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Grupo Martinón compra el Hotel Fataga

José Moriana llegó en 1966 a la gerencia del establecimiento que abrió cuatro años antes siendo el único edificio de la calle l Hoteles THe explotará el enclave

Una de las primeras fotos que se tomaron del Hotel Fataga. lp/ dlp

Hoteles THe será el nuevo propietario del Hotel Fataga, ubicado en la calle Néstor de la Torre donde comenzó su actividad hace ya casi seis décadas. Prácticamente desde esos inicios, al frente de la gerencia ha estado José Moriana Santisteban, cuyo trabajo y visión de negocio convirtieron el alojamiento en pionero en la especialización en el turismo urbano y empresarial en el Archipiélago. Consolidado como uno de los principales referentes de la capital grancanaria, el enclave se sumará a los cinco que ya tiene en las Islas la cadena del Grupo Martinón a quienes Moriana asegura haber elegido para que continúen con la gestión del emblemático establecimiento que, según confiesa, ha sido tanto su "vida" como la de su mujer, Pepi Nadal y su familia.

Fue en 1962 cuando Nicolás Perdomo, abuelo de Nadal, abría el Fataga en la calle Galicia con un diseño de su cuñado Miguel Martín- Fernández de la Torre. El inmueble, que se convirtió en el primero de la vía que en aquella época estaba rodeada de arenales, contaba con 36 habitaciones dobles, un bar y una discoteca según recoge el plan estratégico para su reforma y ampliación que elaboró en 1989 Moriana. Él, precisamente llegó cuatro años después de la inauguración en un momento en el que negocio atravesaba una mala racha. "El deterioro era tal que le habían quitado la calificación de hotel y le habían dado la de residencia", recuerda quien pasó en 1966 a hacerse cargo de la gerencia.

Un trabajo que tuvo como punto de partida un exhaustivo estudio de la situación, con las miras puestas en darle un giro de 180 grados. "Hablé con mucha gente y empecé a aprender para poder renovar el negocio y le dije a don Nicolás que solo con 36 habitaciones no hacíamos nada, que o ampliábamos el hotel o era mejor cerrar", recuerda más de medio siglo después. Dicho y hecho. El propietario le entregó "una cartilla de ahorros" para comenzar el proyecto. Lo primero fue construir en el solar anexo propiedad de Perdomo una nueva edificación que quedó integrada con la existente sin que esta llegara a cerrar sus puertas durante la obra. Esto permitió crear 56 habitaciones más por lo que el establecimiento pasó a tener 92 estancias para la clientela.

En esta primera reforma que concluyó a principios del 70 también se remodelaron las instalaciones eléctricas y de agua, así como se hicieron un salón social y salas de reuniones, entre otros nuevos espacios como el bar y el comedor que abrían las 24 horas. Y es que el Fataga puso las miras en las tripulaciones de vuelo como clientela. "Ahí fue cuando empezó realmente la especialización del negocio, tanto del marketing como de los trabajadores". También se creó Fataga Sociedad Anónima para la gestión del enclave que tuvo que dar otro giro a su público objetivo cuando en 1976 Iberia inauguró el hotel con el que la compañía comparte nombre y donde empezó a hospedarse el personal de cabina.

Esto, sumado al boom turístico que se dio en el Sur de la Isla a principio de la década de los 70 hizo que las miras de Moriana se centraran en los hombres y las mujeres de empresas que acudían a la capital por temas de negocios. "Porque el concepto de centro de reuniones que pusimos en marcha es mucho anterior al de NH o AC". Esta apuesta le llevó a sobrevivir a los tiempos de crisis que se siguieron sucediendo a lo largo de los años en los que cerraron 46 establecimientos hoteleros en la ciudad. Tanto es así que en los 80 la planta hotelera se había reducido casi a la mitad, pasando de las 32.000 camas de los tiempos dorados a 15.000 -más del doble de lo que hay ahora-.

Pero ni las dificultades económicas ni la bomba que los independentistas del Mpaiac les puso en los 70, dado que le tenían alquilado el local de la esquina donde hay en la actualidad una joyería al Banco Central, hizo que el Fataga sucumbiera bajo la piqueta. De eso se encargaron Moriana Santisteban y Nadal que compraron la última parcela anexa al hotel en el año 76, si bien la segunda crisis de los crudos que vivió el Archipiélago poco después retrasarían la nueva ampliación y mejora hasta mediado de los 80.

Los trabajos arrancaron en 1984. "Fue un proceso muy estudiado", asevera José Moriana sobre la obra que se dilató durante un lustro dado que "se desmanteló planta por planta" el enclave alojativo sin cerrar. Pero a pesar de la incomodidad que supone una remodelación, al hotel nunca le faltaron huéspedes. "Pepe iba cliente por cliente todos los días y les gastaba alguna broma o se paraba a hablar con ellos", recuerda Nadal sobre el trato que su marido tenía para con aquellos que les elegían. Para Moriana precisamente la clientela ha sido una de las claves del éxito del Fataga, llegando a haber momentos en los que cuenta que ellos la seleccionaban. El otro motivo al que achaca el triunfo del negocio a pesar de todas las dificultades que ha tenido que atravesar es el personal. "Hemos tenido unos trabajadores maravillosos que han entendido el producto y se enamoraron del trabajo", asegura.

Un trabajo que Moriana Santisteban además confiesa que echará de menos. "Es que el hotel ha sido nuestra vida y de toda la familia, sobre todo de la presidenta del consejo de administración, la hija de don Nicolás, doña Soledad Perdomo", cuenta junto a su mujer. Ahora ha llegado el momento del relevo tras más de medio siglo de dedicación a un establecimiento que ha sobrevivido a base de esfuerzo y una constante búsqueda de la renovación para estar a la vanguardia en materia de innovación y, por ende, de fidelización a una clientela que les sigue eligiendo. Hoteles THe serán los encargados de continuar con la labor que ha hecho que el Fataga sea uno de los espacios hoteleros más antiguos de la capital donde sentaron las bases de la oferta alojativa para una de las principales tendencias de la actualidad: el turismo urbano. "Ellos llevan dos años gestionando la comercialización y aunque hemos recibido muchas otras ofertas de compra, todos los accionistas han estado de acuerdo con el comprador elegido", explica quien está a punto de cerrar una etapa.

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