La Sección Sexta de la Audiencia Provincial en Gran Canaria juzgarán los próximos días 16 y 17 de octubre a los cinco miembros de una red de trata de seres humanos por explotar sexualmente a nigerianas en las islas de Lanzarote y Palma de Mallorca. La fiscalía pide penas de 36 años de cárcel para cada uno de los acusados por los delitos de trata de seres humanos y prostitución coactiva.

Según el escrito de la Fiscalía, tras las investigaciones de la Comisaría de la Policía Nacional de Arrecife en coordinación con la Comisaría de la Unidad contra las redes de inmigración y falsedades documentales de las Islas Baleares, y el juzgado de instrucción número cuatro de Arrecife, "se ha podido comprobar cómo un grupo de ciudadanos nigerianos se han dedicado durante los años 2007 a 2015 a captar a mujeres en Nigeria con la promesa de un trabajo digno en España para posteriormente traerlas al territorio nacional utilizando puestos fronterizos no habilitados y que una vez en España, dichos ciudadanos nigerianos, mediante amenazas de causar algún mal a estas mujeres o a su familiares, así como amenazar de someterlas a un ritual de vudú o magia negra, las obligan a ejercer la prostitución, explotándolas sexualmente con el único objetivo de lucrarse económicamente con el dinero que la chicas obtenían de la prostitución".

Para conseguir el propósito, según la Fiscalía, los acusado debían facilitar la llegada de la chicas nigerianas España "bajo engaño y promesa de obtención de un trabajo que les mejoraría la expectativas de vida. Las chicas, alguna de ellas incluso menores de edad, eran buscadas en Nigeria por intermediarios de los acusados, los cuales contactaban directamente con la chica o con su padre y les facilitaban el viaje a España, sufragándoles en todo momento el viaje, y generando con ello una deuda dineraria que la chicas se veían obligadas a pagar."

Ya en Lanzarote, los acusados las llevaban a su domicilio donde permanecían alojadas y saliendo únicamente para ejercer la pros-titución, desde las 00.00 horas hasta las 06.00 de la mañana, concretamente en la zona de la Rapadura en Arrecife, siendo trasladadas temporalmente a Palma de Mallorca según las temporadas turísticas con el mismo fin, es decir, "ser explotadas ejerciendo la prostitución".

El dinero de los servicios a los clientes, que oscilaba entre 50 y 100 euros, era para pagar las deudas contraídas con los acusados, (los gastos de viaje a España y por el alojamiento, agua y luz por lo que las chicas tenían que pagar 150 euros mensuales por alojamiento y 30 por manutención).