La Provincia - Diario de Las Palmas

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Fiestas Fundacionales Las Palmas 2019/ Hijo Adoptivo

"Las Palmas se parece más a una sauna finlandesa que a una ciudad mesetaria"

"Habría que rehabilitar las viviendas que están al Poniente, la bestia negra de la arquitectura en Canarias", afirma el arquitecto Juan Palop-Casado

El arquitecto Juan Palop-Casado en la plaza de la Feria. JOSÉ CARLOS GUERRA.

¿Por qué ha elegido la plaza de la Feria para la foto?

Es un espacio libre que me encanta. Tengo el estudio al lado y suelo venir todos los días. Es un ejemplo de un espacio público con un alto estándar de calidad y de experimentación que no hemos vuelto a tener en esta ciudad. En la elección también había un mensaje que, si luego quieres, te explico.

¿Cuál fue la razón de que viniera a Las Palmas de Gran Canaria?

Estudié Arquitectura en Pamplona y no estaba a gusto allí, y acabé quinto aquí porque tenía que salir de allí. Luego, con una beca Erasmus, me fui a Oxford (Inglaterra). Esta es una ciudad, y conecto con el reconocimiento que me han otorgado de Hijo Adoptivo; aunque ya me ha dado suficiente y no hacia falta más, que fue para mi como un descubrimiento. Venía de vivir en Valencia y esto era lo más próximo. Pero tenía una especie de brutalidad o de fealdad bella, no sé cómo definirla que me cautivó desde el primer momento. Pero no solo la ciudad y el entorno, sino también la gente. Había una especie de informalidad que a mi me atrajo tremendamente. Siempre he llevado eso conmigo cuando he vivido fuera. Tengo además tres hijos canarios y probablemente sea lo mejor que les he dado, vivir en esta ciudad y que sepan distinguir una marea de otra, por ejemplo. Podría haber vivido en muchos sitios pero ha sido una decisión. Nací en Valencia de casualidad, mis padres no son valencianos, y siempre he sido de un lugar que no tenía que ser, y quería dar a mis hijos un pedrusco en mitad del Atlántico.

Esta ciudad tiene muchas cosas similares a Valencia ¿no?

Sí, pero el Mediterráneo no es el Atlántico. A mi me atrajo y estoy muy a gusto.

¿Cómo la recuerda cuando llegó?

Llegué en el año 1987 y luego, entre 1996 y 1999 viví en EEUU. Después, volví de pura casualidad, y saqué una plaza de profesor en la universidad. Se lo tengo que agradecer a Eduardo Cáceres y a Joaquín Casariego [profesores y arquitectos], el haber ido a EEUU y el haber vuelto. A finales de los años 80 la ciudad era más tosca; eso no quiere decir que no fuera interesante, no nos equivoquemos. La ciudad ha mejorado mucho pero probablemente, es una sensación que siempre he tenido, no estamos todos: técnicos, políticos e incluso ciudadanos, a la altura y las posibilidades que tiene. Ese es mi diagnóstico actual. No sé si hemos desarrollado todos sus potenciales, si la estamos mirando como una urbe del sur y no como una urbe imperfecta del norte.

¿Qué es lo que se está haciendo mal?

Más que mal yo diría que deberíamos insistir más sobre el espacio público. Deberíamos construirla sobre sus vacíos y no sobre sus llenos. Incluso la arquitectura puede pasar a un segundo plano, y esta plaza es un gran ejemplo. No estamos suficientemente apostando por un espacio público de calidad, que explote las fantásticas condiciones medioambientales, de buen tiempo, de vida al aire libre, sociabilidad de su gente, que tiene esta ciudad. No estamos apostando con intensidad por estos potenciales. Esa es la lectura que hago de Las Palmas de Gran Canaria, aunque no es una lectura pesimista, sino optimista.

En los últimos años se ha mejorado el entorno que da al mar pero ¿no cree que la ciudad ha perdido espacios verdes en su interior con esa idea de que la playa es el lugar primordial de esparcimiento?

Esa es una de las apuestas de las que yo siempre he hablado. Estamos en la capital del subtrópico, en el Nueva York del buen tiempo. Nueva York es al mundo financiero lo que Las Palmas es al buen tiempo, a esta idea de sol, de la buena vida. Y ese es uno de los temas, como te comentaba antes, que no hemos desarrollado. Tenemos que aprender a construir la ciudad más como un parque que como una ciudad del norte. Y ese es uno de los aspectos que queda por desarrollar. No deberíamos buscar excusas para poner árboles, sino que debemos pensar que vivimos entre árboles y plantas. Son miradas totalmente distintas.

¿Y por qué ha habido esa mirada hacia el Norte ?

El siglo XX es el de la industrialización y el norte. El siglo XXI es el de lo ecológico y el sur, donde se concentran gran parte de la biodiversidad del planeta, de la energía solar que éste va a tener que disponer, etcétera. Vamos con el viento de cola. Uno de los asuntos que me han llamado siempre la atención es que esta ciudad tenía que ser San Sebastián,Valladolid o Barcelona. Y esta ciudad está más cerca de San Diego, Casablanca, Miami. Nuestra franja medioambiental, forma de vida, nos acerca más a esas latitudes que a las que nos corresponden administrativamente hablando. Incluso el otro subtrópico: el que va por Chile, Sudáfrica; alguna vez he propuesto hermanar esta ciudad con ellas, y que Las Palmas sea líder, por las condiciones medioambientales, que permiten entrar en una farmacia o en el Corte Inglés en cholas, como decía un amigo de Valladolid. Es una anécdota pero define esta vida informal, relajada, pero que en el fondo exige una disciplina y una técnica tremenda para vivir en una ciudad en la que todos, en el fondo, estamos añorando: una ciudad más cerca de un parque y de un jardín, que explote esa condición medioambiental fantástica que tiene. Y no otros ejemplos, de otras latitudes, que probablemente se ajustan mal, aunque son más fáciles de ejecutar. Pero nosotros estamos donde estamos y tenemos que definir nuestros propios retos y éste creo que es uno de ellos.

¿El aprovechamiento de los barrancos son una oportunidad para ese planteamiento de ciudad del que habla?

De los barrancos llevo hablando hace años, incluso con la propuesta que hicimos de litoral [ganó ex aequo el primer premio del concurso para el Frente Litoral que planteó el gobierno municipal en 2009]. Este se construía a partir de la desembocadura de un barranco. Nuestra propuesta decía que el litoral de Las Palmas no es lineal y continuo, sino son diez desembocaduras de barranco y el espacio que queda entre ellos. Hay que entender que vivimos en un sistema insular de mayor escala, que trasciende a Las Palmas; aquí se cruza el sistema hidrológico de desagüe de una Isla que tenemos que habitar y ocupar de una manera imaginativa, respetuosa y sostenible. Creo que es otro de los retos tremendos que tenemos. Pero además es que los barrancos albergan una condición muy interesante. Las ciudades las hemos construido sobre los higiénico, lo seguro, sobre la ausencia de peligro, de sorpresa. Y esos barrancos representan todo lo contrario: lo impredecible, lo arriesgado. Los he recorrido todos, son nuestros Hyde Park, Central Park, y deberíamos colonizarlos con el imaginario urbanístico y hacerlos formar parte de esta ciudad. No se puede pensar en el Guiniguada sin pensar que es un barranco. Y, después, ver las maneras para que ese espacio tenga esa doble condición de infraestructura verde y de espacio social. Y de un espacio social alternativo, donde la sorpresa, incluso el riesgo inesperado pueda ocurrir. Empezaríamos de ese modo a introducir en la ciudad ese tipo de valores con el que no hemos construido la ciudad del siglo XX, donde los espacios debían ser seguros, asépticos y profilácticos y nada podía ocurrir.

Se camina hacia una ciudad sostenible, en materia de movilidad ya se ha comenzado a rodar pero ¿qué otros ámbitos serían prioritarios abordar bajo su punto de vista?

La movilidad es absolutamente clave y va a determinar cualquier otro tipo de acción. Por ejemplo, ciudades que se han diseñado con criterios de movilidad hacen de los nodos, de los puntos de salida e intercambio de transporte, nuevos barrios. Y hablando de esta ciudad, yo vengo caminando todos los días desde Triana al estudio, cerca de aquí; y es tremendamente agradable. La movilidad sostenible va a ser el vector-director con el cual vamos a tener que reorganizar la ciudad. Creo que en Las Palmas estamos insistiendo mucho en las bicis, y me parece muy bien, pero no se nos puede olvidar que hay una movilidad mucho más común y más saludable que es el pasear. Ser capaces de ir andando de un sitio a otro de una manera agradable es fundamental y, para eso, lo primero que hay que hacer; y por eso mucho de los conflictos que están habiendo con esta transición, es pactar las prioridades. Cuando uno hace un plan de movilidad sostenible, los carriles bici son lo último. Hay que pactar las prioridades y el peatón es prioritario sobre el coche. Hacer carriles bici es tremendamente sencillo. Probablemente, se está retrasando esa movilidad porque la política no esta consiguiendo esos pactos necesarios y se achanta. Lo que deben hacer es que ante un cruce coche-peatón, manda el peatón. Ese sistema de prioridades es el que una sociedad tiene que pactar antes de pasar a la segunda fase de las infraestructuras.

Osea, que nos podemos encontrar con que dejemos el coche y el problema sean ahora las bicicletas y los patines

Sí. Si para poner un carril de bicicletas tienes que ocupar la parte del peatón, estás siguiendo el mismo modelo de prioridad que el vehículo sobre el ciudadano. Y, ahora, en ese espacio residual que tenías para el peatón, metes un peatón y un ciclista. Cuando de lo que se trata es que la calle hay que repartirla y hay que quitar, de una manera pactada y progresiva, parte del carril del coche y dedicárselo a la bici. Y no siempre ir contra el mas débil. Ese es uno de los aspectos más delicados que me estoy encontrando en todos los proyectos que estamos haciendo; es lo que se llama la pirámide de prioridades. Poner al peatón encima de todas las cosas sobre cómo se han construido hasta ahora las ciudades y se ha urbanizado Canarias en los últimos 40 años. Tanto es así que, en el plan de carreteras de la Isla, no hay paseos y carriles bici. Lo tenemos tan interiorizado que cuando un consejero dice que hemos conseguido tantos miles de millones para carreteras y se le pregunta si son todas para coches te miran como si te dijeran ¿pero qué dice éste?

En esa pirámide de prioridades, aparte del peatón sobre el vehículo ¿qué estaría?

El tema energético es clave, aunque todo está cruzado. Y el de los residuos. Hay una relación directa, que yo estoy empeñado en trasladar, y que es la sostenibilidad con el comportamiento sostenible y el buen diseño urbano. Y me explico. Está demostrado que si usted quiere implementar una política de reciclaje no puede haber un contenedor a más de 150 metros de tu casa. Mapeé con una aplicación las ciudades de Canarias en las que estamos trabajando y detecté que el 60% de la población está a más de 150 metros. Lo mismo, cuando un político habla de abrir un centro de salud ¿cuántas personas van a poder ir andando y cuántas va a tener que tener 10 o 15 euros en el bolsillo para coger un taxi o ir en guagua? Lo cualitativo tiene que empezar a construirse sobre lo cuantitativo. No podemos obsesionarnos con decir que hemos puesto un centro de salud, sino preguntarnos ¿cómo lo hemos puesto?, ¿cómo va a llegar la gente?, ¿cuántos van ir andando, en transporte publico?. Y después el espacio público. En Canarias tenemos ligado el agua y la energía a la emisión de CO2, incluso toda nuestra industria turística y aeroportuaria. Y creo que podríamos hacer de esa condición no solo un problema, sino un reto en el que redefinir incluso la marca turística. Crear ciudades que fueran neutrales en CO2 o que compensen la huella de nuestros visitantes.

Se habla mucho de ciudad pero ¿y las viviendas, los lugares de trabajo? ¿Cada cuánto tiempo se deberían reformar, rehabilitar, para hacerlos más sostenibles y más agradables para la convivencia?

Lo primero que habría que rehabilitar son todas las viviendas y oficinas que dan a Poniente. En Canarias, el Poniente es la bestia negra de la arquitectura. Cualquier fachada a esa dirección hay que trabajar de manera especial porque el sol da de manera más intensa. Si se da uno una vuelta por la ciudad por la tarde verá viviendas blindadas con cortinas y toldos. La arquitectura, que en el fondo es una membrana que nos permite habitar el territorio, no está haciendo su trabajo y entonces empiezan a aparecer una serie de complementos que pone el usuario para protegerse. En la oficina tenemos un principio y es que no puede haber un vidrio expuesto al sol de Poniente en Canarias porque lo convierte en un horno. Habría que hacer una auditoría sobre todas las fachadas a Poniente. Eso ocurre porque venimos con esa estructura del norte de la que te hablaba pero, para el sur, el Poniente es un asunto importante, igual que el agua, y otras cosas. La idea de la obsolescencia del material va a terminar y va a aparecer otra que es la obsolescencia de la organización. En cuanto se permita el autoconsumo vamos a tener que rehacer nuestras casas; en cuanto el 50% de los vecinos de una comunidad, por ejemplo, asuma que se mueven en bici, van a tener que rehabilitar sus portales. Lo que va a pasar, y va a ocurrir de una forma acelerada, es que estos nuevos modelos de vida, ligados a una manera más eficiente y creativa de habitar Canarias, con todas sus peculiaridades, va a obligar a cambiar la normativa en cuanto que una comunidad de vecinos, por ejemplo, con un porcentaje mínimo, pueda aprovechar la azotea como huerto urbano. Los cambios van a ser semestrales, cada semestre va haber una comunidad de vecinos pidiendo que se puedan colocar bicis en el hall; una comunidad de vecinos que quiere un huerto ecológico y unos paneles solares en la cubierta porque la fachada a Poniente les obliga a tener unos gastos de aire acondicionado absolutamente inasumibles. Antes pensábamos lo que el patrimonio podía durar pero ahora, con este cambio de cultura ligado a los estilos de vida, someteremos a un estrés a los espacios en los que vivimos, se van a estar detectando ineficiencias o desajustes para nuestra nueva forma de movernos, de generar energía, de producir alimentos, etcétera.

¿Nos quedaremos sin calles comerciales visto el aceleramiento que está experimentando el comercio electrónico?

Mi tesis en Harvard fue sobre el shopping [las compras]. Hicimos incluso un libro en el 98 donde analizábamos todo esto, el fenómeno de Amazon. Ellos se anunciaban como un centro comercial tan grande que no cabía en las ciudades. Entonces detectamos lo que hacia Nike, la empresa de las zapatillas deportivas, y es que las tiendas no eran sitios de ventas, sino que la marca se relacionaba con sus usuarios y les ayudaba a diseñar sus propias zapatillas, a corregir lo que no les gustaba. No vamos a quedarnos sin comercio de calle pero creo que éste va a comenzar a ejercer una labor social, ya hay en alguna ciudad en la que los comercios diarios -el supermercado, la farmacia...- los dependientes han sido educados para detectar el alzheimer. De manera que las tiendas son mecanismos que pueden ayudar a detectar esa enfermedad, que sean sensores, incluso antes que el propio paciente vaya al médico. En la idea de ciudad inteligente, que está muy ligada al tema de la información y de los sensores, va a formar parte la gente, y eso es a mi lo que me interesa. Y volvemos al inicio de nuestra conservación, esta es una ciudad tremendamente abierta; lo podemos decir los que no somos de aquí, cosmopolita, donde uno es capaz de cruzarse con un parado y con el presidente de una asociación de empresarios medio desnudos en Las Canteras. Es una ciudad que, sin declararlo, tiene una serie de costumbres, que invita a la mezcolanza y que es además una virtud que deberíamos resaltar. Se parece más a una sauna finlandesa que a una ciudad mesetaria.

Volvamos al principio de la convervación ¿por qué eligió la plaza de la Feria?

Esta plaza podría haber sido como la de Santa Ana, porque tiene dos instituciones, dos poderes que la flanquean, y, sin embargo, es una unidad con más carácter que incluso la propia arquitectura de los edificios. No es subsidaria, no es un espacio que está para representar la magnificencia de esas dos instituciones y arquitecturas, sino que es pura sociedad civil en funcionamiento. Es muy bonita, no te dice además cómo te tienes que sentar porque muchas veces el espacio público nos pone unos bancos para que nos sentemos de una sola manera, y aquí puedes estar sentado, tumbado, en el césped, dar vueltas, como yo hago muchas veces. Vienen enamorados, gente de resaca, mayores, jóvenes.Te puedes esperar una manifestación, un concierto, o simplemente gente tomando el sol que, sin embargo, se está mirando. Eso me ha fascinado. Es un ejemplo de cómo tiene que ser un espacio publico, que debe de dar oportunidades y que no te determine cómo comportarte. Y eso que está maltratada, descuidada. Trabajar el suelo y no el objeto, eso es lo interesante. Como por aquí cerca y me suelo sentar bajo los laureles y, a veces, pienso: quizás solo lo que tengamos que hacer es plantar laureles, para obtener una sombra fantástica. Me encuentro además con unas señoras colombianas que creo que también echan de menos esa especie de frondosidad de su país. Hay que pensar que vivimos entre árboles y, en zonas como Canarias, bajo un laurel hay diez grados de temperatura menos. Y no piden nada. Y encima compensan con CO2. Crear zonas de sombra, que en estas latitudes aún no hemos construido bien, es otro tema que en el estudio estamos trabajando. Para mi, lo más importante, es ahora mismo construir de una manera sostenible y creativa en esta tierra. Creo además que es un laboratorio perfecto para exportar a todo el mundo meridional como si fuéramos el centro, Nueva York.

En corto

  • 1 ¿Qué recuerdo especial tiene de Las Palmas de Gran Canaria?La primera imagen, y que me sigue reverberando en mis proyectos, es el club Metropole. Me impactó ver que estaba en un hoyo y que podías ver el mar.
  • 2 Si pudiese cambiar algo de la ciudad ¿Qué cambiaría?Deberíamos tomarnos más en serio el espacio público, ser mas ambiciosos. No se nos deberían caer los muros, que son una seña de identidad.
  • 3 ¿Qué es lo que más le enorgullece de su trayectoria profesional?De haber reunido en LPA estudio un grupo con distintas sensibilidades y talentos con el reto de habitar de un modo sostenible y creativo Canarias.

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