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El lujo marinero del mayor velero del mundo atraca este otoño en Canarias

El Golden Horizon mide 162 metros y sus velas ocupan el doble que las del histórico Cutty Sark | Su construcción generó una disputa entre el astillero y la naviera que lo había comisionado

El Golden Horizon es el mayor velero del mundo y navegará por varios puertos españoles este otoño.

El mayor velero que surca en estos momentos los mares pasará por Canarias este otoño antes de atravesar el Atlántico. El Golden Horizon, un coloso de cinco palos con 162 metros de eslora cuya construcción generó una larga disputa entre el astillero que lo construyó y el armador que lo había comisionado, tocará los puertos de Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife con su selecta clientela –el pasaje más económico cuesta 3.500 euros– tras recorrer el litoral peninsular español desde Baleares. 

El primer crucero que realizará el Golden Horizon por puertos españoles será un viaje «en busca del sol» –así lo promociona el operador Tradewind– «entre los dos famosos archipiélagos españoles, Baleares y Canarias», que comenzará el 16 de octubre en Palma y concluirá el 26 del mismo mes en Santa Cruz de Tenerife. Entremedias, el buque, que navega con bandera de Croacia, también tocará los puertos de Málaga y Cartagena, además de dar un salto hasta aguas de Gibraltar y Casablanca. Quienes a partir de entonces quieran continuar en ruta hacia América aprovechando los vientos favorables del otoño atlántico podrán hacerlo en el viaje oceánico que arrancará un día más tarde siempre que reserven los 2.500 euros que cuesta como mínimo una plaza a bordo. 

Barco Golden Horizon, el mayor velero del mundo. TRADEWIND VOYAGES

El horizonte dorado que el velero vende a sus potenciales huéspedes es una evocación de los tiempos clásicos de la navegación a vela, aunque alejada de las penurias de aquel entonces. Quienes se embarcan lo hacen atraídos por promesas como los largos tiempos de navegación a vela que tiene previstos –la compañía que lo opera habla de un 70% del tiempo– aunque también buscan un ambiente de sofisticación como el que otorga su decoración interior, salpicada de motivos marineros y dominada por las maderas nobles y los apliques dorados. 

Balcones privados en las suites

Los cruceros masivos para varios miles de pasajeros tienen muchos camarotes interiores y venden los exteriores como categoría superior. Sin embargo, en el Golden Horizon las vistas son la norma; el privilegio de las suites se materializa en este caso en forma de balcones privados. La oferta de actividades a bordo puede resultar similar a la que ofrecen las navieras de megacruceros dedicadas a determinado tipo de público –catas de vino o showcookings, por ejemplo– aunque revestida aquí de exclusividad. 

Una disputa entre el astillero y la naviera que lo encargó llevó a su detención en 2021

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A bordo del Golden Horizon, los pasajeros que busquen algo más que tomar el sol en cubierta pueden realizar su bautismo de buceo en una piscina de cuatro metros diseñada con ese objetivo, aunque los principales entretenimientos acuáticos se encuentran a popa. Una vez en alta mar, el crucero despliega una plataforma en la parte trasera del barco que se acerca hasta el nivel del agua. Desde ella, los viajeros pueden practicar deportes como kayak o paddle surf.

En el aspecto gastronómico, el Golden Horizon también rememora los grandes salones de los antiguos trasatlánticos. En vez de los habituales buffets internacionales de los megacruceros, este velero dispone de un gran salón central donde se sirve la mayor parte de las comidas, siempre a la carta y con una oferta de platos que cambia cada día con guiños a las gastronomías locales de los puertos que visitan, además de un grill al aire libre y un piano bar en el que es posible degustar un tentempié mientras suena jazz de fondo.

Trampantojo de un barco clásico

En cualquier caso, ese ambiente clásico del Golden Horizon, el aura de leyenda de los mares con el que se presenta ante sus huéspedes, no deja de ser un trampantojo. Tras la apariencia de velero clásico que le aportan sus cinco mástiles –las 36 piezas de su velamen ocupan 6.347 metros cuadrados, el doble que el legendario Cutty Sark– y la decoración tradicional se esconde, en realidad, un barco que comenzó a navegar el año pasado tras una construcción no exenta de polémica con la que se buscaba replicar el modelo del legendario France II, botado en 1912 con una eslora de 146 metros.

Sobre el papel, el Golden Horizon ni siquiera iba a llamarse así. El buque fue un encargo de la compañía Star Clippers, propietaria de otros colosos a vela con los que realiza cruceros turísticos, al astillero croata Brodosplit. Debía haber entrado en servicio en 2018, pero las diferencias entre la naviera y el constructor acabaron en denuncias por incumplimientos de contrato. La atarazana dijo sentirse liberada de los compromisos con el armador y decidió darle salida por su cuenta, por lo que acabó concediendo su alquiler a la empresa británica Tradewind. 

Salón comedor del Golden Horizon, el mayor velero del mundo. TRADEWIND VOYAGES

La pugna por el barco incluyó un arresto en pleno viaje inaugural. Las autoridades británicas acabaron frenando la salida del Golden Horizon del puerto de Dover en julio del año pasado por la reclamación interpuesta por la naviera que había encargado su construcción. El barco pudo volver a navegar días más tarde, cuando Star Clippers confirmó que había recibido un primer pago de la deuda.  

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