La tromba de agua que sembró el caos durante la mañana del pasado martes en Arrecife provocó inundaciones de viviendas, sótanos, aparcamientos subterráneos y negocios de medio centenar de calles de la capital lanzaroteña. El recuento llevado a cabo por el Consorcio de Seguridad y Emergencias del Cabildo de Lanzarote sobre el número de intervenciones realizadas revela que el caos se apoderó de una gran parte de la ciudad y afectó a cerca de 50 calles.

Los barrios de Argana, Titerroy, Valterra, Altavista, Maneje, La Vega, La Concha y el centro de Arrecife sufrieron centenares de incidencias por la riada de agua y barro que cruzó la capital desde la zona alta de la ciudad hasta los distintos puntos de la costa capitalina.

Los servicios de emergencia reconocieron ayer que se vieron desbordados por la avalancha de llamadas de vecinos de Arrecife solicitando ayuda por las inundaciones de sus casas.

El día después de la tromba sirvió también para evidenciar los fallos de coordinación de las administraciones públicas. Los responsables públicos del Ayuntamiento de Arrecife, Cabildo de Lanzarote y Gobierno de Canarias no dudaron ayer en culparse entre sí de los numerosas deficiencias con las que cuenta la red de saneamiento de la capital lanzaroteña. Una infraestructura pública que no resistió los apenas 20 litros por metro cuadrado que cayeron sobre la ciudad en el espacio de media hora.

Nadie se responsabiliza

El consejero de Obras Públicas del Cabildo, Fabián Martín, culpó al Ayuntamiento de falta de mantenimiento de las infraestructuras, mientras que el alcalde de Arrecife, Cándido Reguera, aseguró también que pedirá responsabilidades al Cabildo y al Gobierno de Canarias por el mal estado de la red.