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Teguise

Una promesa de 19 años en La Caleta

Miguel Morales prometió al Sagrado Corazón de María que si volvía a caminar sacaba a la Virgen en procesión l A la cita no ha faltado desde hace casi dos décadas

Los costaleros acercan el Sagrado Corazón de María hasta Marcial Tavío (en silla de ruedas junto a su esposa, Leonor Martín). A. F.

Miguel Morales se define como "un caletero de pura cepa". Miembro de la Comisión de Fiestas de Caleta de Famara, ayer cumplió un año más, y ya van 19 seguidos, la promesa que le hizo un día al Sagrado Corazón de María, la patrona de esa localidad costera del municipio de Teguise.

"Me enfermé con 27 años y me quedé sin caminar hasta que le prometí a la Virgen: 'Si camino, te saco'. Yo no soy creyente, pero no he faltado a mi palabra y aquí estoy como todos los años", aseguró emocionado tras finalizar las procesiones terrestre y marítima y cargar junto a sus compañeros el trono de la imagen por las calles de jable de La Caleta y hacerse a la mar con ella.

Reside en Barcelona desde hace 19 años, pero la lejanía no es un impedimento para que Miguel llegue puntual a la cita caletera y se meta de lleno en su organización. De hecho, nada más entrar al templo de La Caleta al Sagrado Corazón de María y a la Virgen del Carmen que la Cofradía de pescadores tiene en el muelle de Caleta de Sebo (la que sale en procesión cada 16 de julio en la octava isla es la que está en la parroquia Virgen del Mar), en La Graciosa, se fue a "coger la manguera" para la verbena del agua, el acto multitudinario con el que acabaron las fiestas.

La Caleta comparte con Caleta de Sebo las calles de jable y hermanamiento. En 2017 se recuperó la tradición de que los gracioseros se desplazaran con la Virgen del Carmen, como hacían cuatro décadas atrás, hasta La Caleta. Este año no hubo susto y ninguna de las vírgenes se cayó de su trono. En la procesión terrestre de 2018 El Carmen se vino al suelo al desequilibrarse los costaleros cuando giraban por una de las calles. Tras romperse la base que sujetaba la Virgen del Carmen al pequeño barco que hacía de trono, su arreglo fue imposible, por lo que se decidió encargar una nueva, que costeó Líneas Marítimas Romero y se colocó en el muelle graciosero en diciembre pasado, que es la que este domingo viajó a La Caleta en el Lorenza y Manuel, de los hermanos Gregorio, Fernando, Juan Pedro y Andrés Páez.

Si durante el recorrido por tierra el Sagrado Corazón de María guiaba el camino a los caleteros, por detrás de la banda municipal de Teguise, Teguiband, en el mar la que iba más avanzada en la proa del Jesús María, del graciosero Indalecio Páez, era El Carmen. Por algo es la estrella y guía de los mares.

Una época que marcó al artista

En la miscelánea de historias del pueblo caletero también está las de los hermanos pescadores Demetrio, conocido por Marcial, y Feliciano Tavío, ambos de avanzada edad. Seguían la procesión desde la avenida y hasta ellos acercaron el Sagrado Corazón de María acompañados de varios "¡Viva!".

Marcial rememoró, junto a su esposa, Leonor Martín, que alrededor de cuarenta años se encargó de pasear a la Virgen en su falúa, Punta Peneo, en una época en la que la travesía se alargaba hasta la zona de Famara conocida como San Juan.

A Feliciano también le afloraron los viejos tiempos de niños y los bailes amenizados con timple y guitarra. Pasó muchos veranos "jugando y luchando de chicos en la arena con César Manrique", del que este año se conmemora el centenario de su nacimiento. Feliciano es diez años menor que él. El estrecho vínculo que Manrique estableció con la naturaleza en sus veranos familiares en La Caleta marcó su vida y su obra.

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