El Bar Kojak es el más elegido entre los clientes de Glovo para pedir bocadillos de calamares en la provincia de Las Palmas y resiste desde 1975 junto al Mercado de Altavista.

En 1975 abrió un pequeño bar junto al Mercado de Altavista, en un momento en el que el barrio de Escaleritas estaba más vivo que nunca, con un gran número de comercios y locales rebosantes de clientes. Poco a poco, el Bar Kojak fue adquiriendo fama entre los vecinos y hoy, 47 años más tarde, persiste mejor que nunca de la mano de Miguel Ángel Vizcaíno. El éxito del establecimiento fundado por su padre les ha permitido a él y a sus seis hermanos abrir otros cuatro locales en la isla, con los que continúan el legado familiar.

Los bocadillos de calamares son su plato estrella, hasta el punto de haberse convertido en el bar que más vende esta comida a través de la aplicación de Glovo en Las Palmas. Cabe destacar que es la tercera provincia que más vende este plato a través de la aplicación, tan solo detrás de Valladolid y Zaragoza. El secreto de este plato, asegura su propietario, se encuentra en la materia prima local con la que se crea el bocadillo y en la condimentación que le dan a los calamares en las cocinas.

Para muchos vecinos del barrio se ha convertido en costumbre acudir a diario al Kojak y recoger algunos de los bocadillos más conocidos de la isla. El bar ofrece distintas opciones para todos los gustos, que van desde la versión tradicional de pan y calamares hasta los bocadillos a lo bestia, que añaden otros ingredientes como lechuga, queso, jamón y tomate.

El bar ofrece sus servicios también a través de otras plataformas como Uber Eats o Just Eat. "Yo pienso que es una herramienta necesaria. Hay tipos de comida que no te pueden llegar a tu casa como quieres, pero hay otras que sí. En este caso, un bocadillo se puede trasladar sin problemas, igual que unas papas o un refresco. El delivery lo que está demandando ahora es comida rápida para que te llegue a tu casa caliente", aseguró Vizcaíno sobre el uso de estas aplicaciones para el bar. Cuando comenzó la pandemia, fueron estas herramientas las que permitieron reabrir antes las cafeterías de la familia.

Bocadillo de calamares del Bar Kojak, elegido como el más elegido de la provincia por la aplicación de Glovo. Juan Carlos Castro

La novedad del reparto a domicilio y el uso reciente de las terrazas para sus establecimientos, conviven en el Bar Kojak junto a la tradición de sus platos y la fidelidad de sus primeros comensales. Tal es el caso de Fernando Quintana, dueño de un puesto de verduras en el Mercado de Altavista desde 1975 y que, tras convertirse en el primer cliente del bar, sigue viniendo a diario a comer al local.

En sus primeros años, los Vizcaíno comenzaron a adquirir fama por los bocadillos que vendían en la calle Juan Ramón Jiménez. Fue una década después de su apertura cuando Domingo, el mayor de los hermanos, comenzó a añadir otros ingredientes, como los huevos fritos, a los bocadillos y cruasanes, dando origen a los 'bocadillos a lo bestia' por los que es reconocido el bar.

El local, famoso por sus bocadillos, ha ampliado la carta para ofrecer platos tradicionales canarios

Desde 1975, los cambios que se han llevado a cabo se han centrado en modificaciones del aspecto exterior e interior del local y en ampliar la oferta de comidas. La carta engloba ahora platos tradicionales canarios como la ropavieja, el sancocho, los potajes o las sopas, entre otros, que están teniendo bastante éxito entre los clientes. El bar sigue siendo muy reconocido por sus bocadillos, pero cada vez acuden más personas para almorzar con su menú del día.

"Somos una familia grande y la influencia de mi padre fue muy positiva para todos los hermanos. Él nos enseñó lo que es la familia y la hostelería y a día de hoy seguimos todos unidos y nos dedicamos al mismo negocio", aseguró Miguel Ángel sobre su padre, que montó la cafetería tras llegar de África, donde trabajaba en el fosfato. Desde pequeños, sus seis hijos fueron dando sus primeros pasos en la hostelería en este local.

Los hermanos regentan actualmente cinco locales en total, de los cuales cuatro están ubicados en Las Palmas de Gran Canaria y uno en Teror. En la misma calle del bar se encuentran el Asador de Pollos Kojak y la Pizzería Chukuluky. Además de estos, son propietarios de otro bar con el mismo nombre en el barrio de Vegueta y de la Cafetería Pabeli, en Teror.

Las aplicaciones de reparto a domicilio "son una herramienta necesaria" para algunos tipos de comida, asegura Vizcaíno

Miguel Ángel ve que el futuro del negocio consistirá en seguir invirtiendo en la comida a domicilio, pues han notado un incremento de las ventas de este tipo, y en apostar más por las terrazas. "Antes los canarios veíamos el comer al aire libre muy de guiris, pero ahora lo tenemos como una opción para sentarnos a tomar una jarra de cerveza. Creo que el cambio será ese", aseguró Vizcaíno.

El barrio de Escaleritas ha vivido una transformación radical desde que el local abrió sus puertas en 1975. En esa época, el mercado que se encuentra al lado del local llevaba pocos años en marcha, pero atraía a muchos visitantes de la ciudad. Sin embargo, hoy solo ocupa 34 de sus 63 locales y la falta de financiación para la rehabilitación y promoción del lugar marcan el futuro del mismo.

En la actualidad se están planteando medidas para recuperar la actividad comercial en el mercado, como ayudas a los nuevos negocios, pero lo cierto es que el deterioro del edificio pone al recinto en una situación preocupante. Para la familia Vizcaíno, que cuenta con tres establecimientos distintos en esa zona, el estado del Mercado de Altavista les genera una preocupación importante.

Pese a que al bar le influye la situación del mercado, de donde acuden muchos trabajadores y clientes, el reparto a domicilio y las terrazas han permitido que los tres locales de la familia mantengan sus ventas entre los vecinos de la zona. Así lo demuestra el ajetreo del Kojak, a donde acuden todos los días clientes de toda la isla para comer algunos de los bocadillos más famosos de la capital.