La compañía eléctrica Endesa ha informado este martes de que a partir de este verano una de las dos chimeneas de vapor, la más pequeña, de la central de Jinámar será demolida, a la par que se retirarán sus turbinas, generadores, condensadores y otros equipos auxiliares.

"Las chimeneas de la central de Jinámar han sido todo un símbolo visual en el horizonte de acceso a Las Palmas de Gran desde que fueran levantadas en la década de los 70 del siglo pasado para dar cobertura energética a Gran Canaria", ha señalado la empresa en un comunicado en el que ha cifrado en 1,3 millones de euros el coste de esta medida.

Con la demolición de la chimenea también se llevará a cabo el desmontaje completo y retirada de material de los grupos de vapor 1,2 y 3, unos grupos "que llevan meses indisponibles".

"Toda una compleja operación de desmantelamiento sin precedentes en Canarias", ha señalado el responsable del área de Generación de Endesa en Gran Canaria, Luis Varela, quien ha apuntado que esta operación "cumple con los planes ya avanzados por Endesa para ir caminando en la línea de la descarbonización en Canarias y en un futuro orientado hacia las energías renovables y hacia nuevas unidades de generación gestionables y respetuosas con el medio ambiente".

Para Luis Varela "habrá un cambio en el paisaje de la zona con la desaparición de esta chimenea" y ha indicado que han optado por realizar la obra en distintas fases para hacer la instalación "lo más segura posible".

La chimenea ha sido sometida recientemente a reparaciones superficiales en su estructura exterior, "con el fin de mantener su integridad y garantizar la seguridad del personal que trabaja en la Central de Jinámar".

Las obras de reparación se hicieron necesarias por la caída de fragmentos de hormigón como consecuencia de la actuación corrosiva diaria del medio marino donde se encuentra enclavada.

"Será un desmantelamiento complejo que requerirá de varias fases y que tendrá que ser realizado por una empresa especializada en el tratamiento, segregación y valorización y posterior reciclaje de residuos. De hecho, hace apenas unos días que culminó el plazo de licitación de la obra a la que concurrieron cinco empresas y cuyas propuestas serán estudiadas por Endesa", agrega la empresa.

La altura de la chimenea a demoler es de 76,5 metros y un espesor en la base de 50 centímetros que se va reduciendo hasta alcanzar 32 centímetros en la cota superior.

El exterior está estructurado en hormigón armado, mientras que el interior dispone de un revestimiento de ladrillo refractario.

Los operarios de la Central de Jinámar accedían en el ejercicio diario de su trabajo a las partes más elevadas de la torre mediante un ascensor exterior a la chimenea que fue desmontada por cuestiones de seguridad en cuanto dejó de estar operativa.

La empresa que finalmente resulte adjudicataria del proyecto tendrá que instalar plataformas colgadas y apoyadas en la coronación del fuste de la chimenea y, una vez asegurado el acceso al interior de la construcción, se procederá a desprender el ladrillo refractario en dirección descendente y de manera manual.

"Queda descartada la demolición por voladura y, en principio, se optará por procedimientos como el corte hilo de diamante o con la intervención de robot demoledor con control remoto", especifica Endesa.

En cuanto a los detalles técnicos de los grupos 1,2 y 3 , que ya no están en funcionamiento, a lo largo de su vida útil han dado un servicio eléctrico de 726.278 horas de funcionamiento.

La Central de Jinámar ha llegado a albergar hasta cinco grupos de vapor -tres de los cuales se utilizaban además para potabilizar agua de mar-, tres turbinas de gas y cinco grupos de diésel.

El primer grupo se inauguró en 1972 y fue creado para cumplir la doble función de generar energía eléctrica y desalar agua para el suministro de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.

El segundo y tercer grupo estaba dedicado exclusivamente a la producción de electricidad y comenzaron a funcionar en 1975 y 1978, respectivamente.

Por su parte, el cuarto y quinto grupo entraron en funcionamiento en 1982 y 1984, respectivamente, cumpliendo también la función doble de producir electricidad y agua desalada.