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La capital analiza el sector ganadero para reducir costes de producción

El Ayuntamiento mapea las explotaciones ganaderas con el objetivo de favorecer el relevo generacional, fomentarlas y darlas a conocer sin causar perjuicios a los vecinos

Rebaño de ovejas en Las Palmas de Gran Canaria, la imagen pertenece a una exposición que será itinerante en colegios y centros cívicos de la ciudad. | | JAVIER GIL

La ciudad más grande del Archipiélago mantiene un destacado sector ganadero. Las Palmas de Gran Canaria es el segundo municipio en cabezas de ganado bovino de las Islas, pero además de la cabaña de esta especie cuenta con miles de ejemplares de ovejas, cabras, equinos, porcinos o aves. El Ayuntamiento capitalino ha realizado un diagnóstico del sector que traza una radiografía del mismo y que establece cuales son sus necesidades, donde destacan el aumento de los costes de producción y la falta de relevo generacional en ciertas cabañas. La crisis internacional de las materias primas ha encarecido, entre otros aspectos, el precio del pienso para alimentar a los animales.

El diagnóstico elaborado por la concejalía de Sostenibilidad Ambiental analiza las principales características, debilidades y fortalezas de las 69 explotaciones ganaderas registradas que existen en el término de Las Palmas de Gran Canaria; además la idea será favorecer el relevo generacional para garantizar la supervivencia del sector. «La idea es que la capacidad ganadera de la ciudad vaya en aumento sin causar perjuicios a los vecinos», indica Belén Hidalgo, edila del área, «la ganadería se tiene que ver como un espacio muy cercano, con productos de kilómetro cero, porque eso es salud y sostenibilidad».

Con el objetivo de paliar el aumento de los precios del pienso, Sostenibilidad remitirá en enero al Gobierno central un proyecto de Infraestructura Verde con el fin de captar fondos europeos, adelanta Hidalgo. «La idea será crear campos de plantas forrajeras con riego de aguas reutilizadas», explica. Los técnicos ya han comenzado a detectar zonas propicias donde ejecutarlo, «esto permitirá al sector que compre la menor cantidad posible de pienso».

«Este proyecto se enmarca dentro de la estrategia nacional de biodiversidad para aplicar proyectos en las grandes ciudades», indica la edila, con el objetivo de renaturalizar espacios degradados en zonas periurbanas. «Los pastores tienen falta de pastos naturales y traer el pienso de fuera no es muy sostenible», reseña. Uno de los lugares que los técnicos ya tienen en el punto de mira es el área de San José del Álamo.

Sostenibilidad quiere crear campos de plantas forrajeras para paliar el precio de los piensos

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No obstante, San José del Álamo es la zona con menos explotaciones ganaderas del municipio dentro del mapa de distribución que realiza el diagnóstico, con solo cuatro granjas -dos de estas son de gallinas-. En el lado contrario de la balanza se encuentra el área delimitada por el Guiniguada Alto -Maipez-, San Lorenzo y Almatriche, con 20. El resto se encuentran distribuidas por el resto de la corona periurbana de la capital; una ciudad que el estudio define como «tentacular» por tener un crecimiento que ha permitido zonas agrícolas a modo de resquicios entre la trama urbana y que corresponde con los barrancos.

Esto ha propiciado que existan explotaciones muy cercanas a distintos barrios. De las 17 ganaderías grandes ni las de caprino (tres), ni las de ovino (dos) provocan «a priori» problemas de convivencia urbana, según el diagnóstico. Eso sí, la memoria resalta que «si se quiere trabajar para una armonización de la ganadería con la ciudad, el trabajo habría que concentrarlo básicamente en las nueve granjas de más de 100 vacas».

Precisamente, la acumulación de estiércol y las consecuencias de olores o proliferación de insectos es uno de los principales reclamos de quienes viven cerca de las explotaciones. La concejala del área indica que el Ayuntamiento ya trabaja en esta línea; de hecho, la semana pasada ayudaron a una granja bovina en Los Giles a reparar una tubería facilitando el contacto con el Gobierno de Canarias. «Ahora tienen camas de paja nueva para las vacas, se retiró el abono sobrante y los animales, los ganaderos y los vecinos están contentos», explica Hidalgo.

Pastores profesionales

El diagnóstico resalta que la mayor parte de los pastores profesionales que quedan en Las Palmas de Gran Canaria -que no practican de manera exclusiva la ganadería estabulada en granjas- se sitúan en la zona de los lomos del Sabinal, Salto del Negro, El Fondillo y las laderas cercanas a Bandama. Según el estudio, estos son «posiblemente» los pastizales de menor calidad del municipio. Además, resalta que en el área del Dragonal y Pino Santo, antes muy activa en el pastoreo, esta práctica ha quedado como algo «residual» y la trashumancia ha desaparecido. En San José del Álamo, Tamaraceite y Los Giles esta también ha ido a menos; «la ciudad tiene más pastos que pastores», subraya.

En este sentido, el Ayuntamiento quiere «favorecer el relevo generacional» en base al mapeo; «los jóvenes pueden aportar I+D, tienen nuevos conocimientos y esto permite profesionalizar el sector», indica Hidalgo. También está sobre la mesa potenciar la actividad apícola, «las abejas crean biodiversidad y son las explotaciones más baratas y fáciles de mantener», asevera. Según el estudio, en la capital hay 113 colmenas; de las cuales se obtiene un producto de calidad, la miel, al igual que en otro tipo de explotaciones llegan a producir tres millones de kilo de queso artesanal al año.

El estudio resalta la presencia de explotaciones pequeñas de aves, conejos, cerdos o rumiantes -cabras y ovejas- que no están registradas por no llegar al número mínimo de animales para ser censadas; de las seis que hay de gallinas -animal que ha causado problemas de convivencia en varios barrios-, indican que estas son solo «una pequeña parte». «Muchas veces son de personas mayores, incluso quizá con animales en abandono», señala Hidalgo, «se pueden unir explotaciones cercanas o incentivar el relevo».

Para integrar mejor el sector con la ciudad, los ganaderos, especialmente las nuevas generaciones, han propuesto «ir a los colegios, para sensibilizar y recordar a los más pequeños de donde vienen la leche o los huevos». Además, la concejalía ha sugerido llevar a los centros escolares y locales cívicos de los barrios cercanos a las explotaciones la exposición de fotos que el fotógrafo Javier Gil ha realizado a los pastores y ganaderos del municipio; también hacer exhibiciones en vivo.

La ganadería de la capital en cifras

Explotaciones

69 granjas censadas

  • Con 69 granjas censadas oficialmente en el término municipal de Las Palmas de Gran Canaria, destacan las de ganado vacuno, con 24 explotaciones y 2.139 ejemplares; de ovino, nueve y 641 respectivamente; y de caprino, nueve y 847. Apícolas hay ocho con 113 colmenas -se trata de un sector en auge-; de equino hay ocho con 32 ejemplares; de gallinas seis y 45.872 ejemplares censados; de palomas tres y 2.929; y de porcino tan solo una con 26 cerdos

Ubicación

Guiniguada

  • El área delimitada por el Guiniguada Alto -El Maipez-, Almatriche y San Lorenzo es la que más explotaciones concentra, 20. Le siguen, El Fondillo y Guiniguada Bajo con 11; Sabinal y Marzagán, ocho; Dragonal, La Calzada, Tafira Alta y Siete Puertas, ocho; La Milagrosa y El Corcovado, siete; Tamaraceite y La Cazuela, seis; Tenoya y Casa Ayala, cinco; y San José del Álamo cuatro.

Tipo de suelo

Agrario o rústico

  • Por tipos de suelo, según la ordenación municipal, 22 explotaciones están en suelo agrario y 21 en espacios naturales protegidos, particularmente en Pino Santo; además hay 13 en suelos rústicos y una en un asentamiento rural. Por último, destacan 12 en suelo urbano o urbanizable -la mayoría de palomas, gallinas o de muy pequeño tamaño-. 

Por tamaño

20 explotaciones grandes

  • A través de este censo, 20 de las explotaciones son grandes por tener más de 100 animales: nueve de vacas, tres de palomas, tres de cabras y dos de ovejas. El estudio constata que hay muchas explotaciones pequeñas no registradas, serían menos de 10 ejemplares aproximadamente, en base al escaso número de las que sí están censadas -tres de cabras, cuatro de ovejas, siete de caballos, tres de gallinas, 12 de vacas y ninguna de palomas-.


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