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Semana del Vino Malvasía Actividades

Lecciones caseras de un sumiller

Pedro de Diego da a conocer a los aficionados a la vinicultura, en el restaurante del Castillo de San José, las nociones básicas para adquirir, descorchar y saborear un caldo

El sumiller Pedro de Diego, ayer durante una cata de un malvasía de Lanzarote en el Castillo de San José. ADRIEL PERDOMO

La elección de una botella de vino tiene tantos matices como los que pueda contener en su interior. El sumiller Pedro de Diego, profesor de Viticultura, Enología, Análisis Sensorial, Gastronomía y Alimentación en la Escuela de Hostelería de Salvador Gallego en Madrid imparte en el restaurante del Castillo de San José el curso 'El sumiller en casa' con el que se pretende ofrecer al aficionado al mundo del vino una guía básica para la mejor forma de adquirir y consumir el vino.

"Para comprar una botella hay que partir del tipo de vino que queremos, la zona vinícola que nos apetezca, la uva y la tipología (joven, con crianza o reserva). También es básico tener en cuenta la compañía que vamos a tener y el tipo de comida e incluso el estado de ánimo que tenemos. No es lo mismo levantarte un día con el cuerpo regular o si estás eufórico", destaca de Diego.

Un curso, que comenzó ayer y termina esta tarde, que se enmarca dentro de las actividades de la Semana del Vino de Lanzarote organizada por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen de los Vinos de Lanzarote. Pedro de Diego destaca que no hay que tener miedo a probar diferentes vinos dependiendo del momento del día y de los platos que se sirvan en una misma comida.

"Para una cena más ligera, tipo ensaladas, canapés, podemos incorporar vinos espumosos, o rosados y a ciertas comidas como las chinas, japonesas o hindúes con muchas especies les puede venir fantástico un espumoso. No siempre hay que decantarse por vinos de mucho volumen o recorrido porque puede haber momentos en la noche que se pueda tomar un rosado muy frutal o un espumoso sin demasiado tiempo de crianza", añade.

En el caso de Lanzarote no es lo mismo tomar un malvasía joven y seco, que uno fermentado en barrica que podría admitir comidas con más volumen y más grasas. "O un malvasía dulce que con los excelentes quesos de cabra de la isla son una armonía perfecta", resalta Pedro de Diego que añade que los tintos lanzaroteños son ideales para guisos de pescado, arroces, mezclas de carnes y pastas o para barbacoas de carne y brochetas de pollo. Aunque antes de degustar un vino una de las claves es el descorchado. " El tapón es la tarjeta de identidad de un vino", resalta de Diego que aclara que no es lo mismo abrir una botella en el que el tapón esté comprimido o que esté ancho con mucho volumen , que significa que el contenido lo ha mantenido mucho más adecuado al tiempo".

Y es que si el corcho está agrietado y se rompe debemos tener en cuenta que el vino ha estado guardado en un ambiente de muy poca humedad, seco, con mucho calor y no ha tenido la humedad necesaria para que el corcho esté mojado y extendido. "Es fundamental que la botella esté tumbada para que el líquido moje el corcho", indica.

Y una vez abierto el primer paso debe ser visual, ver su color (en caso de los blancos es bueno hacerlo con un fondo blanco) que nos indica si está en un buen momento, si ha tenido una buena evolución. Para detectar sus aromas hay que llevarlo a la nariz para quedarnos con esa primera impresión. En Lanzarote los malvasías jóvenes suelen ser afrutados. Antes de degustarlo hay que mover la copa y volverlo a oler para captar otros matices. Ya en boca es el momento en el que se aprecia el contenido real del vino. "Es bueno tenerlo entre ocho y diez segundos", destaca de Diego que reconoce que en la cata lo más complicado es expresar con palabras las sensaciones que te ofrece. "El vino requiere de un tiempo de aprendizaje , de interés, de ir probando vinos distintos, de diferentes uvas y zonas".

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