La Base Naval de Las Palmas fue el escenario donde la Armada conmemora los cinco siglos de la primera circunnavegación de la Tierra que revolucionó la concepción del planeta.
No todos los días se puede celebrar un quinto centenario tan significativo como el de la llegada a España de Juan Sebastián Elcano a bordo de la Nao Victoria tras completar la vuelta al mundo, un hito histórico que supuso un antes y un después en la concepción del planeta. Ante tal efeméride, la Base Naval de Las Palmas se sumó a los actos conmemorativos que se han venido realizando en diferentes lugares del país como Sevilla y Cádiz.
El acto que estuvo presidido por el almirante comandante del Mando Naval de Canarias, José Lago Ochoa, contó con la asistencia del delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana; la subdelegada del Gobierno en Las Palmas, Teresa Mayans; el alcalde capitalino, Augusto Hidalgo y el consejero de Hacienda del Cabildo de Gran Canaria, Pedro Justo, entre otros.
El acto se desarrolló en la explanada del muelle donde están los atraques de los buques de Acción Marítima
La principal innovación con respecto a otros eventos que se organizan en el Arsenal tuvo que ver con la localización. El montaje habitual conformado por gradas y tarimas para los invitados se trasladó hacia la explanada del aparcamiento más cercano al muelle donde se encuentran los atraques de los buques de Acción Marítima Tornado, Relámpago y Rayo.
Contexto histórico
El guión del acto fue el mismo que el de anteriores ocasiones. Se inició con el saludo ante la llegada de Lago Ochoa, por parte de las diferentes secciones presentes: la Escuadra de Gastadores; la Unidad de Música del Ejército del Aire; la Bandera del Mando Naval y tres secciones, dos del Cuerpo General, y otra de Infantería Marina.
Seguidamente y con el ánimo de contextualizar la conmemoración, se leyó un texto en el que se hizo alusión a la gesta de Juan Sebastián Elcano, cuya «expedición duró tres años durante los que los navegantes sufrieron todo tipo de calamidades, privaciones, enfermedades y muerte». Sobrevivieron a la misión un total de «18 marinos de los 239 que habían comenzado el viaje», arribando a Sanlúcar de Barrameda el 6 de septiembre de 1522, tras «1.083 días de navegación y casi 15.000 leguas marinas recorridas». La primera circunnavegación de la Tierra se había completado.
José Lago Ochoa explicó que este acto venía a «sumarse a los centenares de actividades organizadas a lo largo de los tres últimos años por la Comisión Nacional para la conmemoración del quinto centenario de la expedición de la primera vuelta al mundo por Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano, celebradas tanto en territorio nacional como extranjero» e hizo hincapié en aquellas iniciativas desarrolladas en Canarias como por ejemplo «el izado de la bandera conmemorativa tanto en los reales clubes náuticos de las Islas como en diversos edificios públicos y algunos buques y embarcaciones» y «el descubrimiento de la placa de Elcano que da nombre al muelle situado en la Dársena de África del Puerto de Las Palmas», etcétera.
Homenaje a los caídos
Tras el discurso se llevó a cabo el homenaje a los caídos, en el que el almirante comandante, acompañado por el cónsul de Portugal en las Islas, Joaquín Juliá Quevedo, portaron una corona de flores con la guirnalda de la bandera española hasta el simbólico monumento situado en uno de los espacios ajardinados del recinto, culminando con una salva de disparos.
«Hay que tener mucho oficio marinero para celebrar y conseguir una hazaña así», dice José Lago Ochoa
El acto castrense se completó con el retiro de la bandera del Mando Naval, así como el desfile de despedida de todas las formaciones presentes.
A la finalización, Lago Ochoa subrayó que era «un día importante para la Armada y para España» y que «sobre todo, significa reconocer los valores de un navegante en circunstancias tan difíciles como las que concurrieron en la expedición de Magallanes y que culminó Elcano». Además, matizó que hay que tener en cuenta las condiciones en las que se acometían este tipo de travesías en el siglo XVI indicando que completaron el recorrido «en tres años, escasos de víveres y de agua, en unas circunstancias durísimas como siempre se encuentran en la mar». «Navegaban con unos barcos redondos, unos cascarones. Hay que tener mucho oficio marinero para celebrar y conseguir esa hazaña», apuntó. La jornada también sirvió, en resumen, para «ensalzar los valores del mar y lo que es la disciplina dentro de un barco, con un capitán que marca, una dotación que obedece y contramaestre que dirige, algo que sigue estando vigente 500 años después».
