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CRISIS DEL CORONAVIRUS

Misa íntima a las tres de la tarde

El cura de San Ginés, Miguel Hernández, celebra la eucaristía cada día en solitario en el oratorio de la casa parroquial

Coronavirus en Canarias: Mensaje de ánimo del párroco de San Ginés, en Arrecife, Lanzarote

Coronavirus en Canarias: Mensaje de ánimo del párroco de San Ginés, en Arrecife, Lanzarote

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Coronavirus en Canarias: Mensaje de ánimo del párroco de San Ginés, en Arrecife, Lanzarote Aránzazu Fernández

La última misa que se celebró en la iglesia de San Ginés Obispo, en Arrecife, antes del confinamiento de la población decretado por el Gobierno de España para hacer frente al coronavirus, que entró en vigor el 15 de marzo, fue la que tuvo lugar a las 13.15 horas de la jornada anterior, sábado.

Aún no era efectivo el estado de alarma, pero a la eucaristía de ese día acudieron "tan solo unas siete personas", recuerda el párroco de San Ginés y arcipreste de Lanzarote, Miguel Hernández, entre ellas el organista del templo. Las calles empezaban a quedarse desiertas tras suspenderse las clases en los centros educativos el día anterior y acatar de forma progresiva la población el viralizado mensaje #Quédateencasa que con insistencia lanzaba, sobre todo, el personal sanitario para tratar de frenar el avance del coronavirus.

Con el cierre de los templos, las únicas celebraciones que llevan a cabo los sacerdotes son los entierros con las despedidas a los difuntos en unas cortas ceremonias en los tanatorios y en los cementerios, casi en soledad por el escaso número de familiares que acompaña a los fallecidos debido a las restricciones impuestas por el estado de alarma para este tipo de actos.

A pesar de que las ermitas están cerradas a cal y canto, los religiosos de Lanzarote siguen oficiando misa, aunque en la intimidad de sus casas y sin más presencia humana que la de cada uno de ellos. Es el caso del párroco de San Ginés que cada día a las tres de la tarde acude puntual al pequeño oratorio que tiene en su vivienda y en el que oficia misa desde hace un par de semanas.

Hernández incluso ha colocado una mesa en el que ha montado un pequeño altar con el vaso sagrado, el cáliz, la patena, una lamparita y una cruz.

El cura de San Ginés tiene cada día presente en su misa a los doce compañeros de Lanzarote, a los que nombra uno a uno, tres de ellos jubilados, a seis monjas, y también a todos sus feligreses y la población de la Isla en estos momentos tan difíciles.

No se siente solo en ningún momento. "Digo 'el Señor esté con vosotros y con tu espíritu' y los escucho con el corazón. Es como si todo el pueblo estuviera presente", destaca el arcipreste.

Hernández explica que ha elegido las tres de la tarde para ponerse con su sotana ante Dios ya que se trata de una hora simbólica porque "se medita el rosario de la divina misericordia y es la hora de la muerte de Jesús".

Tres horas antes de la misa, a las doce del mediodía, acciona desde una aplicación en su móvil los tañidos de las campanas de la iglesia de San Ginés para dar los toques de la salutación del Ángelus a María y llamar así a los vecinos a la oración común, siguiendo la invitación que ha hecho al respecto el obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases.

Con la llegada de la Semana Santa (del 5 al 12 de abril), que este año coincidirá con la cuarentena aún en vigor después de la prórroga del Gobierno hasta el 12 de abril, los templos permanecerán todavía cerrados. "Haré lo que nunca he hecho en mis 28 años de sacerdocio, no celebrar mis misas y seguirlas por televisión", avanza Hernández.

El estado de alarma discurre paralelo a parte de la Cuaresma, el tiempo litúrgico de preparación de la Pascua de Resurrección entre el Miércoles de Ceniza y el Jueves Santo. "El hecho de que estemos pasando esta cuarentena nos invita a vivir más intensamente la Cuaresma desde el punto de vista espiritual", precisa Hernández.

El párroco del municipio de Haría y la isla de La Graciosa, Norberto Antonio Medina, también dice misa en privado todos los días. "Nos tenemos que ir acostumbrando a esta situación", afirma. Lo hace en la iglesia de La Encarnación de Haría, anexa a su vivienda y con un acceso interior, por lo que no tiene necesidad de pisar la calle. El 16 de marzo tuvo que ir a la octava isla a un entierro de una vecina. A diferencia de su compañero de San Ginés, Medina no tiene hora fija para celebrar misa. "A las once, once y media, doce y media, cinco y media o a las seis de la tarde", precisa. En soledad, Medina siente "a toda la Iglesia y a toda la comunidad conmigo porque estamos unidos en la oración". En ocasiones graba su voz durante la misa, el rezo del rosario o el Vía Crucis y comparte la grabaciones con sus feligreses. De cara a la Semana Santa, señala, "desde la Diócesis ya nos dirán cómo vamos a celebrar el Triduo Pascual", la conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret.

La ermita de Los Dolores, patrona de Lanzarote, en Mancha Blanca (Tinajo), permanece cerrada al culto, informa el párroco, Juan Antonio Artiles, como los restantes templos de la Isla.

El cura de Tías, Agustín Lasso, hace la misa en solitario en su casa. "El Señor está caminando con nosotros en todo este sufrimiento y dolor", asevera. Ver la misa por la televisión o escucharla por la radio con la comunión espiritual es, en cierta manera, según Lasso, "una forma de experimentar los sentimientos que tienen nuestros mayores cuando muchas veces no pueden participar los domingos en la eucaristía". El cura opina que este tiempo viene bien para "callar más y escuchar más" y confiesa que estos días ha redescubierto la figura del Papa Francisco releyendo sus escritos y escuchando sus misas diarias.

En Lanzarote, por ahora ningún sacerdote realiza radiomisas ni telemisas para sus fieles, como sí hacen Teror y la radio diocesana de Tamaraceite, en Gran Canaria. La falta de medios técnicos en las parroquias impide ofrecer ese servicio de retransmisiones.

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