Una gran pared junto a las escaleras que conectan las plantas del Real Club Náutico de Gran Canaria muestra un extenso palmarés que lo sitúa entre los más laureados del mundo. Cientos de nombres que ya forman parte de la historia del deporte se suceden en un abrumador listado que, entre otros honores, incluye 53 campeones del mundo, 34 de Europa y 329 de España, siete oros y diez diplomas olímpicos, un abanderado en Atlanta 96... Ciento trece años después de su creación «con el objeto de facilitar a sus socios toda clase de juegos lícitos y de sport, especialmente el Náutico», según rezaba su primer reglamento, la entidad continúa fiel a sus principios y con la vista puesta en consolidar su presencia en el extremo norte de la playa de Alcaravaneras a lo largo de esta década.
El Náutico ofrece a regatistas locales y foráneos una marina con más de 150 amarres que contribuye a hacer de Las Palmas de Gran Canaria un destino de entrenamiento para deportistas de elite en cualquier fecha del calendario, pero la entidad también desempeña un relevante papel en la divulgación de las actividades náuticas en la Isla. Organiza varias regatas durante el año y sus cursos estivales de optimist, windsurf o piragüismo suponen el primer contacto con el mar para cientos de jóvenes. Muchas de sus plazas de iniciación para el inminente verano de 2021 ya están agotadas.
Al margen de las actividades deportivas regladas, el club es una segunda casa para los aproximadamente 6.000 socios -lo que supone una masa total de unas 20.000 personas al sumar a sus familias- que en conjunto abonan más de cinco millones de euros en cuotas cada año. En la sede de las Alcaravaneras disponen de restaurante, pistas de padel, cancha de baloncesto, gimnasio o piscina, además de salones que pueden servir para cualquier evento, ya sea para los miembros de la entidad o para convocatorias abiertas a la sociedad. Esta primavera, por ejemplo, sus instalaciones se han sumado a la campaña de vacunación contra la Covid-19 a través de un convenio de colaboración para administrar las inyecciones al colectivo de mutualistas públicos.
El programa de actividades al que tienen acceso los socios es casi tan largo como el palmarés deportivo del club. A lo largo de la semana se suceden sesiones de masajes, yoga, inglés, coro, padel, baloncesto, aquagym, natación, cardio, ballet, parranda o salsa en turnos de mañana o tarde. Mención aparte merece el bridge: este clásico juego de naipes es otra seña de identidad del Náutico y sus jugadores también disputan títulos en competiciones nacionales.
En la terraza, uno de los temas de conversación más recurrentes este año es la situación de la propia sede, cuya titularidad se reparte entre una zona que es propiedad del club desde finales de la década de 1950 -la que comprende el área más cercana a la calle León y Castillo y la mayor parte del icónico edificio diseñado por Manuel de la Peña- y una concesión de suelo público y lámina de agua otorgada por la Autoridad Portuaria de Las Palmas. La relativamente próxima finalización de la concesión, dentro de siete años, ha puesto sobre la mesa dos opciones: su renovación o la compra de una porción de los terrenos por parte del club.
La Autoridad Portuaria rechazó en abril la posibilidad de ampliar la concesión, y recordó que en caso de aprobarse supondría un aumento considerable de las tasas de ocupación que debe abonar el club. La administración aboga por conservar la marina y sus aledaños como suelo público, al ser de interés portuario, y desafectar el resto de la parcela para venderla posteriormente al Náutico, que así se haría con el título de propiedad de la mayor parte del terreno que ocupa. Ambas partes ya han mantenido los primeros contactos para poner en marcha un procedimiento administrativo complejo. La tramitación del expediente, que necesita la aquiescencia de varios ministerios, se puede alargar varios años antes de materializarse por una cantidad que aún no ha sido estipulada.
El Club Náutico no ha facilitado datos actualizados sobre su situación financiera, pero en 2018, último año con cuentas publicadas en su portal de transparencia, cerró el ejercicio con un resultado de 315.243 euros. Sus presupuestos para 2020 planteaban ingresos por valor de 5,6 millones de euros y gastos por otros 4,8. La entidad también recibe subvenciones de varias administraciones públicas por la realización de actividades deportivas. En 2019 ascendieron a 143.830 euros procedentes, en su mayor parte, de la Dirección General de Deportes del Gobierno de Canarias.
