La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Comercio | Avanza la peatonalización de la capital

Los comerciantes de la calle Galicia pisan los adoquines de la esperanza

Las actuaciones en la vía han generado malestar por los errores en la ejecución, aunque prevén beneficios en el futuro

Los comerciantes de la calle Galicia pisan los adoquines de la esperanza josé pérez curbelo

El ruido, el polvo y el ir y venir de obreros se convirtió en un serio inconveniente para los comerciantes de la calle Galicia, en la capital grancanaria, durante el año que duraron las obras que se llevaron a cabo para peatonalizar el entorno. Alrededor de 365 días hace que se inauguró esta vía y ya ha sufrido dos grandes remodelaciones por fallos en la base sobre la que se sustentaba el adoquinado. Dos meses después de ese segundo cierre, los comerciantes empiezan a respirar tranquilos y a ver la luz al final del túnel, sobre todo porque el tráfico rodado ya se limita a los vehículos de los residentes al dejar de transitar las guaguas. Los vecinos y empresarios se mueven entre el sentimiento de esperanza y el de hartazgo.

Estos días, con motivo de la Semana Europea de la Movilidad, el asesor de movilidad del Consistorio, Heriberto Dávila, recalcó que los vecinos de la calle Galicia, en el barrio de Alcaravaneras, habían variado su opinión con respecto a los trabajos para favorecer una movilidad sostenible en la zona, a la que en un primer momento vieron de forma reticente. Aunque lo cierto es que muchos creen que la ejecución de las obras ha sido "una chapuza", se muestran muy ilusionados con la potencialidad que tienen los cambios introducidos, pero sobre todo los que están por venir.

Juan Carlos De la Fuente es uno de los que más expectativas tienen puestas en la peatonalización del entorno de la vía y de la aparición de la MetroGuagua. "Toda esta actuación va a ser beneficiosa para la calle, sobre todo cuando finalice el plan de Mesa y López: todavía la gente evita esa zona por los trabajos, pero creo que nos va a venir muy bien cuando terminen", indicó en el mostrador de su joyería y compraventa de oro. La misma opinión tiene Manuel Fleitas, dueño de una tienda de decoración acuática. Según afirmó, cuando terminen todo lo que tienen pensado, y siempre y cuando no vuelva a haber más fallos de construcción, la calle quedará mucho mejor.

Fleitas asegura que ya han sentido una reactivación en el comercio del sector, con negocios que habían cerrado en su momento, pero que empiezan a florecer de nuevo. Uno de ellos, al que esperan ansiosamente los comerciantes, es una cafetería que dispondrá de una pequeña terraza. Ello provocará una mayor dinamización de la avenida e invitará a la gente a quedarse un rato y no solo ir de paso, a apreciar las ofertas y mirar los escaparates y mostradores a su alrededor. Así lo razonó Iván González, dueño de una peluquería que está justo al lado del nuevo establecimiento, quien cree que abrir una vía peatonal "siempre es muy positivo" sea donde sea, pero sobre todo en una zona como esta, por la que transitan cada día cientos de personas.

Con todo, si hay algo que se repite entre vecinos y dueños de locales es que las obras en la calle dejan mucho que desear. A los fallos y retrasos en la ejecución inicial se suma el hecho de que el trabajo no se hizo bien en un primer momento y ha obligado a volver a cerrar la vía e iniciar nuevos trabajos. Todo ello con los perjuicios que supone para los viandantes y comerciantes y con las molestias para quienes viven en los edificios. De hecho, desde que se terminaron las labores hace un año varias personas mayores han tropezado por las imperfecciones en el pavimento y han sufrido lesiones, algunas de ellas importantes. El desnivel en el firme, que se muestra claramente abombado a simple vista, o los pequeños escalones entre las baldosas son las causantes de estos sucesos.

Tampoco ha gustado a los vecinos de toda la vida que "esta chapuza", como califican las tareas de peatonalización, hayan significado también acabar con los viejos bancos que había en la calle. Los nuevos se han granjeado críticas porque no tienen respaldo y son menos cómodos que los anteriores, por lo que piden al Consistorio que los vuelva a colocar o bien dispongan de otros nuevos que sí los tengan.

Otros se quejan de que, con la peatonalización, han llegado también los perros. Pero más que de ellos, se quejan de sus dueños. "La gente es muy sucia, ve que el perro mea donde quiere y después piensa que con su botellita de agua con lejía se soluciona todo, y no es así", lamenta una de las vecinas del barrio de Alcaravaneras. Según De la Fuente, los malos olores cuando da el sol sobre las zonas orinadas son insoportables y afean mucho las actuaciones.

Pronto para analizar las ventas

Los comerciantes no han tenido tiempo para analizar si las ventas han mejorado o no a raíz de la peatonalización de la vía. Lo cierto es que las cuentas de 2019, a pesar de las dos remodelaciones a las que se han enfrentado, han mejorado en muchos casos, pero venían de un año muy malo en el que el grueso de las obras les perjudicó bastante. Todavía son cautos con lo que podría significar en sus ingresos la llegada de la MetroGuagua, aunque la sensación que se respira es de optimismo.

Rosana Agüero es la encargada de una tienda de productos biológicos y, aunque reconoció que no tiene muy claro si sus cifras mejorarán una vez terminen todas las actuaciones en la zona, sí que ve más movimiento de gente por la calle, sobre todo una vez que las guaguas dejaron de pasar por ahí. Una circunstancia que nadie sabe cuánto se prolongará en el tiempo. La que sí terminará pasando será la MetroGuagua, pero todavía queda algunos meses para que ello ocurra. Por su parte, el joyero Oliver Castro se congratula de la mayor afluencia de transeúntes que han experimentado aunque, en su caso, no se ha traducido en una "gran diferencia de ventas" con respecto a antes de que se acometieran las obras. Y propone que, para mejorar la afluencia de público, se lleven a cabo eventos y se pongan en marcha campañas comerciales en Navidad.

Tanto vecinos como comerciantes se quejaron en su momento del ruido y la polución que provocaban las cuadrillas de obreros en la calle. Los fallos que llevaron a retrasar medio año el final de la transformación siguen apareciendo y provocando que el descontento aumente, sobre todo porque no se entiende cómo una actuación nueva ha podido desgastarse tan pronto. Según González, ello se debe a que "la visión ha sido corta" y sentenció: "El reproche como ciudadano viene más bien por la mala eje

Compartir el artículo

stats