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La guerra de los bingos en la capital

Los grupos Juan Padrón y Oper Canarios, gestores de salas de juego, arrastran dos décadas de trama judicial | Dos nuevos espacios abrirán en los próximos meses

Los escaparates del bajo de Mesa y López, 54, ya lucen la cartelería de apuestas para reubicar la antigua sala Bingo Avenida. Andrés Cruz

El convulso mundo de los juegos de azar en Las Palmas de Gran Canaria vive un nuevo capítulo. A la polémica proliferación de las casas de apuestas online en los últimos años, la capital suma ahora la próxima inauguración de dos salas de bingo, una en la zona de Arenales y otra en Mesa y López. La autorización de apertura por parte del Gobierno de Canarias a esta última, que estará situada en el número 54 de dicha avenida, enfrenta una vez más a dos de los principales gestores de este tipo de negocio en Gran Canaria: el Grupo Juan Padrón y el Grupo Oper Canarios. Una pugna que los exconcesionarios del hotel Santa Catalina piensan volver a llevar ante los tribunales.

El origen de la disputa actual entre las dos empresas se remonta al año 1998. Por aquel entonces, la Real Sociedad Colombófila de Gran Canaria, bajo el auspicio del grupo Oper Canarios, solicita modificar la autorización de instalación, apertura y funcionamiento de la sala de bingo que poseían en la calle Mas de Gaminde, número 39. Su intención era trasladar el local a Mesa y López, 54. La petición fue rechazada por la Dirección General de Administración Territorial y Gobernación del ejecutivo autonómico por encontrarse la ubicación a menos de 300 metros de otras salas de bingo.

Es entonces cuando entra en acción el Grupo Juan Padrón, pues estos gestionan los Bingos Hespérides, Victoria y Ópera; los tres en el entorno de Mesa y López. El Colombófilo decide entonces llevar a los tribunales la resolución del Gobierno. En julio de 2002 el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) falló a su favor puesto que en el momento en el que Presidencia, consejería de la que dependen las actividades clasificadas, decidió rechazar la petición de traslado llevaba dos meses en vigor un decreto ley que rebajaba la distancia entre bingos a solo 200 metros. Tendrían que pasar cinco años para que el ejecutivo autonómico decidiera acatar la sentencia.

Mientras esto ocurría en la zona del Puerto, el Grupo Juan Padrón intentaba abrir, bajo la entidad mercantil Bingo El Faro, una nueva sala en la calle Suárez Naranjo, 36, esquina con Pamochamoso. La empresa solicitó autorización de apertura en 2005. La petición, en la que se incluía un informe de viabilidad favorable, no fue resuelta y notificada por parte de la Administración. Dos años más tarde, la Colombófila decide trasladar la autorización para abrir en Mesa y López, respaldada ahora por el TSJC, a Carvajal, 5, el que sería después Bingo Avenida.

Ante tal jugada, los de Juan Padrón deciden interponer un recurso ante la administración, pues la ubicación del Avenida les impedía abrir en Suárez Naranjo al no respetarse las nuevas distancias acordadas por el Gobierno de Canarias entre salas de bingo: 750 metros. El pleito judicial fue estimado por parte del TSJC en 2009, de tal manera que quedó anulada la autorización para el local de Carvajal.

La Colombófila decidió entonces recurrir, de tal manera que se desarrolló un entramado judicial que alcanzó el Tribunal Supremo. La alta instancia dicta a favor de los de Juan Padrón en septiembre de 2013 y señala que el local de Carvajal debe volver a su anterior ubicación. A raíz de esta resolución, la viceconsejería de Administraciones Públicas ordenó la clausura inmediata del Bingo Avenida; por lo que Canabingo, empresa gestora de la sala, cesa el negocio el 2 de febrero de 2018, hace justo un año.

Ante este escenario la Colombófila inicia los trabajos para acondicionar el local de Mesa y López 54 como sala de bingo, una ubicación a la que renunciaron en 2007 para abrir en Carvajal. Fuentes del Grupo Juan Padrón aseguran que estos "no deberían poder abrir allí, porque nunca ha existido en ese local un bingo". Según estos deberían regresar a La Ciel, en Vecindario, último local que explotaron con la autorización que operaban en los noventa en Mas de Gaminde.

Urbanismo emitió un informe favorable al nuevo bingo Avenida el pasado 25 de enero al entender que "existe compatibilidad con los usos de la zona". Y la viceconsejería de Administraciones Públicas autorizó la apertura la semana pasada. Una acción en base a la resolución del TSJC del 2002, la cual les daba la razón para poder abrir en Mesa y López.

Esta decisión no ha sentado bien en el Grupo Juan Padrón, quienes aseguran que volverán a recurrir. Ya denunciaron el año pasado las obras en el local, algo que, bajo su punto de vista, no es legítimo al haber otros bingos a menos de 750 metros de distancia y producirse "efecto de aglomeración". Este periódico ha intentado ponerse en contacto con Javier Alemán, representante legal de Oper Canarios y el Club Colombófilo, sin éxito.

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