El 2 de Agosto de 1956, día de los Ángeles, nacía nuestra hermana Amalia, la tercera de siete hermanos. Para mí era la recién nacida más linda que había visto en mi vida. Belleza, delicadeza y ternura, que la han acompañado siempre. El 11 de junio se nos fue como había llegado, como un ángel.

Fue una mujer muy inteligente, alegre, luchadora, apasionada, trabajadora y cumplidora, en todos los sentidos, especialmente en su farmacia y en su laboratorio, siempre ofreciendo la máxima calidad y ese trato inteligente y distinguido tan propio de ella. Amantísima esposa y madre amorosa de sus tres maravillosos hijos, Enrique, Joaquín y Patricia, a quienes también ayudó para que pudieran acompañarse en sus vidas de otras personas estupendas. Encantada y feliz con su lindo y revoltoso nieto Alex. Cuidó mucho de nuestra madre, Mª Luisa Roca Suárez, quien cumplirá 96 años el próximo 29 de junio.

Mujer noble y disfrutadora, ha dejado una profunda huella no solo en la familia sino también en los numerosísimos amigos que, junto a Jesús Sanz, su marido y fiel compañero, han ido encontrando y cuidando con toda dedicación y esmero a lo largo de su vida. En Granada, donde estudiaron juntos, en Las Palmas, en Asturias, en Polonia y en la Culata (Tejeda)… por citar algunos de los espacios donde sembraron su amistad, su alegría y su generosidad sin límites. Se nos vino a morir a Barcelona, donde también queda el recuerdo de su lucha simbolizada en una palmera canaria que ella regaló a su familia catalana y que arraigó en el Montseny, a pesar de su frío invierno.

También se formó con nuestro padre, Joaquín Blanco Torrent, en el arte de los análisis clínicos y del buen hacer profesional, siendo, sin duda, una muy aventajada alumna. También, siguiendo la estela familiar, participó de jovencilla en numerosas regatas de Snipe en el Club Náutico de Gran Canaria y, ya en los últimos años, siguió enganchada a la vela a través de los barcos de crucero en nuestra isla -especialmente en el Guayre II, de tan entrañable recuerdo para nuestra familia.

Amalia se nos ha ido. Se nos ha ido muy pronto, pero nunca nos abandonará su energía, su alegría y su ejemplo de mujer llena de amor y generosidad.

Gracias, Amalia, por haber sido siempre tú.