En vilo y a la espera. Los vecinos del número 148 de la calle Párroco Villar Reina, en el Barranquillo Don Zoilo, siguen sin poder acceder a sus casas después del incendio que calcinó parte del inmueble a última hora de la tarde del jueves. Las dos personas que tuvieron que ser hospitalizadas en el Hospital Doctor Negrín por inhalación de humo ya han recibido el alta y se vieron obligadas a pasar la noche en casa de familiares, al igual que el resto de vecinos del edificio.

El inmueble cuenta con tres viviendas por planta, donde residen en cada una de ellas tres hermanos de una misma familia. Manuel Talavera, quien reside en la planta baja junto a su esposa y su hijo, se vio obligado a pasar la noche en casa de su hijo mayor a duras penas, pues no se marcharon de las inmediaciones de su vivienda hasta bien entrada la madrugada. "No hemos pegado ojo", apunta visiblemente cansado mientras observa su casa desde fuera. El edificio se encuentra precintado por la Policía Local y estará custodiado por una patrulla hasta que puedan volver a sus casas.

La nueva concejala de Servicios Sociales, Carmen Luz Vargas, ha anunciado que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria les ofrecerá a las tres familias del edificio poder realojarse en el hostal Valencia hasta que puedan volver a sus casas, cuya fecha está por determinar.

El momento en el que se desató el incendio fue angustioso. Los vecinos hablan de un "estampido" que resonó en medio barranco. "Lo escuchamos y no me lo pensé, corrí a bajar la palanca y a sacar la bombona de la cocina para evitar males mayores", señala Talavera. Segundos después su esposa y su hijo salieron a la calle pero él decidió subir a la tercera planta para ayudar a su cuñado, de 71 años y con problemas de movilidad. "Lo aparté de la humacera y el fuego que estaban subiendo por el patio tragaluz", apunta. El hombre fue hospitalizado por inhalación de humo, al igual que la vecina del segundo, donde se originó el fuego.

Las llamas se desataron pasadas las ocho de la tarde y los Bomberos siguen por el momento sin poder determinar las causas que las originaron, según detallan fuentes de la concejalía de Seguridad y Emergencias. Todo comenzó en la segunda planta, en un cuarto de la vivienda que tenían a modo de trastero repleto de material inflamable. Entre los objetos peligrosos, los agentes tuvieron que sacar a la calle seis bombonas de gas calcinadas de esta parte de la casa.

El susto no terminó de abandonar el Barranquillo. No obstante, los vecinos dieron la voz de alarma a los bomberos por segunda vez poco antes de la una y media de la madrugada. "Se reavivó una llama en la azotea", explican. El susto les volvió a sacar de sus casas una vez más. No obstante, el fuego en un principio pasó del segundo al tercer piso y afectó a la azotea del edificio, donde quedaron los rescoldos.

Talavera pudo entrar un momento a su casa tras el apaciguamiento de las llamas. "La parte de atrás, donde el tragaluz, es un desastre", apunta. El agua de las mangueras se filtró a través del techo y mojó gran parte de sus pertenencias. Mientras, el calor afectó en parte a su patio, explica este vecino. La vivienda superior, donde se originó el fuego, si quedó "bastante" dañada.

Por último, la tercera planta se quemó principalmente la zona de la azotea, pues el patio actuó a modo de "chimenea". No obstante, la humacera creó un auténtico espectáculo desde las laderas de Schamann y Altavista.