Diego y Tomás miran a las estrellas con su burbuja transparente

Tumbarse a mirar la estrellas dentro de una burbuja completamente transparente y con una oferta de servicios de cinco estrellas. El proyecto de los hermanos veinteañeros Diego y Tomás Betancor denominado Bubble Gran Canaria se alzó este martes con el primer premio Norte Emprende, celebrado en Gáldar en el marco de la feria empresarial Enorte, entre las nueve ideas de negocio finalistas.

«Es una experiencia de cinco estrellas». Así lo definen los dos hermanos de Tejeda, que se ganaron con su arrojo y motivación en su exposición el favor del jurado. Diego y Tomás Betancor se han formado en el mundo de las leyes y la economía, y, pese a su juventud, mostraron un enorme espíritu emprendedor.

La propuesta de los telescopios para observar el cielo contempla dos modalidades de estancia: el lujo, con todo tipo de comodidades y servicios exclusivos, incluido restaurantes de la zona y regalos de bienvenida, hasta un jacuzzi; y el estándar. «Beneficia a toda la comarca», según los hermanos, que ya viajaron a Hong Kong en busca de las burbujas. El emplazamiento final está por definir. Y está enfocado tanto a los amantes de la astronomía, como a un cliente que busque sensaciones innovadoras.

El concurso promovido por la Mancomunidad reunió a otros ocho finalistas, de las 13 propuestas de negocio presentadas.

Lana y pan artesano

Mónica Gil defendió en el Teatro Consistorial su Lanabús, que llevaría por los pueblos sus lanas y agujas, para fomentar la interrelación social al mismo tiempo que tejen y hacen ganchillo. Es un bibliobús llevado al campo de la lana, fomentando también la industria ganadera, y abierto también a talleres para escolares, colectivos vecinales y empresarios. «Es una forma de mejorar la destreza y la movilidad», añade.

Laura Díaz expuso su plan para crear un taller-centro de exposición para artesanos, que llevaría el nombre de El Postigo, en el que los artesanos podrían trabajar de cara al público y vender su creaciones de forma directa en Gáldar.

Sergio Suárez presentó su idea Realidad inmersiva monetizable, en un ejemplo de mercadotecnia para negocios y profesionales. La propuesta lleva los negocios al móvil de cliente y su idea llegó de un reportaje para La Provincia en la panadería Juncalillo, con su forma tradicional de hacer el pan. El recorrido visual del negocio tendría un coste de 395 euros.

Arteblo es la denominación que le ha dado Gustavo Ramírez a su proyecto empresarial en La Aldea para la producción de fertilizantes orgánicos mediante lombrices rojas californianas, promoviendo una agricultura sostenible. El producto se obtiene en tres meses y da salida a las heces del ganado y las podas.

Nómadas digitales

Atlantixuri lleva el sello de Patricia Hood, dirigido a crear una oferta alojativa para nómadas digitales, que fomente el consumo local y la convivencia, dentro de un ámbito laboral. La inversión inicial ronda los 250.000 euros, y estarían en Arucas, Guía y Moya.

La guiense Naiara del Pino dio a conocer Solmisueño, que promueve la cultura emprendedora en las zonas rurales del Norte, con tareas de grupo e individuales. Y puso como ejemplo de destinatario a Carmen, una mujer que busca reengancharse al mercado laboral tras cuidar a dos hijos.

Comunidad terepéutica

Beatriz Díaz está ilusionada con su comunidad terapéutica La Laurisilva, para personas con adicciones. El lugar elegido sería el abandonado albergue insular de Valleseco del mismo nombre, con capacidad para 54 plazas. Las terapias sicosociales irían asociados al trabajo de la tierra, el deporte y tareas educativas.

Por último, Obdulia Henríquez defendió on line su SmartLeaf Analytics, una consultora turística y de transformación digital.

El concurso estuvo precedido por la presentación de varios proyectos exitosos de la comarca, como la empresa de diseño digital en Agaete de Texiade Santana, la producción de cebollas de Gáldar de Carlos Moreno, y la sidra de Valleseco de Ángel Domínguez.