La Asociación de Vecinos Virgen Blanca de Marzagán reclama la urbanización de una decena de vías del barrio. Así lo ha dado a entender mediante varias peticiones en la página web municipal decide.laspalmasgc.es de cara a los presupuestos participativos del 2019. Los residentes en esta zona de la periferia de Las Palmas de Gran Canaria no entienden como "en pleno siglo XXI" sigan existiendo caminos de tierra o cemento, adecentados en muchos casos por las propias personas que viven allí. Entre sus reclamaciones, asfaltar distintas calles, crear una red de aguas pluviales o mejorar la accesibilidad a sus viviendas.

El lanzamiento de los presupuestos participativos del 2019 por parte del Ayuntamiento se ha convertido en todo un escaparate de peticiones para las distintas asociaciones vecinales de la capital grancanaria. De las poco más de 750 propuestas que se han presentado en toda la ciudad, una decena se centran en Marzagán y sus alrededores. La mayoría denuncia el "estado de abandono por parte de las autoridades" de una buena parte del barrio, donde existe un déficit de servicios municipales.

"Existen dos marzaganes, el de la izquierda y el de la derecha", apunta Carmelo Melián, dependiente de un pequeño supermercado en la carretera general que une el Valle de Jinámar con Tafira y, a su vez, divide el barrio en dos mitades. Este vecino de toda la vida asegura que, mientras en el margen derecho se barren las calles cada pocos días, en el izquierdo lo hacen "dos veces al mes". "En el Ayuntamiento nos dicen que hasta que no se urbanicen las calles poco más pueden hacer", afirma el tendero.

Unos metros más abajo de la tienda de Melián una pista de picón se extiende hasta un grupo de viviendas. Allí, una placa municipal con el nombre del lugar, Llanos de Barrera, recuerda que estas vías están reconocidas por el Consistorio capitalino. Este vecindario está formado por un diseminado de más de un centenar de viviendas esparcidas por el terreno, cuyas fronteras son el lecho del barranco de Las Goteras y la carretera GC-800 (Jinámar-Tafira).

La mayoría de estas viviendas de autoconstrucción están conectadas con la carretera principal mediante callejuelas de tierra, cemento o picón. Han sido los propios vecinos quienes se han encargado durante muchos años de ensanchar los caminos, adecentarlos y "prepararlos" de cara a las lluvias y las inclemencias del tiempo. Pero lo cierto es que son muchas las casas a las que no se puede acceder en coche, solo a pie o en moto a través de fincas agrícolas en desuso plagadas de hierbajos.

Incluso, el único acceso para algunas de estas casas es a través del lecho del barranco que divide los municipios de la capital grancanaria y Telde. Vecinos como Melián han tenido que dar su brazo a torcer y ceder parte de sus terrenos para retranquear muros y posibilitar ensanchar estos caminos. "Pero son muchos propietarios en la zona, y muchos no quieren perder la tierra de sus abuelos", explica.

"Si quisiera entrar una ambulancia, no puede, son calles sin salida y en mal estado", apunta una vecina de la zona. Cubrir necesidades básicas como llamar a los servicios de emergencias es una de sus mayores preocupaciones. Sin contar con el "barrizal inseguro" que se forma cada vez que llueve.

De esta manera, la Asociación de Vecinos ha propuesto de cara a los presupuestos participativos del próximo año la urbanización de las calles que conforman Llanos de Barrera y Cuatro Caminos. También denuncian la falta de asfalto en el Camino del Tonel, en Los Hoyos. La falta de una de red de aguas pluviales en la calle Las Cuevas es otra de sus preocupaciones máximas por el barro que imposibilita el acceso a muchas viviendas.

Los de la Virgen Blanca también piden el reasfaltado de la calle Soria, en la urbanización de Santa Margarita, por los grandes baches que tiene la vía. Proponen además la creación de un campo de petanca y aparatos biosaludables para los mayores del barrio.

También sugieren crear una cancha deportiva en un solar entre las calles Nouadhibou, Secundino Suazo y la plaza del Cambullonero. Por último, les gustaría poner lomos de asno en la carretera GC-800, a raíz de las grandes velocidades que alcanzan muchos conductores al circular por la misma. "Esto es zona cuarenta y nadie lo respeta", apunta un vecino quien asegura que tirar la basura es un "peligro", pues debe cruzar una vía sin paso de peatones.