Las reparaciones navales son el futuro y toca a nuestra puerta. Tiende a pensarse que los Astilleros son cosa del pasado, una imagen congelada en la memoria colectiva entre hierros fundidos, diques secos y cascarones desvencijados que guardan relatos, en gris y sepia, sobre recintos portuarios. Nada más lejos de la realidad. Las reparaciones navales viven un momento de efervescencia en Canarias. Los datos oficiales hablan de un crecimiento del 5,4 % de la actividad industrial en el Archipiélago en 2017, y buena parte del mismo se debe al sector de reparaciones navales, aupado por la creciente llegada de buques, cruceros y plataformas que precisan reparaciones y mantenimientos. Y la demanda va al alza. No como para competir, mucho menos desplazar, a los pilares del PIB canario: turismo y construcción, pero sí para ser actor principal en la construcción de un deseo, tan cacareado como necesario: la diversificación de la economía en las Islas.
Una oportunidad de oro para un sector de negocio que, además de generar empleo, supone millones de euros anuales. Una plataforma petrolífera tiene que pasar cada cuatro años por una revisión obligatoria para cumplir los criterios de seguridad. El coste de esta revisión para plataformas pequeñas oscila entre los tres y los cinco millones de euros. La inspección de una gran plataforma supera los treinta millones de euros, a esto hay que sumar el gasto del arreglo si hay alguna avería y las tasas portuarias, en conjunto, algo más del millón de euros. Un simple cálculo que nos sitúa ante cifras nada despreciables: una revisión rutinaria anual a tres plataformas grandes y dos pequeñas ronda los 150 millones de euros, aparte tasas portuarias y posibles reparaciones. Y hablamos de plataformas, sin contar los buques. La pujanza del sector de reparaciones navales arroja, por tanto, una perspectiva halagüeña que sitúa a la actividad portuaria a la cabeza en la contratación laboral y en la estabilidad de las Pymes del sector.
Y dicho esto, atraquemos. Para que esta realidad emergente no se convierta en espejismo hay que consolidar el negocio y ello pasa por contar con profesionales especializados en las nuevas demandas del sector de los Astilleros y las Reparaciones: soldaduras bajo el agua, reparación de maquinaria específica y trabajos con aplicación de nuevas tecnologías como las 3D para hacer levantamientos digitales de los planos de una plataforma o de un buque de cualquier tonelaje. Algunos astilleros canarios ya trabajan en esta línea proveyéndose de herramientas de última generación tecnológica como los llamados 'gemelos digitales', un dispositivo de almacenamiento creado por la NASA en 2012 y que, aplicado a la ingeniería naval, supone un ahorro de tiempo y coste que multiplica la competitividad de un astillero. Astican, por citar un claro ejemplo, ya trabaja en el que es el primer proyecto del mundo de dique seco con cajones flotantes de hormigón que dará servicio a buques de gran tonelaje.
Hablamos de industria 4.0, de Puertos inteligentes, cuyo eje principal es que todos los actores vuelvan a un punto de partida en el que si uno no se adapta se arriesga a perder todo pero, por contra, si funciona crea una serie de oportunidades sin precedentes de expansión y crecimiento. El potencial de esta `cuarta revolución industrial´ radica en que no sólo afecta a los procesos de fabricación, modifica y mejora las operaciones de negocio y el crecimiento de los ingresos, transforma los productos, la cadena de suministro y las expectativas de los clientes. Y debemos entender que esta `revolución´ exige cambios en las formas en que hacemos las cosas, tanto en los trabajadores, por las exigencias de nuevas cualificaciones y roles, como en los clientes, que esperan obtener una determinada experiencia mientras interactúan con las empresas. Las tecnologías relacionadas con la Industria 4.0 también pueden conducir a productos y servicios completamente nuevos.
Esta es la hoja de ruta que guía la cumbre Mid Atlantic Ship Repair & Supply Summit que reunirá en Gran Canaria (4 y 5 de abril próximos), a un centenar de expertos del mundo en todas las áreas de la industria naval. La visión de futuro exige una mirada global, y si la apuesta es por la llamada economía azul no podemos dejar de lado áreas de negocio en plena expansión como son el Transporte Marítimo, la Pesca, las Energías Renovables Marinas, Oil & Gas, la biotecnología Marina, e incluso, el Turismo Costero y Marítimo o la Acuicultura. ..Todo ello pasa, en mayor o menor medida, por los Puertos. Canarias tiene la oportunidad de situarse en el pelotón de cabeza de estas nuevas economías, sostenibles e integradoras, capaces de relanzar el volumen de actividad económica y el empleo. La ruta está marcada. Zarpemos.
Sergio Galván. Gerente de la Fundación Puertos de Las Palmas
