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Ingenio

Cuentos y brujería, al descubierto

Una ruta de las Jornadas de Turismo Sostenible desvela historias de siglos pasados en Ingenio

Diego Flores, con el parque Néstor Álamo y la palmera de Paquesito, detrás. | | M. Á. M.

Beatriz Cabeza de Vaca era una vecina de Ingenio que denunció ante la Inquisición en 1606, en la villa, que había ido a una bruja porque su marido «la reñía», es decir, la maltrataba. Los curas instaban a las mujeres que denunciasen si conocían o habían pedido los servicios de una bruja. Cabeza de Vaca también añadió ante esta institución que una esclava negra, de otra vecina, no suya, le había dado un conjuro para su esposo no continuase con los maltratos.

Después de exponer lo ocurrido y a punto de retirarse, uno de los inquisidores le preguntó si había algo más que denunciar. Entonces, ella declaró que el cura de la iglesia de nuestra señora de Candelaria de Ingenio «la había violado durante la confesión». Otras mujeres denunciaron que les había pasado lo mismo con el sacerdote durante la confesión.

El cura fue encerrado y castigado con el destierro en El Hierro. También se le prohibió que confesara a cualquier mujer.

Esta historia de una vecina de Ingenio no es inventada, en absoluto, sino que figura en el archivo de la Inquisición canaria. El compositor, periodista y escritor Néstor Álamo, quien tiene un parque con su nombre en el casco histórico de Ingenio, catalogó los documentos del archivo de la Inquisición en Canarias.

Marcelina de Tobilleja, también de Ingenio, fue denunciada en 1606 ante la citada institución por sus declaraciones en público, que provocaron un gran malestar. Ese año había una fuerte sequía y Agüimes e Ingenio acordaron que la imagen de la virgen del Rosario sería llevada a Ingenio y a la otra villa, la virgen de la Candelaria.

Gran alboroto

Pues resulta que los agüimenses llevaron una cruz, en vez de la virgen. Marcelina de Tobilleja afirmó que Agüimes «nos da lo que no quiere y a ver si nos devuelven a la Candelaria». Esta declaración causó un gran alboroto y finalmente ella no fue castigada, tras conseguir recuperar la calma entre las personas que estaban allí. La Candelaria regresó a su iglesia.

Estas historias fueron narradas por Diego Flores Sáez, coordinador de las primeras jornadas de Turismo Sostenible, promovidas por la concejalía de Turismo y el Ayuntamiento, y durante la ruta Ingenio Hechizado en el casco histórico.

Diego Flores, majorero y residente en Telde, que hizo un máster sobre Turismo Sostenible y otros cursos, es defensor de la «oralidad y de los cuentos e historias de Ingenio, entre otras, porque forman parte de nuestra cultura popular, que no tiene suficiente difusión y que hay que aspirar a que no se pierdan. También tengo un especial interés por aquellas historias pasadas relacionadas con la mujer y las personas LGTBI».

Flores Sáez también sabe más en relación a la brujería en Ingenio: «En Canarias, como en Ingenio, hubo bastante brujería. La inquisición señaló que hubo más de 300 brujas en el Archipiélago y unos 30 brujos. Iba relacionado con la esclavitud, porque muchas brujas, que eran negras, mulatas o moriscas, eran esclavas o descendientes de éstas. Y también hubo muchos esclavos en Ingenio y Agüimes porque eran comprados a los mercantes portugueses para trabajar en los ingenios y en la construcción de la iglesias», explica.

Diego Flores se documenta y aprende a través de fuentes como el archivo de la Inquisición; fuentes orales; fuentes académicas, de trabajos de académicos; y por libros como Cuentos antiguos de Gran Canaria recogidos por los niños, de Ana Cristina Herreros y María Jesús Alvarado.

Ruta gastronómica

Ingenio hechizado es la ruta gastronómica que ha realizado Diego Flores por el casco histórico de Ingenio, comenzando por el parque de Lectura del poeta Francisco Tarajano, y sus narraciones sobre las brujas en Ingenio y los cuentos del barranco de Aguatona. El guía continúa por la plaza de la Candelaria, donde hace la segunda parada, y explica cómo se realza la figura de la virgen de la Candelaria. «No hay que olvidar que entre 1.500 y 1.600 Canarias era el centro de trabajo de los piratas, y después pasaría a ser el Caribe», puntualiza.

«Había una gran fe en los milagros de la Candelaria en relación a los barcos respecto a los piratas. El corsario Francis Drake intentó asaltar Gando, después de haber sido rechazado en la capital y en Melenara, y tampoco lo consiguió gracias a los milicianos», comenta.

La tercera parada es ante el museo del agua y del azúcar, en la calle Arcediano López Cabeza, donde habla en relación a la interpretación de las estrellas y su relación con la agricultura, sus denominaciones y de cuándo se siega y se siembra. En el parque Néstor Álamo será la cuarta parada, con las narraciones sobre la inquisición.

Los cuentos de gigantes son recordados en la calle Princesa Arminda, «como el cuento de la caldera de Tirajana, siendo Tira una gigante y Jana un gigante», señala.

En la calle Nueva muestra y explica un mural sobre la bahía de Gando «y la forma de que Telde se quedó con esa bahía que era de Ingenio». Y la última parada es en la Tiendita en la calle Ramón y Cajal, con la degustación de productos locales, sobre todo de Ingenio.

«El turismo sostenible se centra: en el medio ambiente; en la economía, que el dinero se quede aquí; y en lo sociocultural, respetando y defendiendo la cultura. No debe cambiar la forma de vida de los vecinos», concluye.

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