La Asociación de Empresarios de Santa Catalina retoma la feria comercial en la calle Luis Morote en la que estuvieron presentes emprendedores que ofrecieron a los asistentes artículos de moda femenina y masculina, complementos, cosmética, alimentación, pintura, literatura, bisutería, entre otros. Además, esta iniciativa contó con el apoyo del Gobierno de Canarias y el Ayuntamiento de las Palmas de Gran Canaria.
La artesanía deslumbró este sábado Santa Catalina. La calle Luis Morote volvió a recibir a la feria comercial por que impulsa a emprendedores de toda la Isla. Por más momentos juntos, ese fue el lema elegido para esta edición que tuvo lugar ayer desde las 10.00 hasta las 20.00 horas y que sirvió para que 70 puesteros pudiesen promocionar sus marcas y tiendas.
Kilos de Arte arribó a la capital desde Telde para dar a conocer sus piezas artesanales hechas de resina. Karla Monzón es la creadora de esta marca que nació online hace tres años y tomó un impulso con la cuarentena ya que la emprendedora comenzó a publicar las piezas en redes sociales y tuvo una aceptación en el mercado que la hizo convertirse en autónoma.
«Utilizó distintos tipos de pigmentos, flores secas y varios elementos para las creaciones. Elaboro desde complementos, decoración de hogar, artículos de regalo y diversas cosas más», señaló Monzón, al tiempo que agregó que «a día de hoy puedo decir que vivo del arte y este es mi trabajo». La joven, reseñó que su marca nació cuando ella buscaba un método de evasión. «Yo quería buscar momentos felices y encontré la resina que me gustó un montón», relató.
Alejandra Tziouras, por su parte, es la creadora de Tezeta, una marca de bisutería hecha en metacrilato cuyas piezas son hechas por ella. Desde el 2018 comenzó confeccionando los complementos que están llenos de color y añade toques canarios y abstractos. Tziouras manifestó que agradecía esta iniciativa que promueve a los pequeños comercios. Su marca, por ahora, se puede encontrar a través de las redes sociales que llevan su nombre.
La Spiral es otra firma de bisutería que nació hace tres años, en Carrizal, y sufrió un parón a consecuencia de la pandemia por coronavirus. «Utilizamos acero, piedras naturales, madera y cerámica. Procuramos que sean de calidad, bonitas y que perduren en el tiempo», contó Abigail Colina, quien es la creadora de la marca.
Esta es la primera vez que se presenta en una feria en la capital, por lo que agradeció este tipo de iniciativas y recordó que pueden adquirir alguna de sus joyas a través de sus redes sociales. «Hay movimiento ya que estamos cerca de la playa y pasan cruceristas también y eso es bueno para nosotros», agregó.
La Bella Pulga es otra marca artesana que se dio a conocer ayer en la feria. Llegó a Luis Morote desde Arinaga de la mano de su creadora Isabel Meza quien hace tres años comenzó con el negocio tras otros tres en los que estuvo confeccionando la idea.
Su fuerte son los pañuelos que son diseños únicos, reversibles y añade diversas colecciones. Una de ellas está pintada a mano usando unos sellos de madera tallados a mano, otros que son tipo turbantes que se amoldan al tipo de cabeza, una especial para bebés y niños. Pero tienen algo en común, todos son tipo vintage, hacen alusión a los años 50 y 60 lo que le da un toque «exótico», según explicó la emprendedora.
Lovelo expone joyas fabricadas con las hojas de plátano y piezas hechas de barro
Las hojas de plátano también se hicieron presentes en la feria de Luis Morote. Y es que Idaira Boza llevó su marca Lovelo que creó en noviembre de 2020, la emprendedora utiliza la fibra de la platanera para confeccionar productos como salvamanteles y complementos para la mujer. También hace uso del barro para hacer piezas de cerámica como platos y otros recipientes que pueden usarse de diferente manera y a juicio del consumidor.
«Hago el proceso desde cero y mis productos son de necesidad actual y bajo demanda. De la platanera saco hilos tras dejar secar la planta y lo tejo luego a mano», reseñó Boza, quien por ahora solo ofrece sus artículos a través de las redes sociales.
Ludi Conde, por otro lado, es la propietaria de la boutique Urban Sweet One que se encuentra ubicada en La Vega de San Mateo. «Esta feria nos da la oportunidad de darnos a conocer en la capital ya que tenemos cinco años en el mercado con las dificultades que trajo el coronavirus y con estas iniciativas podemos mantenernos y exponer nuestros productos», indicó. En su tienda ofrece vestidos de fiesta, complementos de eventos, zapatos y artesanía. Algunos de los artículos son elaborados por ella. «Confecciono pamelas, bolsos, pendientes y estamos poco a poco con la ropa», añadió.
Pese a que tienen tienda física atienden solo por cita previa «tipo showroom» para darle al cliente una atención más personalizada, a la vez que se promocionan por las redes sociales que llevan el nombre de la marca.
La madera como pieza principal también se hizo presente en la feria. Doramas Hernández se trasladó a la capital desde Mogán para hacer una demostración de tablas de corte, de cortar pan, para el vino, para embutidos, salvamanteles, rodillos e incluso bates.
La empresa de carpintería data de los años 80 cuando el padre de este hombre decidió dar el paso y ahora, por estar jubilado, se encarga su hijo quien, además, construye cocinas, armarios a la medida y otras cosas más. Con este tipo de ferias busca dar a conocer el negocio, al tiempo que vende algunas piezas que pueden servir para el día a día.
Desde Brasil llegaron tres emprendedoras. Una de ellas es Nina Santos con la marca Beleza do Brasil cuya tienda física está en la calle Ferrera, cerca de Las Canteras. Entre sus productos están los bañadores brasileños, ropa y bisuterías hechas a base de capim dorado que es un producto ecológico típico del país sudamericano.
La marca teldense Kilos de Arte ofrece piezas creadas con resina, flores secas y mucho color
Santos, que lleva cinco años en la Isla, abrió su tienda hace cinco meses después de participar en varias ferias y recibir una buena acogida. «Me preguntaban si tenía tienda o dónde podrían encontrarme, así que me decidí a abrirla», sostuvo.
Mónica Ramos también llegó del país de la samba con bañadores y ropa deportiva a través de su tienda online Braszuca Sportswear. Mientras, Francielly Santos ofreció los vestidos de fiesta que importa desde Brasil y que vende a través de su marca Ca’ Francis. Estas dos últimas emprendedoras no tienen tienda física pero ofrecen sus productos a través de sus redes sociales y página web.
Las antigüedades y productos de segunda mano también formaron parte de la feria. Vintage Shop, situada en San Fernando de Maspalomas, fue la encargada de exponer piezas de cristal, estatuillas, platos, ropa y demás productos «de buena calidad. Todo lo que se pueda reciclar, antes de tirarlo busco gente que le pueda dar otra utilidad», recalcó el propietario Dietmar Wahlhvtter quien llegó a la Isla desde Austria a pasar un año y ya suma 33.
Essenah Gallery, por otro lado, es una tienda online de láminas decorativas, con lo cual su creador Atamán Romero ofrece el servicio de ilustración y diseño gráfico. Las piezas expuestas este sábado tenían «mucho contenido local, canario» como frases típicas y palmeras.
La calle Luis Morote estuvo desde el mediodía repleta de turistas y locales que disfrutaron del sol que arropó a la capital y de la feria. Una iniciativa que fue promovida por la Asociación de Empresarios de Santa Catalina y que contó con el apoyo de la Consejería de Turismo Industria y Comercio del Gobierno de Canarias, así como de la Concejalía de Desarrollo local del Ayuntamiento de las Palmas de Gran Canaria.
