El barco cablero francés Ile de Sein entrará hoy en el Muelle de La Luz y de Las Palmas con restos del fuselaje del avión de la compañía Air France que desapareció en pleno vuelo sobre el Atlántico en junio de 2009.

El Ile de Sein atracará en los muelles de la empresa Astican para realizar unas reparaciones de poco calado y está previsto que parta para el puerto francés de Bayona en la mañana del viernes. Una vez en tierras galas, la nave desembarcará los restos del avión que irán a un hangar especial de la agencia francesa de aeronáutica (BEA, en sus siglas francesas) en Toulouse. Según informó la BEA, también se trasladan a Francia los restos de los 104 cuerpos humanos hallados en el interior del fuselaje en el último mes y medio aunque no se especifica que vayan a bordo del Ile de Sein. Fuentes de la Autoridad Portuaria consultadas ayer descartaron que estos restos humanos puedan ir dentro del navío, primero porque no está preparado para este tipo de traslados y segundo, porque las autoridades francesas no han comunicado a las españolas -a través de Sanidad Exterior- que se lleven restos orgánicos a bordo.

Los que sí está previsto es que desembarquen en La Luz una decena de los 68 tripulantes del cablero, la mayoría técnicos franceses y norteamericanos que han participado en las labores de rastreo y rescate de las piezas del avión hundido. Estos tripulantes se desplazarán en avión desde Gran Canaria a sus países.

El Ile de Sein es un barco cablero que llevaba meses realizando tendidos de cable telefónico por África y Canarias y fue movilizado por la BEA hace mes y medio con el fin de ayudar en las labores de rescate del avión desaparecido en 2009 con 228 pasajeros y tripulantes a bordo. Antes de partir hacia el punto del Atlántico donde fueron localizados los restos por otro barco en marzo pasado, el cablero ya pasó por Astican el 10 de abril. Allí recogió varios contenedores de material especial enviados desde Francia para el izado de los restos del fuselaje, localizados a casi 4.000 metros de profundidad. También cargó varias cajas metálicas con unas medidas específicas encargadas por la BEA y realizadas en las mismas instalaciones de Astican. La finalidad de las mismas era el izado de restos tanto humanos como del avión del fondo del océano.

Tecnología

El Ile de Sein está diseñado para izar y lanzar desde su cubierta miles y miles de metros de cable gracias a las tres potentes grúas que porta. Además, está dotado de radares y sonar para detectar obstáculos bajo el mar, lo que le haría ideal para detectar los restos del avión depositados a tan altas profundidades. Por último, el barco cuenta con una novedosa tecnología que le permite quedarse casi quieto en el mismo punto pese a los vaivenes del oleaje gracias a un sistema de sensores conectados a un GPS que mantienen el rumbo de la nave en todo momento.

Gracias a un robot sumergible de última generación y las cajas metálicas fabricadas en Astican se pudieron izar a bordo del Ile de Sein hace un mes las cajas negras con las grabaciones técnicas y las voces de los pilotos minutos antes de que el avión, un Airbus 330, se estrellara contra el mar. Esas cajas negras, sin embargo, se enviaron a Francia a los pocos días de su rescate por vía aérea. Del estudio de esas cajas negras se desprende que el fallo de unos sensores que se congelaron causó la tragedia.