La tabla de la salvación en Arinaga

Omar Sánchez, ex de Anabel Pantoja, y Antonio Idígoras rescatan a tres bañistas en apuros por oleaje en la playa

«Oímos que se ahogaban», relatan los surferos

Mal estado de la mar en la playa de Arinaga

Facebook de Arístides Rodríguez Artiles

Omar Sánchez y Antonio Idígoras se convirtieron en héroes. Salvaron en menos de una hora a tres bañistas con síntomas de ahogamiento en la playa de Arinaga. Son vecinos y surfeaban sobre un oleaje idóneo para la práctica de este deporte, pero no para los bañistas. «Help, help», fue lo que escucharon, escucharon y vieron a dos personas nadando ya con apuros, a muchos metros de ellos,. «Se ahogaban» pensó Omar. Eran entre las 13.00 y 13.30 horas del jueves y acudieron a socorrerlos no sin dificultad. Los rescataron, pero no pasaron ni 15 minutos cuando tras ser alertados desde la orilla, tuvieron que socorrer a un tercer bañista en la misma zona. No se explica bien lo que pasó. Olas de mas de metro y medio saltaban a la avenida, y el mar, revuelto. Pero no había avisos meteorológicos ni bandera roja izada. Aún así, uno de los rescatados volvió el pasado viernes a bañarse en el mismo lugar de donde fue rescatado. 

«Todo salió bien. Es lo bueno. Mañana lo repetiría. Y mil veces más. Pero pido que tengan sentido común y no se bañen si ven el mar así», relató Omar Sánchez, empresario, creador de contenidos, radicado en playa de Arinaga hace dos años que saltó del anonimato tras su relación personal con Anabel, la sobrina de la tonadillera Isabel Pantoja. 

Dos adultos habían llegado nadando a la plataforma flotante a unos cincuenta metros de la orilla. Al saltar al mar, ocurrió lo peor. Quedaron a merced de un mar embravecido que los succionaba. Idígoras tomó la iniciativa y se dirigió con su tabla de paddle surf hacia los bañistas sin pensarlo y Omar, con su tabla, detrás. Les costó llegar porque tenían en contra el mar de fondo, grandes olas y un viento que en su conjunto eran capaces de tragarse a cualquiera. Lograron alzar a uno a la tabla y lo trasladaron a la orilla. El otro «estaba muy mal, se ahogaba» relató ayer Sánchez. También lo llevaron a la costa a pesar de su corpulencia, 1,90 de altura. «No eran canarios y tampoco unos chiquillos». Lo acercaron a la orilla donde los esperaba otro espontáneo que paseaba y viendo la situación, se descalzó, descamisó y corrió sobre los callaos a colaborar y ponerlo a resguardo.

Debate vecinal

Omar y Antonio volvían al lugar de surfeo cuando desde la avenida dos agentes de la Guardia Civil les gritaron: «aquí hay otro, hay otro». Un tercer bañista perdía fuerzas tratando de salir infructuosamente del mar. «Nos dijo que se asfixiaba, no tenía fuerzas, explicó Omar Sánchez. También lo rescataron y ambas hazañas, en menos de una hora. 

Ya en frío, Sánchez recordó que «fue mucha la gente que se acercó a agradecernos lo hecho, pero eso es algo normal», apuntó en referencia a los códigos deportivos no escritos entre surfistas.  

Omar Sánchez aclaró que «yo me crié en el mar, me he dedicado al deporte de riesgo, he surfeado en muchos tipos de mares y sé que la playa de Arinaga es normalmente tranquila y este oleaje fuerte para el surf es ideal, pero no para un bañista cualquiera» Señaló que estos días «ha habido un as mareas fuertes» y por eso no se explica «cómo no ondeaba en esos momentos la bandera roja señalando la prohibición del baño». Especificó que «no hace falta esperar a que la agencia meteorológica avise por algún tipo de fenómeno costero. Hay webs que nosotros miramos a diario en las que se especifican las previsiones sobre el tipo de viento o mareas que habrá. Eso lo puede mirar cualquiera», resaltó.  

«Ya luego pudimos hacer lo que queríamos, surfear», dijo entre risas Sánchez, que lo plasmó en un vídeo que colgó después en sus redes sociales contando la odisea.  

OMAR SANCHEZ AHOGADOS JPG

OMAR SANCHEZ AHOGADOS JPG / La Provincia

La luna llena, el cambio climático. Ayer se abría un debate entre vecinos sentados en los bancos de la avenida de los Pescadores de la playa de Arinaga cerca de donde ocurrieron los hechos. El mar estaba intranquilo. La pregunta: qué había ocurrido para que el mar se enfureciera de ese modo en una zona habitualmente tranquila y sin alerta meteorológica. Soltaron hasta «disparates», comentó Juan, un veterano de la playa, cuando a otro se le ocurrió pensar que eran las mareas del Pino las culpables de que el mar dijera esto es mío, se enfadara y saltara con olas de casi dos metros, un inusual mar de fondo que arrastró, además de callaos, a esas tres personas.

El jueves la pleamar estaba en su total plenitud pasado el mediodía. No había ni aviso ni bandera roja. El viernes la situación mejoró, pero solo algo y ya había bandera roja.  

La sorpresa sobrevino cuando una de las vecinas se echó manos a la cintura y señaló a un hombre que entraba al mar: «Es ese, el cubano, el que fue rescatado. Ven , míralo», decía con asombro cuando la misma persona rescatada el día anterior volvió a bañarse en el mismo lugar.   

Surferos como María López y Erico Brandoli surfeaban junto a Omar y Antonio el jueves. Ella abandonó antes el lugar pero sí se percató de todo Brandoli, que se extrañó de que fueran «los surferos y no los agentes de seguridad los que tuvieran que acudir a socorrer a estos bañistas. Lo vi todo y tampoco entendí bien por qué se meten en el mar con estas condiciones».

El concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Agüimes, Efraín González, adujo que es «imposible tener control de seguridad en la playa todo el año, es imposible económicamente», Señaló que tras enterarse del incidente,  «se dio aviso a Protección Civil para que izaran inmediatamente la bandera roja», pasadas las 14.00 horas. Añadió que el próximo 15 de junio se pondrá en marcha el servicio de socorrista de playas,. Aconsejó a los bañistas que sean responsables ante este tipo de situaciones».