La Provincia - Diario de Las Palmas

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Entrevista | Alfredo Herrera Piqué

"El grado de conservación de Santa Ana es de lo mejor de la ciudad"

"La configuración del poder administrativo y religioso en el mismo espacio es único, no se da en la Península", señala el abogado y escritor

El escritor Alfredo Herrera Piqué, ayer. yaiza socorro

¿Qué peculiaridades tiene la plaza de Sana Ana frente a otros espacios españoles similares?

Todas. La fundación de Las Palmas de Gran Canaria (1478) pertenece al reinado de los Reyes Católicos, que implantaron un modelo moderno de monarquía. En este nuevo modelo figuraba la organización territorial de los municipios y de los ayuntamientos para contrarrestar el poder de la nobleza en el ámbito local. Dos años después de la fundación de la ciudad, las Cortes de Toledo (1480) aprueban la constitución en cada villa de la Casa del concejo, lo que sería hoy el ayuntamiento. En las ciudades de la Península existían entonces las plazas donde se levantaban las iglesias y en las que se celebraba el mercado de abastos, de ahí que los ayuntamientos se fueron instalando junto a las plazas de abastos. Pero en Las Palmas no existían aún plazas de ese tipo porque se estaba configurando como ciudad. En 1494 el Fuero Real de Las Palmas otorgado por los Reyes Católicos a la villa ordena crear la Casa del concejo en aquella plaza del lugar convenible y coincide con que, a principios del siglo XVI, se está levantando la nueva sede catedralicia en la que sería la plaza de Santa Ana. En 1511, el concejo solicitó incluso a la corona dinero para edificar su sede, que se terminaría en 1518. Se configuraron pues dos poderes en el mismo espacio: el administrativo, con el Ayuntamiento y la Real Audiencia, y el religioso, con la Catedral y el Obispado. De ahí lo de plaza institucional integradora, que indicó en el propio título del libro, del poder de la corona y de la iglesia. Esa configuración no se da en la Península; sin embargo, en las plazas hispanoamericanas que se construyeron posteriormente a la constitución de la ciudad se seguirá este mismo esquema. Se formulan además como focos de desarrollo urbanístico, en forma de cuadrícula o damero, que no fue posible en Las Palmas de Gran Canaria porque Sana Ana está al borde del barranco de Guiniguada.

¿Se ha mantenido intacta en estos cinco siglos?

El diseño de la planta rectangular es el mismo. La línea fue marcada primero por la Catedral, el Obispado de Canarias y la Real Audiencia y, posteriormente, por el Ayuntamiento. En el costado sur se situaron las casas principales de la ciudad. Tiene la misma distribución, por ejemplo, que la plaza de Lima (Perú), aunque la Real Audiencia es aquí sustituida por el palacio virreinal. Ha habido reposiciones importantes como el ayuntamiento, que era una joya arquitectónica renacentista pero que se incendió en 1842. También la propia fachada de la catedral, que había concluido en 1570 con un etilo gótico en su interior. Al reanudarse las obras del frontis en 1781 se hizo, sin embargo, en estilo neoclásico, que redujo la longitud de la plaza de Santa Ana. Otra curiosidad es que el edificio renacentista del viejo ayuntamiento fue prototipo para otras ciudades que se construyeron posteriormente como Sigüenza (Guadalajara). Lo mismo ocurrió con la Catedral; la Catedral de Santo Domingo, la primera que se levantó en América, tiene influencias de ese Gótico atlántico que se trasladó de la Península al Nuevo Mundo al pasar por las Islas. Pero más de lo que se ve, de lo que hablo en mi obra es de lo que no se ve. Y es que Santa Ana se trata de una plaza integradora de los poderes administrativos y religiosos, construida en el siglo XVI y no en el XX como algunos creen. He pedido al ayuntamiento que instale una placa para que lo indique.

¿Hay alguna curiosidad en los edificios que la circundan?

La Catedral se inició antes que el Ayuntamiento, y el Obispado de Canarias tuvo que hacer una permuta para su construcción porque los solares eran propiedad de uno de los conquistadores de la Isla. El trueque fue por unos terrenos que la Iglesia tenía en Tamaraceite. En el antiguo Ayuntamiento se encontraba también la Real Audiencia de Canarias, la segunda que se había creado en Ultramar, y la prisión. El consistorio estaba en la planta de arriba, a la izquierda, y, a la derecha, la Audiencia, debajo de ella la cárcel. El presidente de la Real Audiencia vivía en la Casa Regental, al lado de la del Obispado, y para que fuera a la Audiencia sin pisar la calle se realizó una pasarela aérea en el callejón que había entonces para que pudiera pasar de su residencia al palacio. Las casas privadas, como es lógico, han cambiado. En la que hoy está el Archivo Histórico provincial vivió durante 30 años el escritor José Viera y Clavijo y en la que fue Casa Regental estuvo provisionalmente el Cabildo de Gran Canaria cuando, durante la invasión napoleónica, se constituyeron juntas de gobierno locales en todas las ciudades para organizar la defensa de los lugares contra los franceses.

¿El grado de conservación de la plaza es bueno?

Es de lo mejor de la ciudad. Ha habido renovaciones importantes acomodadas a su tiempo, como es lógico, o por infortunios como el incendio del ayuntamiento. Pero en estos siglos, el conjunto arquitectónico se ha conservado muy bien, mantiene el mismo diseño y tipología de cómo fue configurada.

Hace unos años hubo una intentona para que el casco histórico de Vegueta

Fue mi lucha durante varios años. Hice un estudio de ocho tomos que se publicó en 2003 y que se presentó en la Fundación Guanarteme en 2006 y que se hizo llegar al ministerio de Cultura y a la reunión de las comunidades autónomas, donde se acogió muy bien, pero no se llegó a presentar en la Unesco. Entre 2007 y 2011 no sé lo que hizo la corporación sobre ese asunto porque hubo mucho oscurantismo al respecto. Déjeme decirle con palabras un tanto generosas y asequibles que la ilusión que se puso en esa idea [ser presentada como candidatura de la Unesco] terminó en la papelera. Los valores del centro histórico de Vegueta son estos de lo que le hablo: el carácter de puente marítimo de la civilización atlántica en el Nuevo Mundo. Pero los valores históricos trascienden más allá de la arquitectura como fue, por ejemplo, el de transmitir la caña de azúcar de unos plantones del Guiniguada. Desde ese punto de vista creo que se puede rescatar la candidatura.

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