Gobierno y oposición coinciden en algo: su negativa a convertir en atractivos turísticos los charcones de Lanzarote. Así, el grupo Podemos, socio en el Ejecutivo de coalición con socialistas, gomeros y canaristas y, por otra parte, el diputado de Coalición Canaria en Lanzarote y alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort, critican esta iniciativa impulsada por la consejera regional de Turismo, Yaiza Castilla, del partido que lidera Casimiro Curbelo.
Podemos Lanzarote no apoya las intenciones del ejecutivo regional de realizar diferentes actuaciones, como mejorar la accesibilidad y señalización de 11 charcos de marea para hacerlos más atractivos a turistas y visitantes mediante un Plan Director que la formación morada considera incompatible con la situación de Emergencia Climática declarada por el gobierno autonómico y el Cabildo insular hace ya dos años.
Los charcos seleccionados por el departamento liderado por Castilla (ASG) son el conocido como Charco de La Laja, el Charco de la Novia o Caletón Blanco, - ambos en Órzola -, el Charco de Montaña Bermeja y ocho charcos repartidos por dos zonas de Los Charcones (Yaiza). En Canarias el número de charcos a intervenir es de 117.
La formación morada insular tuvo acceso al Plan Director Charcos de Marea, un documento que plantea proyectos, a juicio de Podemos, «medioambientalmente aberrantes» como la construcción de dos bolsas de aparcamiento en dos zonas cercanas a Los Charcones, una al lado del conocido como hotel abandonado y otra más al norte junto a la vía de tierra que da acceso a los charcos de la Cueva Grande, Cueva Pequeña y Piedra Alta. Ambos aparcamientos sumarían una superficie total de 4.000 metros cuadrados y podrían albergar a unos 320 vehículos. Para los charcos de la zona sur también se proyectan plataformas elevadas a modo de solarium.
Para el charco de La Laja, en Órzola, se propone igualmente de numerosas plataformas elevadas, un gran aparcamiento de 4.500 metros cuadrados junto a las antiguas salinas y más de 5.500 metros cuadrados de zonas de vestíbulos y accesos. Estas actuaciones, argumenta Podemos Lanzarote, irían unidas a campañas de publicidad, estrategias de promoción en redes sociales, la creación de un circuito turístico de charcos y la inclusión de estos rincones en las aplicaciones de navegación por GPS como Google Maps. Todo esto permitiría una enorme afluencia de personas que pondría en riesgo la delicada biodiversidad marina de estos espacios, tal y como han advertido numerosos expertos en biología. Esto generaría problemas en unos espacios que son los criaderos de muchas especies y que se van a ver afectados por la contaminación humana, ya que el simple hecho de usar protector solar supone una alteración muy importante del agua.
Podemos Lanzarote también destaca el gran «desconocimiento del funcionamiento actual de la isla» que desprende el documento al que han tenido acceso, puesto que cataloga a Los Charcones como «sitios desconocidos de escasa afluencia», espacios que en la actualidad son ya muy concurridos.
Asimismo, la formación morada lanzaroteña advierte del gran rechazo ciudadano a esta iniciativa de Turismo, con una recogida de firmas que propone reducir el número de charcos a intervenir y que se haga un informe de impacto ambiental por cada zona de charco que se pretenda modificar. De momento llevan casi 12.00 firmas recogidas.
Coalición Canaria, en contra
Asimismo, Oswaldo Betancort se une a la crítica y total oposición del grupo parlamentario al que representa -Coalición Canaria- sobre el «plan de los charcones de Canarias», trasladando al Gobierno y a la responsable de Turismo, «el sentir de la isla de Lanzarote, donde están incluidos al menos 11 puntos naturales en un proyecto que, no solo pretender turistificar espacios vírgenes y de gran belleza paisajística, sino que provocará un daño medioambiental sin precedentes», asegura.
«Es un atentado contra la naturaleza que no cuenta, como es lógico, con el apoyo de la población residente, y me atrevería a decir, que tampoco con el apoyo de los que alguna vez han descubierto estos oasis naturales en sus visitas a Lanzarote, a La Graciosa, o a cualquier otra isla del Archipiélago», lamenta Betancort.
