Renovación turística | La situación de los centros comerciales (1)

El pionero Kasbah lleva 60 años sin reformas y requiere una demolición

El informe encargado por el Cabildo propone reconstruir el centro comercial para que recupere su prestigio en el ocio nocturno, la gastronomía y el comercio de Playa del Inglés  

Una de las fachadas del centro comercial Kasbah, en Playa del Inglés..

Una de las fachadas del centro comercial Kasbah, en Playa del Inglés.. / Juan Castro

El deterioro de los centros comerciales de Playa del Inglés y Maspalomas se ha convertido en uno de los principales problemas de las zonas turísticas del sur de la isla, hasta el punto de que los nuevos gobiernos del Cabildo de Gran Canaria y del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana han anunciado que su rehabilitación será una de las prioridades de los próximos cuatro años. 

La degradación de los edificios, el abandono de muchos locales y la inseguridad suponen un lastre para la buena imagen del destino turístico, por lo que la reforma y la modernización de esas áreas de ocio «no puede esperar más», según coinciden los responsables políticos y empresariales.   

Para ello, las administraciones ya cuentan con un informe encargado por la Consejería de Turismo del Cabildo y la Cámara de Comercio, elaborado por Antonio Garzón Beckmann, donde se detalla la historia y la situación actual de 16 centros comerciales de San Bartolomé, con propuestas para la renovación de los ocho más ruinosos. 

El primero que se analiza de forma específica es el centro comercial Kasbah, que según este estudio fue el pionero «en pleno corazón» de Playa del Inglés y se construyó a mediados de la década de 1960 con unos materiales y un diseño «tipo bazar» de aquella época. En casi 60 años no ha sido sometido nunca a una reforma integral, solo se han realizado obras parciales y parcheos. Dispone de medio centenar de locales, la mayoría destinados al ocio nocturno de copas y música, pero también  alberga restaurantes de comida rápida, comercios, salas de juego y supermercados.

«Hablar de ocio nocturno en Playa del Inglés en los años 70, 80 y 90 era hablar de la Kasbah», recuerda Garzón en su informe, pero la renovación para entrar en el siglo XXI es un quiero y no puedo.  El desaparecido empresario Juan Padrón, del grupo Jupama, propietario de varios locales, fue el primero en tomar la iniciativa y en 2011 planteó un proyecto «muy ambicioso» con la empresa pública Gesplan. 

Consistía en el derribo de todo el centro comercial y la reconstrucción con el mismo número de locales, más una gran terraza y aparcamientos subterráneos para unos 50 coches. El proyecto permitía ganar algunos metros cuadrados en los locales, al incorporar suelo del actual estacionamiento al aire libre, con una inversión que se calculó al principio en 15 millones de euros y fue aumentando hasta los 20 millones, a sufragar con créditos bancarios.  

La propuesta de Padrón, sin embargo, no salió adelante por la falta de acuerdo entre los dueños de los establecimientos, pues se necesitaba el consenso. En esas fechas se informó que más del 80% de los propietarios estaban a favor de la rehabilitación total, pero unos pocos socios la bloquearon. 

Incluso se dijo que finalmente fue un único dueño el que lo impidió, por lo que los demás solicitaron al Gobierno de Canarias la búsqueda de alguna fórmula jurídica, como un cambio en la Ley de Propiedad Horizontal, que permitiera la rehabilitación turística sin que sea necesaria la unanimidad, sino una mayoría cualificada del 75-80% de los propietarios. Se aceptó que solo se exigieran las tres quintas partes de la comunidad para emprender la reforma, pero no si incluía el derribo de los locales. 

Modernización

A finales de 2012, con la aprobación del Plan de Modernización, Mejora e Incremento de la Competitividad (PMM) de Maspalomas Costa Canaria, se presentó una nueva oportunidad para la renovación total del Kasbah, con un nuevo proyecto del estudio de arquitectos Jaraba. Proponía derribar el centro, de 11.442 metros cuadrados, y reconstruirlo en dos plantas, pasando de una edificabilidad de 5.377 metros (0,47 por metro) a 9.954 m (0,87). Incluso con la compensación del 15% al Ayuntamiento, se obtenían 3.890 metros cuadrados de nuevos aprovechamientos, aparte de dos plantas subterráneas de aparcamiento con 484 plazas.  

El propio Ayuntamiento de San Bartolomé mostró en 2014 su disposición a convertirse en inversor, pues los nuevos aprovechamientos garantizarían el retorno del dinero gastado. Sin embargo, el fallecimiento de Juan Padrón ese mismo año ya supuso un freno, pues la idea de la reforma era casi una apuesta personal suya. 

La puntilla llegó en 2016, cuando los tribunales anularon de forma definitiva ese PMM, por lo que habrá que esperar a que el Ayuntamiento redacte un nuevo plan para dar cobertura e incentivos a esas rehabilitaciones turísticas. 

El informe del Cabildo concluye que el diseño y la estructura del Kasbah hacen que una rehabilitación «pase forzosamente» por una demolición y nueva reconstrucción», una obra que superaría los 20 millones. «Sería cuestión de recuperar las bases de los proyectos de 2011 y 2014 y adaptarlos para su inclusión en un nuevo PMM. 

Y antes de la reforma material, propone definir los «conceptos asociados» al nuevo centro comercial. En un primer apartado, se plantea la recuperación de tres «conceptos perdidos»: el ocio, la restauración y el comercio.  

Ocio nocturno

La Kasbah siempre ha sido un centro de noche y durante el día apenas tiene actividad, por lo que habría que recuperar la competitividad en el ocio nocturno para todas las edades. Para los jóvenes menores de 30 años con locales como Pub Malibu Beach o ChinaWhite, para un público internacional. Para los segmentos intermedios de 30 a 60 años con lugares como el Pub Garage, pues para esas edades actualmente apenas hay oferta digna en toda Playa del Inglés. Y para mayores de 60 años, la música en vivo y los bailes en la plaza central, «actualmente uno de los únicos sitios a los que los turistas silver pueden ir, si bien es un lugar muy improvisado, sin ambiente de calidad y que no le hace bien a la imagen del destino».

Respecto a la restauración, señala que la gastronomía imperante son locales de comida rápida, a pesar de estar rodeados de complejos extrahoteleros sin pensión incluida. La zona del Kasbah tiene «enorme potencial para ser el centro gastronómico de Playa del Inglés», como se ha comprobado con la apertura en diciembre 2022 del restaurante de alta cocina Alma Gaia, en el local de la antigua discoteca La Bamba. 

Por último, respecto al comercio se sostiene que «ya pasó la época» de las tiendas de electrónica y relojes y los bazares de textiles de marcas falsificadas. «La oferta comercial moderna es diferente y, de instaurarse en este área, le ahorraría a los turistas tener que ir en transporte público a tiendas en El Tablero, Mogán, Vecindario o ya Las Palmas capital.  

La peor etapa de su historia 

«La situación actual de la Kasbah es la peor de toda su historia, habiendo cerrado muchos locales emblemáticos de ocio nocturno, ya antes de la pandemia, quedando únicamente locales destinados al ocio de una clientela local muy joven, de público de el fin de semana y habiendo migrado el poco ocio nocturno turístico ofertado a otras zonas más cercanas a la playa». Ese es el diagnóstico del informe, que como revulsivos plantea que se rediseñe como zona de parada diurna en «el corazón del núcleo» de Playa del Inglés. Entre otras ideas para captar a los turistas que se mueven desde sus alojamientos a la playa, se proponen locales de cafetería y prensa para desayunar y comprar periódicos internacionales o artículos de playa, así como mejorar los aseos públicos, un punto de encuentro para quedar con otros visitantes, aparcamientos y oferta de ocio lúdico-recreativo.

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