Un 27% de la población de la capital soporta niveles de ruido superiores a los establecidos por la Organización Mundial de la Salud -45 decibelios- durante la noche, entre las 11 de la noche y las siete de la mañana, debido al tráfico rodado y a la actividad industrial. Así se indicó durante la I Jornada Técnica sobre el Ruido en Las Palmas de Gran Canaria, un evento organizado por la concejalía de Sostenibilidad Ambiental, y que reunió ayer a expertos nacionales y europeos en la materia en el Aula de Piedra del rectorado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Es uno de los datos obtenidos del Mapa Estratégico de Ruido, elaborado por la empresa Sincosur Ingeniería Sostenible para el Consistorio y que actualiza los datos existentes en el Ayuntamiento al respecto (2000). Se trata del primer paso para conocer dónde están los focos de contaminación acústica en la ciudad y concretar después acciones y medidas encaminadas consensuadas entre administraciones públicas y vecinos para reducir, paliar y prevenirla con el fin de hacer de Las Palmas de Gran Canaria una ciudad más saludable y cumplir así con los objetivos de la Unión Europea, que ya en 2002 estableció la primera directiva sobre el asunto. Y es que el ruido se ha convertido en un grave problema de salud para los que viven en las ciudades junto a la contaminación atmosférica y lumínica que puede provocar sordera, alteración del sueño, estrés, falta de concentración, fatiga, incremento de las enfermedades cardiovasculares, trastornos psiquiátricos e incluso la muerte.

El ingeniero técnico industrial de Sincosur Ingeniería Sostenible, Fernando López Santos, indicó que se han detectado en la ciudad 1.357 puntos que superan los 65 decibelios de ruido -promedio anual-, aunque no en todos hay una gran densidad de población, ni están situados cerca de zonas educativas y sanitarias, consideradas sensibles en este tipo de estudio. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los ruidos no deberían superar los 53 decibelios durante el día y los 45 decibelios por la noche.

La mayoría de estos focos están relacionados con las principales vías de tráfico rodado de la ciudad y su conexión con el Puerto, ya que el recinto portuario no es solo donde se produce la mayor parte de la actividad industrial de la ciudad, sino también es el principal punto de entrada de mercancía. En este sentido, las vías que conectan con los centros logísticos de distribución existentes dentro y fuera de la ciudad son las que más peso soportan.

Es el caso de la avenida Marítima, la Circunvalación, el nudo de Las Torres, Bravo Murillo, Néstor de la Torre tras las obras de la MetroGuagua en Mesa y López, Escaleritas, paseo de Chill y avenida de Juan Carlos I. Solo en 2015, Mesa y López, Escaleritas, paseo de Chill y zonas cercanas soportaban entre 70 y 75 decibelios.

El Mapa Estratégico del Ruido pone de manifiesto que hay que actuar con urgencia en 57 puntos de la ciudad: 29 se encuentran en zonas residenciales, 18 en zonas donde hay centros educativos y 10 donde hay hospitales.

Y es que el estudio, realizado entre 2017 y 2018 como resultado de encajar mapas existentes al respecto, mediciones con aparatos y otras variables, ha sacado a la luz que los escolares de esta ciudad soportan elevados niveles de ruido mientras estudian. De los 217 centros existentes en la ciudad, 166 se ven afectados por ruidos durante el día, 162 por la tarde y 179 por la noche.

Lo mismo les ocurre a los pacientes ingresados en los hospitales y clínicas. De los 34 centros ubicados en el casco urbano, 30 de ellos se ven afectados por molestias durante el día, 31 por la tarde y 32 por la noche.

En el mapa, sin embargo, no se contabilizan los ruidos que se producen en la ciudad con motivo del entretenimiento nocturno, de las terrazas y locales de restauración, los eventos culturales y los que se producen en las comunidades de vecinos, así como aparatos de aire acondicionado, puertas de garaje o de los provocados por la carga y descarga de mercancía, por poner algunos ejemplos molestos y conocidos por la ciudadanía, en general. Y es que, de momento, no han entrado en las mediciones exigidas por Europa, que solo solicita evaluar los ruidos provocados por el tráfico viario, la actividad industrial y los ejes ferroviarios y aeroportuarios en cada ciudad.

Todos los ponentes plantearon, sin embargo, la necesidad de contabilizarlo de algún modo estas molestias porque son, en ocasiones, las que más quejas producen en la ciudadanía.

Durante la jornada técnica, que fue inaugurada por el alcalde de la ciudad, Augusto Hidalgo, y la concejala de Sostenibilidad Ambiental, Belén Hidalgo, los expertos plantearon también algunas soluciones para paliar la contaminación acústica al margen de la consabida reducción del uso coche privado en pro del transporte público, la bicicleta y otros nuevos modelos de movilidad y el soterramiento de las vías como es promover los espacios públicos con arbolado para amortiguar el impacto del ruido, el que las nuevas viviendas que se construyan contemplen el confort acústico en sus diseños, el que se usen las medidas de sanción y control ya existentes en las ordenanzas y uno muy básico como es el de educar y promover la convivencia.