Doce alumnos recogieron ayer, tras dos años de mucho esfuerzo, el diploma del Bachillerato Internacional (BI), que les abre las puertas a cualquier universidad del mundo. Este novedoso y exigente modelo de enseñanza secundaria "está destinado", dice David Arbelo, coordinador del BI, "a alumnos muy motivados y con ganas de aprender".

Los requisitos para acceder al Bachillerato Internacional son sencillos: pueden cursarlo alumnos que hayan pasado sin problemas el cuarto curso de la ESO, "no tienen que ser unos lumbreras, sino estar suficientes motivados", resalta Arbelo, quien rechaza que "este modelo vaya destinado a la enseñanza de las élites".

Los estudiantes del BI tienen que abordar seis asignaturas, divididas en sendos grupos, que garantiza que tanto si son de Letras como de Ciencias estudiarán una materia de cualquiera de las dos opciones, todo destinado a que los alumnos adquieran experiencias en todas las áreas curriculares (lengua, ciencias experimentales, matemáticas y humanidades).

Rocío Pérez y Dimitrios Andriopolus, ya poseedores del diploma del Bachillerato Internacional, que les permitirá, en el caso de ella estudiar Filología Hispánica en Salamanca y a él Ingeniera Civil en Liverpool, reconocen que en "el BI se estudia muchísimo y hay un alto nivel de exigencia, pero también es verdad que no es una enseñanza memorística, sino que te hace pensar y relacionar las distintas áreas del conocimiento".

El primer año, según comentan ambos bachilleres, fue el peor por el CAS (las actividades de Creatividad, Acción y Servicio), "pero en el segundo el grupo estuvo más unido y realizar el Camino de Santiago fue una experiencia inolvidable y que nos conjuntó aún más". Tanto Rocío como Dimitrios admiten que "en este bachillerato la carga de trabajo es mucho mayor, pero también veíamos que servía de algo".

De hecho, según David Arbelo, los alumnos deben hacer 150 horas en dos años, hacer un trabajo de investigación de la materia que ellos elijan, además de un curso de teoría del conocimiento que pretende vertebrar todas las enseñanzas.