Entrevista | Miguel Ángel Peña Biólogo y exdirector de la Reserva Natural Especial de las Dunas de Maspalomas

Miguel Ángel Peña: «Hay que analizar si se puede recuperar arena para las dunas de Maspalomas a 15 metros de profundidad»

Miguel Á. Peña, biólogo y exdirector de las dunas de Maspalomas, ofreció la charla ‘El ecosistema de las Dunas de Maspalomas, conservación, impactos y perspectivas de futuro’, organizada por Turcón. Durante 25 años responsable de la reserva y parte del equipo redactor de su plan director, destaca la necesidad de mayor vigilancia con drones y de estudiar si se puede extraer arena perdida por el acantilado de la Punta de La Bajeta.

Miguel Ángel Peña, biólogo y exdirector de la Reserva Natural de las Dunas de Maspalomas.

Miguel Ángel Peña, biólogo y exdirector de la Reserva Natural de las Dunas de Maspalomas. / José Carlos Guerra

¿Las dunas gozan de buena salud o son un paciente en cuidados intensivos?

Las dunas son un recurso frágil y lamentablemente son un paciente que está siempre en cuidados intensivos. Tenemos que entender que son un sistema dinámico y a veces la dirección del movimiento no nos gusta porque no conviene a nuestros intereses como sociedad, pero está claro que hay un déficit de arena y que las dunas tienen menos sedimento que hace 50 años y va a tener menos aún si no se remedia. Las especies invasoras y el excesivo uso público descontrolado están haciendo un daño obvio a la reserva y eso se está tratando de frenar, pero nunca alcanzan los recursos para conseguirlo. Si tuvieran los recursos adecuados tanto de personal como de presupuesto y procedimientos, la situación podría aminorarse. En las dunas hay cosas difíciles de revertir, como el cambio climático, pero otras que se pueden frenar.

Pero es complicado.

Revertir o al menos tratar de frenar ese proceso es complicado, aunque es posible y costoso. Pero ¿cuánto valen las dunas? Es sencillo de calcular. Imagine que viene una marea negra y cubre la reserva de petróleo durante los próximos 25 años, a partir de ahí calculemos cuánto va a perder el sur de Gran Canaria por la ausencia de esas dunas: hoteles, restaurantes, discotecas o empresas de alquiler de coches. Eso es lo que valen las dunas. Si la Administración utilizase el concepto empresarial de reinvertir por ejemplo el 10% de lo que cuestan, tendríamos más dinero no solo para mantener la reserva de las dunas, sino para el mantenimiento de toda la red de espacios naturales.

Miguel Ángel Peña, biólogo y exdirector de la Reserva Natural de las Dunas de Maspalomas.

Miguel Ángel Peña, biólogo y exdirector de la Reserva Natural de las Dunas de Maspalomas. / José Carlos Guerra

¿Qué perspectivas de futuro le ve?

Vamos muy lentos, todas las administraciones: Ayuntamiento, Cabildo, Gobierno de Canarias, Costas y ciudadanía. ¿Cuántos metros cúbicos de arena se reintrodujeron el año pasado o este año antes de que se perdieran por la Punta de La Bajeta? Cero. Hace cuatro años se recuperaron 70.000 metros cúbicos, pero desde entonces no se ha vuelto a hacer. ¿Se están haciendo cosas? Por supuesto, pero no son suficientes. Si usted tiene un enfermo desangrándose en la UVI y le da una aspirina, muy bien, pero lo que debe hacerle es una transfusión.

«Con los trasvases, solo se cambia la arena de sitio, pero no resuelve la falta de material en el sistema»

¿Alguna propuesta?

Muchas. La reserva natural de Maspalomas es la única de toda Canarias y el único espacio protegido de la isla que tiene una Junta Rectora, una figura jurídica que pretende la participación de diferentes sectores sociales, desde administraciones a científicos, grupos ecologistas o empresarios turísticos y se debe potenciar la participación ciudadana. También es necesario duplicar los recursos de personal, presupuesto, procedimientos y proyectos, porque con la importancia que tiene la reserva, tiene menos personal que una concejalía de parques y jardines de un ayuntamiento. Es importante incentivar la colaboración interadministrativa, que las instituciones trabajen más y mejor a favor de la protección de la reserva, porque la gente quiere ver un auténtico espacio protegido, no un parque temático.

¿Y sobre el proyecto Masdunas? ¿Cómo contener la pérdida de arena?

Hay que continuar con el proyecto Masdunas pero más evolucionado y ampliar la colaboración con científicos nacionales e internacionales, porque eso permite optimizar los recursos económicos y de personal y además agilizar la toma de decisiones y la obtención de resultados; e instrumentar un sistema de información geográfica de la reserva, porque tenemos una gran cantidad de información pero el Cabildo tiene que estructurarla. Cuando hicimos el estudio Masdunas vimos que en la curva de la Punta de La Bajeta crecía la acumulación de arena cuando había viento de sur y esa arena se perdía por un acantilado submarino hasta 70 metros de profundidad. La arena, hasta los 15 metros, se puede mover por la dinámica marina, así que sería cuestión de analizar cuánta arena hay acumulada a esa profundidad bajo el mar, si se puede recuperar y qué coste tendría inyectarla de nuevo en las dunas; al menos hay que hacer el estudio, a lo mejor no hay arena o a lo mejor es muy costoso, pero al menos realizarlo porque supuestamente allí debería haber un yacimiento importante. Aunque no es tan sencillo, habría que evaluar el efecto de turbulencias o si cuando llega a la superficie puede afectar al sebadal o no. Pongamos que fuese viable, pues a lo mejor se podría realizar un contrato por cinco años y anualmente recuperar y trasladar una cierta cantidad.

«La gente quiere ver en las dunas un auténtico espacio protegido, no un parque temático»

¿Y sobre la vigilancia?

Hay que intensificarla. Las dunas se vigilan todos los días, pero ya que tenemos recursos limitados de personal, sería necesario utilizar drones diariamente y no de forma puntual, pues son muchas hectáreas y la educación ambiental es limitada, de manera que cuando una persona está en una zona prohibida con una grabación se le invite a salir y regresar a los senderos habilitados y si no obedece a la señal que vayan los agentes. Por otro lado, también creo que sería necesario revisar a largo plazo el plan director de la reserva porque ya casi tiene 30 años.

Imagen de arena del primer traslado de arena desde el paseo Costa Canaria hasta la orilla de Playa del Inglés el pasado 22 de marzo.

Imagen de arena del primer traslado de arena desde el paseo Costa Canaria hasta la orilla de Playa del Inglés el pasado 22 de marzo. / Juan Castro

Hace dos meses comenzaron los trasvases de arena desde los límites de la reserva y el paseo Costa Canaria hasta la orilla de la playa. ¿Cree que funciona esta reincorporación de arena al sistema para que las dunas cojan resuello?

No. Eso va a funcionar para devolver arena al sistema, pero no resuelve el problema de la falta de arena porque lo único que están haciendo es cambiar la arena de sitio. Al año de promedio se pierden 77.000 metros cúbicos de arena, pero no están evitando que desaparezca ni está ingresando arena nueva. Aunque obviamente es mejor eso que llevarse la que se sale del sistema y tirarla por un barranco, al ser solo un traslado realmente el balance neto es cero.

Con todo eso, ¿se hace ahora una buena gestión y planificación de la reserva por parte de las administraciones?

Hace casi cuatro años que estoy desconectado, pero sí estoy seguro de que los técnicos ambientales implicados están haciendo todo lo posible por sacar las cosas adelante, aunque eso al territorio le vale de bien poco. Hay mucho que hacer, no veo que el presupuesto, proyectos o personal hayan aumentado.

«La reserva natural de las dunas tiene menos personal que una concejalía de parques y jardines»

¿Qué piensa cuando ve las imágenes de las dunas invadidas por cientos de personas?

Si le soy sincero, no lo veo mucho. A menudo voy a la zona y veo a grupos de personas haciendo fotos desde el paseo, eso significa que con conocimiento la gente va teniendo cada vez más sensibilidad con el medio natural. En las dunas hay acordonamientos y la señalización ha mejorado, pero no es suficiente. Un viejo ecólogo canadiense decía que la naturaleza es budista, eso quiere decir que todo se paga en esta vida o la siguiente, pero en esta tierra, así que no nos quejemos cuando la naturaleza nos devuelve los problemas que le hemos generado.

¿Ve posible resolver el conflicto entre el uso público y la conservación del ecosistema?

Claro que se puede resolver. Es indudable que siempre habrá una tensión entre dos fuerzas que interaccionan, pero no tiene por qué ser un problema. Por ejemplo, el parque nacional de Yellowstone de Estados Unidos tiene miles de visitas al año y tiene un sistema muy bien organizado, no se ve un agente de medio ambiente pero si hay un problema aparece enseguida.

Miguel Ángel Peña, biólogo y exdirector de la Reserva Natural de las Dunas de Maspalomas.

Miguel Ángel Peña, biólogo y exdirector de la Reserva Natural de las Dunas de Maspalomas. / José Carlos Guerra

El Cabildo ha anunciado un control de acceso al Roque Nublo. ¿Ve posible que se pueda aplicar una fórmula similar en las dunas?

Cuando se pierde una especie es para siempre, y si se pierde un hábitat difícilmente lo vas a poder recuperar. Si se pierde un cuadro de museo del Prado es difícil que lo pueda recuperar con esa calidad y que no sea una copia. ¿En la puerta del museo hay vigilantes? ¿Se regula el acceso? ¿Y por que no se puede regular el acceso a un ecosistema frágil? No estoy diciendo que se pongan puertas al campo, pero sí es necesario regularlo de alguna manera. ¿Es deseable que perdamos las dunas? En absoluto. ¿Es algo evitable? Sí, poniendo recursos y siendo contundentes con quien eche la pata fuera del tiesto.

¿Qué balance hace de toda una vida vinculado a esta reserva natural?

Si hubiese tenido recursos, hubiese rendido diez veces más. Con un euro que se hubiese invertido hace 15 años, hoy nos hubiéramos ahorrado 10.