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Unas tiendas muy ilustradas

Una profesora y un diseñador crean un libro sobre tiendas de aceite y vinagre para niños

De izquierda a derecha, Cristián Piña Pino, ilustrador, Teresa Sosa Saavedra, autora del libro, y Beatriz Morales, editora. | | LP/DLP

Las tiendas de aceite y vinagre han sido toda una seña de identidad. La maestra Teresa Sosa Saavedra ha querido hacerles un homenaje con un libro infantil ilustrado por Cristian Piña Pino

Teresa Sosa Saavedra se crio en la tienda de aceite y vinagre que regentaba su abuelo en la calle Pedro Infinito de Las Palmas de Gran Canaria: la tienda de Paquito. Una realidad que era muy común en los 50, 60 y 70 del siglo XX pero con el tiempo ha ido desapareciendo. En 2019 decidió recorrer la Isla en busca de esos comercios tradicionales que todavía siguen con sus puertas abiertas y hacerles un homenaje en un libro. Teresa Sosa Saavedra, maestra de primaria de profesión, ha decidido llevar esta idea más allá y hacer una segunda publicación dirigida a un público infantil acompañada de ilustraciones del diseñador Cristian Piña Pino.

Con el título Tiendas de aceite y vinagre para niños el libro ha sido editado por CanariaseBook y está destinado a niños y niñas de entre 6 y 12 años. «Mi objetivo era hacer un homenaje a todas esas tiendas que han cerrado o que siguen todavía a día de hoy abiertas», señala Sosa Saavedra -llegó a visitar 37 tiendas aún en activo-, «pero la idea de esta segunda publicación era acercar esta realidad a los alumnos, divulgar ese conocimiento con un texto concreto y conciso para que conozcan una parte de su historia».

Tiendas de aceite y vinagre

El libro está compuesto por un texto sencillo, adaptado a niños en etapa escolar que explica cómo son, o cómo eran, este tipo de establecimientos, muy populares en pueblos y barrios hasta hace pocas décadas, recalca la autora. Las ilustraciones complementan la obra, «el autor ha dado en el clavo, porque las imágenes que ha dibujado reflejan la idiosincrasia de estas tiendas y amplían la visión del texto», apunta.

Las ilustraciones están ambientadas en esa época dorada del pequeño comercio, con mostradores y estanterías de madera, básculas y radios antiguas, palés con fruta, marcas de bebidas como Clipper o Nik, o una caja de galletas Bandama. «Investigué al respecto y pensé que lo mejor era dar ese aire a los años 50 y 60, muchas de esas marcas conocidas nacieron en esa época, de ahí el enfoque», indica Cristian Piña Pino, el ilustrador. «Para los dibujos me inspiré en películas de Disney de entonces, como Los Aristogatos, con una mancha de colores desaturados, con líneas que no terminan de ser precisas», explica.

Uno de los tenderos que salen en el libro está inspirado en el personaje del mayordomo de Los Aristogatos, aunque Piña Pino ha usado otras referencias; como el cómic español de los años 50 o personas reales. También sale una guagua con el modelo de las que había en la capital en esa misma época a las puertas, precisamente, de una de esas tiendas que todavía hoy día sigue abierta, Víveres Juana. «Busqué imágenes antiguas de cómo eran las tiendas y de cómo eran los transportes, quise plasmar bien esa época», señala Piña Pino.

Y es que los dibujos tienen todo tipo de detalle, que «recrean una imagen histórica» y «dan otra lectura al libro», precisa Sosa Saavedra. Entre mostradores y cajas de víveres, el ilustrador enseña cómo se distribuía una tienda de aceite y vinagre, a un lado los hombres echándose un pizco -de bebidas alcohólicas- y al otro las señoras comprando. También muestra la práctica del fiado con una mujer libreta en mano o las mesas repletas de quesos y chorizos de Teror, entre otros productos.

Al final del libro los autores han incluido una serie de pequeñas actividades didácticas; escenas en tiendas para pintar con colores, bocadillos en blanco para rellenar con la típica conversación entre amigos echándose un pizco o una sopa de letras con vocabulario ligado a estos negocios.

Los dibujos, coloreados con una técnica digital, fueron desarrollados por Piña Pino a lo largo de todo un mes y suponen su primer trabajo profesional, aclara. Este ingeniero de producto descubrió hace unos años que la ingeniería no era lo suyo, por eso decidió ampliar su formación y tirar por el mundo del diseño gráfico y la ilustración.

El libro ha sido una realidad gracias, entre otros, a la aportación económica de los ayuntamientos de Moya y Gáldar y de tres centros educativos. El CEIP Pepe Dámaso -donde Sosa Saavedra da clases- y el IES Schamann, ambos en la capital; y el CEIP El Trapiche, en Arucas. «Es un orgullo que hayan apoyado el proyecto, será una ayuda para que el alumnado conozca ese patrimonio etnográfico», indica la autora. De hecho, los dos municipios norteños se han comprometido a incluir ejemplares en todos los colegios y usarlos de manera didáctica.

«Vamos a aprovechar que este mes es el día de Canarias [el próximo 30 de mayo] para divulgar el libro para explicar qué eran las tiendas de aceite y vinagre en todos los cursos del colegio Pepe Dámaso, donde doy clases», apunta Sosa Saavedra. Este jueves  comenzarán con los pequeños de primero. «Otra actividad será que los niños vayan a tiendas de aceite y vinagre que tengan cerca de casa y se hagan una foto allí», indica.

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