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El tráfico pesado de la calle Buenos Aires provoca vibraciones en las casas

El Partido Popular presenta hoy una moción al pleno para buscar soluciones al descanso de los residentes y para preservar el patrimonio arquitectónico de la vía

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Ruidos en la calle Buenos Aires

No siempre vivir en el casco viejo de la ciudad es tan ideal como aparenta. Los vecinos de la calle Buenos Aires, incluida en el Plan de Protección Vegueta-Triana y ahora en el Plan Especial de Protección (PEP), soporta a diario grandes decibelios provocados por el ruido de camiones, guaguas y vehículos privados que circulan por la vía, que en 1911 era un albero de tierra visualizando imágenes del pasado. Tras el cierre de Primero de Mayo, con motivo de la rehabilitación del aparcamiento de San Bernardo, el bullicio se ha intensificado de tal manera que los residentes afirman que los edificios vibran y que se les rajan hasta azulejos de baños y cocinas. Hartos de la situación se han constituido en plataforma - Stop Paremos los ruidos de la calle Buenos Aires- y han buscado apoyo en la oposición municipal después de que el equipo de gobierno diera la callada por respuesta ante su petición de que recorrieran la calle y conocieran de primera mano el problema.

El concejal del PP, Ángel Sabroso, presentará hoy en el pleno municipal una moción para que se restrinja el tráfico para que los vecinos puedan descansar pero también para salvaguardar el patrimonio histórico de la ciudad.

Más de una treintena de inmuebles de la calle, construidos entre finales del siglo XIX y principios del XX por reconocidos arquitectos como Laureano Arroyo, Fernando Navarro o Miguel Fernández de la Torre, están protegidos en el PEP por ser un ejemplo de arquitectura doméstica y comercial, aunque el paso del tiempo ha reconvertido a algunas de las casas en oficinas y hoteles y las tiendas en locales vacíos. Pese a ser una vía peculiar por su arquitectura se hace difícil vivir en ella por el gran tránsito de vehículos que soporta al haberse convertido con el tiempo en un eje de conexión entre la Ciudad Alta y la Ciudad Baja a través de la carretera de Mata y de la avenida de Escaleritas para llegar a la avenida marítima y al entorno de Vegueta.

Así lo indican los residentes, que buscan refugio en el interior de las viviendas y patios para amortiguar el exceso de ruido pero, pese a ello, no descansan. "Estamos viviendo en la parte de atrás de las casas porque entre los ruidos, las vibraciones y la contaminación no se puede vivir de cara a la calle", señala una residente que no quiere decir su nombre, que añade que pagan un "IBI altísimo" por las viviendas protegidas pero sin derecho al descanso.

No solo bajan por la vía, que tiene dos viales, camiones procedentes del polígono industrial de Miller Bajo; algunos de ellos cargados de coches y de productos peligrosos, sino también guaguas de transporte público urbano e interurbano procedente de los municipios que tienen final de parada en la estación de San Telmo. A ellas se han sumado ahora las que iban en dirección al mercado de Vegueta tras el cierre de Primero de Mayo. En concreto, a la altura del número 43 existe una apeadero para 11 líneas entre las municipales y las de Global. Sin olvidar las de carácter privado y los vehículos de transporte de mercancía que utilizan la calle como carga y descarga para acceder a vías peatonalizadas cuando no hay ninguna señal para ello.

Al ruido habitual de estos vehículos de gran tonelaje se suma el que provocan los turismos. Y todo ello durante las 24 horas del día ya que por la vía tienen salida los residentes de La Ballena, Las Rehoyas y Cruz de Piedra, entre otros.

En la calle existen señales verticales y en el suelo que prohiben circular a más de 40 kilómetros en dos tramos, pero los coches parecen que pasan a mayor velocidad.

Las medidas alternativas que proponen los vecinos y el PP son cuatro. La primera es que el Ayuntamiento restrinja la circulación de camiones de más de dos ejes o 18 toneladas y otras alternativas como el que pasen por la Circunvalación. La segunda es que descienda el número de guaguas que pasa por la vía en dirección a la estación de San Telmo.

También que el Ayuntamiento establezca limitaciones horarias de circulación nocturna para vehículos pesados, en general, y líneas de transporte regular de viajeros y discrecional. Y, por último, que Urbanismo mejore, en cuanto pueda, las aceras actuales para adaptarlas a la normativa en materia de accesibilidad ya que son demasiado estrechas para pasear y recorrer la vía.

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