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El fiscal endurece su petición de pena contra un cazador por maltratar a 16 podencos

La defensa pide la nulidad porque el Seprona entró en la finca sin autorización judicial

Marcos Santana durante otro juicio en el que fue condenado por matar a su padre. LP / DLP

La Fiscalía de Las Palmas solicitó ayer 18 meses de cárcel para Marcos Santana por maltratar a 16 podencos en su finca de La Angostura. El fiscal pedía un año de prisión al inicio del juicio, pero cambió sus conclusiones y reclamó la pena máxima tras la declaración de la veterinaria.

La perito no sólo confirmó el "sufrimiento" de los canes por falta de comida, sino que añadió, a preguntas de la defensa, hechos nuevos que movieron al fiscal a endurecer su acusación: de los 16 perros, un cachorro falleció al ser atacado por su madre, y otro murió seis meses después debido a una infección contraída.

Todos los animales, en general, estaban desnutridos por falta de agua y de comida, con una correa muy corta para alimentarse o encerrados en jaulas inadecuadas. Algunos, además, pesaban sólo 12 kilos, la mitad de lo que debería pesar un ejemplar de esta raza canaria de caza. De ahí la acusación del ministerio público, que se fundamenta en el informe pericial de la veterinaria, los agentes del Seprona y la declaración del acusado.

Marcos Santana fue advertido en 2015 de que tenía que cambiar las perreras porque no eran adecuadas, pero no lo hizo y una nueva inspección constató el año pasado que los canes estaban en condiciones "deplorables".

El acusado se escudó ayer en su mala situación económica para justificarse. En 2011 fue condenado a cinco años de cárcel por matar a su padre, tras interceder en favor de su madre, que era maltrata de forma habitual, y, por tanto, carece de recursos económicos debido a su estancia en prisión.

Su abogado pide la nulidad del juicio porque los agentes entraron en la finca sin la autorización del juez ni el consentimiento del acusado. También acusa al fiscal de causarle indefensión por introducir un hecho nuevo -la muerte de los dos perros- para pedir una pena más grave de la inicial. Considera que, a lo sumo, su cliente debe ser condenado por abandono, no por maltrato animal, porque nunca golpeó ni causó lesiones intencionadas a sus podencos.

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