La Provincia - Diario de Las Palmas

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La capital tiene que restringir el tráfico de vehículos en el centro en cuatro años

La MetroGuagua, los carriles bici y la movilidad vertical, entre las medidas en marcha para reducir los coches l La circulación aumenta un 11% en la entrada sur

Vehículos atrapados en el nudo de Torre Las Palmas. LA PROVINCIA/DLP

El Ayuntamiento de la capital grancanaria dispone de cuatro años para reducir el tráfico de vehículos en el centro de la ciudad por orden de la Unión Europea, mientras el número de vehículos en las principales vías del municipio no para de crecer. En la entrada sur de la capital, por ejemplo, la intensidad media diaria de vehículos aumentó un 11% entre 2013 y 2016, según los últimos datos disponibles sobre aforos facilitados por el Cabildo de Gran canaria. Un porcentaje, que supone un aumento de 16.216 vehículos diarios en la GC-1 y que ha sido superado con toda seguridad en los últimos dos años.

El tráfico comenzó a disminuir a partir de 2008, debido a la crisis económica y el paro, alcanzó sus niveles más bajos en 2013, pero comenzó a remontar en 2014 y desde entonces no ha parado de crecer, como pueden comprobar perfectamente los automovilistas que sufren las retenciones y atascos en los accesos a la ciudad, en las horas punta. El Ayuntamiento tiene que afrontar ahora acciones que inviertan la tendencia.

La restricción del tráfico en las ciudades de más de 50.000 habitantes es una de las medidas que contempla la ley de cambio climático y transición energética, cuyo anteproyecto acaba de aprobar el Gobierno de España. Se prevé que a lo largo de este año, y una vez pasadas las elecciones, se le dé el visto bueno a la ley. El objetivo final de esta plan, que ya ha empezado a aplicarse en muchas ciudades españolas, es reducir a cero las emisiones de dióxido de carbono en 2050.

El Ayuntamiento no tiene de momento ningún plan concreto para hacer frente a esa reducción, aunque sí ha iniciado en el recién concluido mandato una batería de actuaciones que tienen como objetivo fomentar el uso del transporte público y de la bicicleta y la reducción del vehículo particular, así como el fomento de la compra de coches menos contaminantes. Es el caso de la instalación de la MetroGuagua, los carriles de bicicletas, la peatonalización de calles y la exención y bonificación de impuestos y tasas a los coches eléctricos. El proyecto para instalar escaleras mecánicas, ascensores y rampas en los riscos de la ciudad, cuya ubicación se está consensuando con los vecinos, es otra de las medidas en marcha.

El alcalde en funciones Augusto Hidalgo indica al respecto que la reducción del tráfico "es una realidad que viviremos todas las ciudades europeas y tenemos que ir avanzando de una manera ordenada, siempre con humildad y con el diálogo por delante y hay que convencer, pero siempre avanzando en esas políticas para no seguir colapsando la movilidad en la ciudad".

El parque móvil de Las Palmas de Gran Canaria, compuesto por 257.869 vehículos, es el responsable del 48% de la contaminación de la ciudad, junto a los automóviles que proceden de otros municipio, cuyos dueños vienen a diario a trabajar o estudiar, efectuar trámites administrativos, comprar o recibir atención sanitaria. Los expertos calculan que al menos el 30% del tráfico de la capital procede de otros municipios.

El resto de la contaminación está producido por el transporte marítimo y la central eléctrica y la potabilizadora de Jinámar.

Sin accesibilidad

Eugenio Reyes, portavoz de la organización Ben Magec-Ecologistas en Acción, está convencido de que la instalación de carriles bici y la introducción de un sistema de transporte de alta capacidad, como la MetroGuagua, reducirá el tráfico en la ciudad, pero considera necesario que se apliquen otras medidas. En cualquier caso, cree que se tardaría como mínimo veinte años en cambiar el modelo actual, que prioriza la movilidad, por otro que promueva la accesibilidad de las personas. "Tenemos un ratio de 800 coches por cada mil habitantes, casi un coche por habitante. Con ese ratio resolver un problema de movilidad no es fácil", sostiene Reyes. Añade que pese a que las ciudades se crearon para reducir la movilidad y favorecer la accesibilidad, la tendencia de los últimos treinta años "se ha centrado en sustituir la accesibilidad por la movilidad y eso es lo que ha disparado los problemas. La gente cree que los territorios de mucha movilidad son un símbolo de progreso, cuando es un síntoma de subdesarrollo. Los territorios que gastan un montón de tiempo y energía en moverse no lo dedican a producir y generar economía sino ruido económico. Los territorios que priman la movilidad frente a la accesibilidad fracasan como proyecto de progreso social y económico". "Las ciudades modernas", destaca, "son aquellas que han sustituido la movilidad por la accesibilidad y han reducido la huella de carbono. Tenemos un reto brutal. El cambio climático está ahí, es un hecho demostrado y ya nos encontramos con un escenario de no retorno en muchos aspectos. Tenemos que ponernos las pilas, descarbonizar el transporte y cambiar el actual modelo de gestión del espacio público".

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