La Aldea de San Nicolás

Las obras del nuevo hotel de La Aldea necesitan 500 trabajadores

El alojamiento contratará a otras 200 personas una vez en funcionamiento para atender sus 1.479 plazas

Una simulación del proyecto previsto en el valle de La Aldea.

Una simulación del proyecto previsto en el valle de La Aldea. / LP / DLP

Javier Bolaños

Javier Bolaños

El hotel de lujo promovido por la empresa Romertor, de Mario Romero Mur, con 1.479 plazas en La Aldea se convertirá «en un oasis» para un turismo complementario activo y de naturaleza, y será energéticamente autosuficiente. El proyecto se desarrollará sobre 174,5 hectáreas de superficie desde los pies del parque de Tamadaba hasta el yacimiento de Los Caserones y sus promotores aseguran que respetará la arquitectura popular y el entorno agrícola y natural del valle. La inversión ya se estima en 200 millones de euros, y prevé crear 500 empleos directos durante la construcción, y más de 200 empleos estables para el posterior mantenimiento de la actividad turística, agrícola y de energías renovables. El Ayuntamiento prevé con esta obra ‘estrella’ elevar la actual pésima renta económica local y reducir el paro. 

La Aldea Active & Wellness Resort fue declarado el 30 de enero de 2017 por el Gobierno de Canarias de interés estratégico para inversiones. Sin embargo, no es hasta ahora, seis años después, cuando cogerá velocidad de crucero, tras obtener los parabienes burocráticos del recién aprobado Plan Insular de Ordenación (PIO). En cualquier caso, la propia empresa estima que tardará todavía casi dos años más en trámites hasta la aprobación definitiva del expediente, según su cronograma de trabajo, ya que ahora se encuentra en una primera exposición pública, al modificarse el planeamiento general municipal vigente, que contempla una reclasificación de suelos rústicos. 

La obra prevé la construcción de un centro de turismo activo, «que ofrecerá a los visitantes la posibilidad de realizar actividades de bienestar y conocimiento del entorno natural, a partir de prácticas deportivas de diferente intensidad que no degraden ni agoten los recursos medioambientales». Se localiza en una zona deprimida y aislada, el valle de La Aldea, donde se generarían más de 500 puestos de trabajo directos en la fase de construcción y más de 200 en la fase de mantenimiento. La inversión a realizar supone un importe de aproximadamente 200 millones de euros, lo que supone 50 más de los previstos inicialmente.

El proyecto contempla el «desarrollo de un área libre con equipamiento de tipo deportivo y ambiental, con el uso complementario de un centro de turismo activo y de naturaleza». El objetivo es «poder ofrecer a los visitantes la posibilidad de realizar actividades de bienestar y conocimiento del entorno natural, a partir de prácticas deportivas de diferente intensidad, contribuyendo a la puesta en valor de los recursos naturales del entorno del territorio del Valle de la Aldea».

La empresa mantendrá una plantilla estable de 200 trabajadores cuando se inaugure

Este nuevo equipamiento se haya en una zona estratégica para restablecer la conexión entre La Aldea, la nueva vía verde (antigua GC-200) y la sierra de Tamadaba, la zona arqueológica de Los Caserones y la playa de La Aldea. Favorecerá la realización de actividades de ocio y deporte relacionadas con la naturaleza, sin perder de vista el pasado agrario de la zona. E, incluso, «poniéndola en valor mediante la conservación y rehabilitación de aquellos enclaves con valor etnográfico que salpican la zona en desarrollo. En este sentido, se favorecerá también la recuperación de antiguos usos agrarios, siempre en convivencia y armonía con la recuperación medioambiental y aumento de la biodiversidad autóctona del Valle».

El Plan Insular propone inicialmente la implantación de 1.900 plazas turísticas en La Aldea, de las que 1.479 camas las acapara esta inversión, a lo que se suman otras dos iniciativas hoteleras. 

El suelo se ordenará minimizando la transformación de la topografía y los valores de paisaje y territoriales originales del ámbito. Y se basa en la integración de las edificaciones, infraestructuras y equipamientos, potenciando un nuevo modelo turístico de alta calidad y de baja densidad integrado en un entorno agrícola y natural de gran valor ambiental. Todo ello, bajo una nueva oferta turística especializada, al incorporar actividades deportivas y de bienestar; se implementa un modelo de gestión ambiental y energético eficiente, tanto en el agua como en la utilización de fuentes de energía renovable y la reutilización de materiales; se restituyen los valores paisajísticos, la vegetación autóctona y se revitalizan los corredores naturales: barrancos, arroyos, veredas y sendas, como elementos de conexión entre las zonas humanizadas y los espacios naturales; la construcción rescata la sabiduría de la arquitectura popular y la reutilización de los materiales propios del lugar; y, a su vez, se dota a la ciudadanía y a los futuros visitantes de «un oasis de bienestar, belleza y equilibrio entre lo antropizado y el entorno natural». En definitiva, será un punto de partida al descubrimiento de los parajes menos recorridos y espectaculares de Gran Canaria.

El establecimiento desarrolla un área con equipamientos deportivos y de reserva ambiental

El Ayuntamiento de La Aldea de San Nicolás respalda este proyecto, entre otros argumentos, por el mantenimiento de la tradición, la cultura, los valores naturales autóctonos, la base económica agrícola y la necesaria diversificación económica, asumiendo turismos especializados y de calidad, y la implantación y desarrollo de infraestructuras locales relacionadas con energías renovables e infraestructuras sociales. Todo ello para lograr la sostenibilidad ambiental y socioeconómica de La Aldea. 

Y defiende que este ámbito de ordenación estratégica es una amplia extensión del territorio perteneciente al municipio, que no está en ningún ámbito de protección estratégica, aunque ha de tenerse en cuenta que está incluido en la Zona de Transición de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria.

En este sentido, la inversión abarca las grandes vegas agrícolas del valle del mismo nombre y los núcleos poblacionales que fueron surgiendo para acoger a las poblaciones atraídas por la importante producción agrícola, y que fueron asentándose en la zona.

Factores adversos como la bajada de las exportaciones agrícolas o los drásticos recortes de las inversiones públicas, junto con otros favorables, como la inminente mejora de los accesos por carretera han provocado que se fije como objetivo la diversificación de la economía en este recóndito valle del oeste insular. evitando actuaciones que pudieran ocasionar impactos paisajísticos. 

Se prestará especial atención, señala el Ayuntamiento, en la franja de borde en contacto con la variante de la GC-200 para que el equipamiento estructurante turístico a implantar se mantenga retranqueado respecto del Parque Natural de Tamadaba; se evitarán las alteraciones morfológicas en el comienzo de las estribaciones montañosas, incluida la ladera de Lomo Blanco, en torno a la Presa de don Armando, donde solo será posible actuaciones puntuales de escasa entidad estrictamente integradas con la topografía dominante; y se vigilará el trabajo en la ladera de La Punta, en el contacto con la llanura aluvial actual del Barranco de La Aldea, que debe protegerse como franja de transición y configuradora del límite sur del área libre con equipamiento y elemento definidor del paisaje.

Para proporcionar una nueva tipología de oferta turística complementaria a la actividad agrícola predominante, se definirán áreas libres estructurantes con equipamiento turístico capaces de albergar un nuevo equipamiento de ocio integrado en el medio natural y rural de las lomas de La Punta, entre el Barranco del Cañizo y la variante de la GC-200, vinculado a actividades de ocio y recreativas-deportivas, con una alta proporción de espacios libres y equipamientos que constituyen la base de una actuación compleja e integrada con la oferta de alojamiento turístico para el conjunto de la desembocadura del Barranco de La Aldea

La renta económica media más baja del Archipiélago

Y, por su relevancia económica. El municipio registra la menor riqueza per cápita con 10.109,30 euros, según la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) (datos de enero de 2020). 

Al mismo tiempo, que su ejecución beneficiaría con puestos de trabajo y un aumento de riqueza per cápita de un municipio que registra la menor renta media por habitante del Archipiélago. Se considera, por tanto, que traerá» una mejora de la calidad de vida de los habitantes de La Aldea, y una oportunidad inmejorable para conseguir que el municipio, junto con la autovía en construcción de La Aldea-Agaete, pueda conseguir una disminución del paro y mayor número de puestos de trabajo».

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La propiedad de ROMERTOR en esta área tiene una superficie de 174,5 Hectáreas. La finca se extiende por el lado sur desde el Barranco de la Aldea hasta las zonas más altas de la Tablada del Perchel al norte, solo interrumpida por la franja de terrenos destinados a vialidad general de la recién inaugurada autovía GC-2.

Una parte importante de dichos suelos, alrededor de 73,8 hectárea se encuentran dentro de la Reserva de la Biosfera del Parque Natural de Tamadaba (C-9), un sector de Parque Natural de muy alto valor ambiental.

El resto de los terrenos incluidos en la delimitación de la pieza territorial son dos fincas: una

propiedad de la familia Velázquez - Sarmiento con una superficie de unas 13,4 hectáreas, y otra finca propiedad de Luis Ortega de unas 5,7.

El grupo promotor apunta en su página web que el complejo será denominado La Aldea Active & Wellness Resort, que será en un 100% sostenible energéticamente con paneles solares y eficiencia, que dispondrá de un hotel, villas y apartamentos, y se complementar con un área de salud (wellness), una zona deportiva de 110.000 metros cuadrados, un parque solar, un área hidráulica, un espacio reservado para la agricultura de 180.000 metros cuadrados, y zonas libres

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