La festividad de Todos Los Santos reunió ayer en los cementerios de los siete municipios lanzaroteños a miles de personas que acudieron a honrar a sus difuntos. La jornada, como otros años, fue de gran ajetreo en los camposantos, aunque hubo muchas visitas de familiares y amigos también el sábado para limpiar y enramar las lápidas de sus seres queridos.

El hecho de que la conmemoración de Todos Los Santos haya coincidido en domingo ha propiciado que durante todo el fin de semana los ciudadanos se hayan acercado hasta los nichos y panteones.

Ni la crisis ha podido con la tradición de llevar flores a los muertos, aunque "en menor cantidad que otros años", reconoció ayer una dependienta, que no precisó cuánto cayeron las ventas. Crisantemos, claveles y rosas fueron algunos de los más vendidos.

Varias floristerías del centro de Arrecife permanecieron abiertas hasta el mediodía de ayer para facilitar a sus clientes la compra de los ramos.

El cementerio de San Román, en la capital, fue uno de los que más afluencia de público registró al ser una de las mayores instalaciones funerarias de la Isla y también la más saturada en lo que a capacidad se refiere.

El 96% de las zonas de sepultura están ocupadas, según el reciente estudio Morir en Lanzarote, elaborado por el Centro de Datos del Cabildo. De ahí, que el Ayuntamiento capitalino esté ejecutando una ampliación con la construcción de 750 nichos, obra a la que se han destinado alrededor de 800.000 euros.

Pese a que el consistorio habilitó dos rutas de guaguas, las de las líneas uno y tres, con parada en San Román (entre las ocho de la mañana y las siete de la tarde), muchos vecinos optaron por acudir en coche, lo que obligó a la Policía Local a organizar el tráfico. Otros, incluso, llegaron andando.

Asimismo, se establecieron servicios especiales de limpieza que se prolongarán hasta hoy.

En Lanzarote hay trece cementerios de los que dos están en desuso, el de La Candelaria, en Tías, y el antiguo de la villa de Teguise.