la gestión responsable de los recursos, en minimizar el gasto energético, en el diseño de edificios duraderos y de calidad y en el aprovechamiento de fuentes de energía renovable", señalan sobre su propuesta urbanística.
La inversión global se estima entre 3,5 y 4 millones de euros. Y contempla entre 22 y 26 viviendas, de modelos arquitectónicos "flexibles" en cada una de ellas, para atender a las distintas exigencias de los ocupantes. De momento ya se han sumado diez socios, por lo que siguen abiertos a nuevos integrantes, para lo cual también harán el martes de la semana que viene por la tarde una presentación al público en el Centro Municipal de Cultural Arucas.
La cooperativa es la propietaria y no los inquilinos
En cualquier caso, están en un proceso de selección de otros candidatos y esperan que se sumen nuevos cooperativistas, que deben desembolsar 40.000 euros en su condición de socios. A estos se suma el canon mensual posterior, para el mantenimiento y sufragar la inversión. Aunque sus representantes no tiene fijadas todavía unas cantidades definitivas, en experiencias que funcionan en comunidades como Cataluña se barajan cifras de unos 800 euros al mes.
El colectivo resalta que estas cantidades son inferiores a las que podría tener una persona que opte por una residencia de jubilados privada, ya que su intención es vivir en el lugar hasta su fallecimiento. Además, cuentan con socios colaboradores y mecenas, que también están involucrados en este modelo de convivencia. "Somos un colectivo que en el año 2018 decidimos agruparnos en la búsqueda de una alternativa al envejecimiento en soledad, reconocernos como socialmente activas, tener las mismas posibilidades de los niños, jóvenes y adultos para realizarnos como personas autónomas, con ilusión y proyectos por desarrollar", señalan en su presentación, en el que persiguen también compartir la vida y ser de apoyo en la salud.
Para comenzar a vivir a finales de 2024
Una de las características es que el socio no es dueño de la propiedad, sino que es de la cooperativa, que tendrá vida mientras permanezca el edificio. El ocupante disfruta en usufructo de por vida de la casa, gozando de la vivienda, espacios comunes y los servicios que ofrece la propia cooperativa. De ahí que no pueda alquilarla o revenderla, aunque pueden entrar sus herederos.
Ciempiés asegura que pone en marcha un proyecto de cooperativa alejado del modelo especulativo. Y su propósito es comenzar a vivir en sus nuevas casas en Santidad de Arucas a finales de 2024, ya que todavía están con la redacción del proyecto, tras adquirir nuevos terrenos hace unos días, y a la espera también el proceso administrativo.
