Meteorología

Sobrevivir a una acampada en plena ola de calor

Las altas temperaturas no impidieron a los más aventureros acampar en los Llanos de la Pez

Algunas excursiones que se realizaban el sábado tuvieron que ser suspendidas por el calor

Jornada de calor y calima en la Cumbre de Gran Canaria

Carla Gil/Juan Castro

Termómetros que superaron los 40 grados en varios rincones de la Isla, calima y una lluvia de perseidas. Esa fue la hoja de ruta que vivieron algunos de los valientes que acamparon durante este fin de semana en la cumbre de la Isla. Un calor que no sienten los turistas de la península, que acostumbrados a las altas temperaturas, Gran Canaria es, aún teniendo una ola de calor, un sitio envidiable en los meses de verano.

La ola de calor que llegó a Gran Canaria hace una semana se resiste a marcharse. Con temperaturas que superaron los 44 grados en Tasarte durante el sábado y el domingo, situándose como las más altas de España, esta semana se espera que la situación mejore. Con termómetros desbordados, las mareas rebeldes y alguna que otra prohibición al baño, han sido muchos los que han optado por pasar el puente de agosto alejados del bullicio de lo cotidiano en la zona de acampada de los Llanos de la Pez. Rodeados de amigos, familiares o simplemente conocidos, la intención de estos aventureros no era otra que disfrutar de la naturaleza, aunque un revés en el tiempo les hizo aprender a sobrevivir en una acampada en plena ola de calor.

Virginia, Brian, Nayara y Nauzet llevan desde el sábado de acampada. Alimentándose a base de bizcochos, embutidos y pan duro, aseguran que la experiencia no ha sido tan mala, a pesar de que los termómetros llegaron a marcar los 42 grados el sábado. Con la prohibición de las barbacoas debido a las altas temperaturas, la única opción era la comida envasada y refrescarse con el agua de la ducha y con el hielo, que bajaban a comprar al pueblo. "Estamos acostumbrados a hacer acampadas, y nos quedaremos aquí hasta que nos de la comida", explican. Y es que Brian, tal y como explica, es un antiplaya, motivo por el que prefiere mil veces más pasar el tiempo rodeado de naturaleza. "No soy amigo de la arena ni de la masificación, por lo que aquí estoy de lujo", confiesa.

El puente de agosto, sin embargo, ha servido a muchos para darse una escapada a la cumbre de la isla, más aún cuando en el calendario había marcada una fecha importante: la lluvia de perseidas. "Durante el viernes, sábado y domingo, esto ha estado lleno de gente para ver la lluvia de estrellas", comenta este grupo de amigos. Sin embargo, lo cierto es que ellos no consiguieron ver tan solo una.

Unas casetas más adelante, se sitúan las familias Casati Lucero y Benítez Ramírez. Los primeros, naturales de Argentina, y los segundos, de Gran Canaria. Apenados por tener que abandonar el lugar, aseguran que dentro de quince días tienen planeado volver a reservar para volver de acampada, aunque esta vez probarán otros lugares. "Es nuestra primera vez de acampada, y nos hubiera gustado que fuera diferente, porque el tema de no poder hacer asaderos nos apenó un poco", comentan los Benítez Ramírez. Con la prohibición de todos los elementos que, acompañados del calor, pudieran provocar algún mal a la cumbre de la isla, fueron muchos los que omitieron las normas y se tomaron la ley por su propio pie. "Nosotros fuimos de los pocos que cumplimos las normas, porque había gente que se trajo su propia buci para cocinar, o los que se metían en el baño para fumar", confiesan.

El tema del calor, según han afirmado, se ha podido sobrellevar, pues había zonas de la isla en las que el tiempo fue mucho peor. "Cuando llegamos a San Mateo, que las temperaturas empezaron a dispararse, nos asustamos un poco", comentan los Casati Lucero. Sin embargo, al llegar al destino descubrieron que la brisa corría y que el calor no era tan insoportable como parecía. "Igualmente quedamos en que si ya instalados, veíamos que no podíamos estar o que era insoportable, nos volveríamos, pero al final estuvimos bien". Juegos de mesa de todo tipo, charlas a corazón abierto, caminatas en medio de la naturaleza y desconexión.

Casati Lucero: "Quedamos en que si ya instalados, veíamos que no podíamos estar o que era insoportable, nos volveríamos"

Unos kilómetros más arriba, en el Pico de las Nieves, la situación era parecida. Varios turistas fotografiaban el mirador, mientras una ligera capa de calima cubría el cielo de la isla. Para los canarios, un calor inhabitual, mientras que para los que llegaban desde la península, la temperatura era perfecta. Con su gorro y sus gafas de sol, Jose Carlos García contempla uno de los rincones más fotografiados de la zona con la postal del Roque Nublo. Llegó desde Málaga hace dos días y se sorprende al enterarse de que hay presente una ola de calor. "Vengo de mi tierra a 45 grados, para nosotros esto es fresco", asegura entre risas. "En Málaga llevamos dos semanas infernales, donde incluso se me han derretido los plásticos del coche por dejarlo al sol", comenta.

Pese a que la sensación térmica de Gran Canaria es mucho más agradable que la que se siente en Andalucía, Jose Carlos tiene claro que el aumento de temperaturas es notable cada verano. Una situación a la que se une la escasez de agua en el país. "Pese al calor que sienten los canarios, esto es un paraíso. Hemos visto las playas del sur y el centro, y de momento todo nos está encantando", confirma visiblemente feliz.

Desde el puesto ubicado en el Pico de las Nieves, aseguran que con las altas temperaturas, lo que más pide la gente es bebida fría, y que aunque el calor ha apretado con fuerza durante el fin de semana, los turistas se han seguido dejando ver por la zona. Por su parte, operarios de carretera explican que las dos peores zonas son La Solana de Tejeda y Chira. "Hoy se nota que las temperaturas están bajando, y esperamos que sigan así", comentan.

María Teresa, por su parte, es guía turística de Trip Gran Canaria. Un recorrido en el que salieron de Las Palmas y la primera parada fue Bandama. Le siguió San Mateo, el Pico de Las Nieves, el mirador de antes de llegar al Roque Nublo, para bajar al parador de Tejeda y finalizar en Teror. "Este año no se ve tanto turismo, y aunque en verano los que destacan son los españoles, esta vez tengo un 50% de extranjeros que vienen de Alemania, Francia y Reino Unido mientras que la otra mitad son de nuestro país", explica. Dicha excursión, estaba prevista para el sábado, pero tal y como comenta María Teresa, la tuvieron que suspender debido al calor y la calima.

"Hoy nadie se ha quejado del calor. Aún así, yo les advertí antes de subir de que aún había alerta, aunque había bajado de nivel rojo a amarillo", confiesa. Un día en el que las temperaturas han ido bajando considerablemente, a pesar de que, por tercer día consecutivo, la isla de Gran Canaria ha vuelto a marcar la máxia temperatura del país en San Bartolomé de Tirajana con 40,5 grados.

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