La Obra Social de Acogida y Desarrollo ha incrementado entre 15% y un 20% el número de personas a los que da amparo a consecuencia de la crisis económica, aunque su presidente, Jesús García Barriga, advierte de que lo peor de la pobreza "está aún por llegar". Conjuntos familiares de clase media con hijos y con el padre y la madres en paro empieza a ser el perfil generalizado de los nuevos pobres, según García Barriga, para quien las perspectivas, además, no son optimistas.

Explica que en la crisis pasa igual que cuando ocurre un suman, "mientras dura la catástrofe, todo el mundo habla de ella, la gente reacciona y se crean redes de solidaridad y apoyo hacia la víctima, pero es al alejarse el fenómeno cuando verdaderamente se ven las consecuencias del desastre".

Según el hermano García Barriga, la crisis deja a muchos sin medios y perspectivas, lo que hace que demasiados se refugien en el alcohol o acudan de forma desesperada a la prostitución femenina y masculina como salida para hacer frente a las deudas. "Porque la crisis golpea de forma más dramática a los que tenían lo justo para vivir", recuerda.

En la actualidad, la Obra Social acoge a unas 200 personas en los centros distribuidos en Gran Canaria, e invierte alrededor de 30.000 euros mensuales en comidas a los más necesitados. "Pequeños negocios que se han visto obligados a cerrar en los últimos tiempos nos donan su mercancía. Es una ayuda importante", señala García Barriga. Asimismo, apunta que "cada vez nos viene gente más afligida llena de deudas y sin ver una salida, pero yo veo que el peor error es desesperarse".