Benjamina Marrero, de 75 años, sabe muy bien como se hace un buen queso de cabra. Esta mujer de Las Breñas (Yaiza) ordeñaba ayer con auténtica pasión una de las cabras traídas expresamente hasta la localidad de Playa Blanca para participar en la segunda edición de la Feria del Queso con la intención de elaborar uno de los quesos tiernos que tanto gustan en la isla de Lanzarote.

Una feria en la que el queso conejero fue el auténtico protagonista. Eso sí, regado con algunos de los mejores vinos de la isla que se dieron cita en un evento organizado por el Cabildo de Lanzarote a través de la marca Saborea Lanzarote. La elección de Playa Blanca, una de las principales zonas turísticas de la isla, tiene como fin que los turistas conozcan de primera mano la gastronomía de la isla.

"El turista está ávido de conocer y disfrutar de la gastronomía y tradiciones locales". El consejero de Agricultura y Ganadería del Cabildo de Lanzarote, Francisco Fabelo, destacó ayer el papel que juegan los productos locales y el patrimonio cultural en la promoción turística de la isla. "Con iniciativas como la Feria del Queso en una localidad turística como Playa Blanca se demuestra que el sector primario y el sector servicios se complementan perfectamente". señala Fabelo.

Restaurantes, bodegas y queserías se dieron cita ayer en una feria que en determinados momentos estuvo pasada por agua por los chaparrones que cayeron sobre la isla. Las empresas participantes fueron las queserías: Finca de Uga, La Flor de Teguise, Montaña Blanca, Rubicón, Tinache, Los Ajaches, y El Faro; las bodegas adscritas a la DO Vinos de Lanzarote: La Geria, Stratvs, Guiguán, Tierra de Volcanes, El Grifo y Reymar y los restaurantes: Isla de Lobos (Hotel Princesa Yaiza) Bodegón Las Tapas, Casa Brígida-Aromas Yaiza, La Casa Roja, El Mirador de Las Salinas, y el restaurante María Teresa (Hotel Finca Salinas).

"Vinos y quesos saben a besos". Un refrán popular que para el presidente del consejo regulador de la denominación de origen de los vinos de Lanzarote, Javier Betancort, es un claro ejemplo del éxito que tuvo ayer la Feria del Queso que congregó a cientos de personas durante la mañana de ayer, en su mayoría los turistas que se alojan en los establecimientos de Playa Blanca.

Moisés y Johnny Hernández, propietarios de la quesería Flor de Teguise y con una cabaña caprina de más de 700 ejemplares forman parte del cambio generacional experimentado en el sector agrario. Y es que a los tradicionales quesos tiernos y semicurados se ha unido algunas innovaciones como el queso al vino tinto o el de la elaboración de yogures. Eso sí, Benjamina fue la estrella de la feria para los turistas.