La diosa fortuna regresa al bazar Ítaca por segundo año consecutivo

«¡Estamos como un flan!», exclamó Miguel González nada más descolgar el teléfono. Como si de Ulises en La Odisea se tratara, la diosa fortuna navegó por segundo año consecutivo hasta el bazar Ítaca de la avenida Rafael Cabrera. Este local, situado dentro del parquin de Triana, repartió un décimo del 88008, 400.000 euros, cuyo agraciado decidió ayer no desvelar su identidad.

«Solo llevamos cuatro años con la lotería y ya llevamos dos gordos; y eso que nos costó Dios y ayuda conseguir ser administración», resaltó González. Con lágrimas en los ojos, su empleada Gloria Benítez era la viva imagen de la alegría; «el año pasado no lo pude vivir, pero este sabía que era el mío», afirmó antes de desplegar en la entrada una banderola con la palabra «Felicidades».

Y es que en este bazar fueron previsores. «Compré la sidra desde hace cinco días», reconoce González. La intuición, lo llaman. «Me fui hasta Primero de Mayo buscando por los chinos la banderola, teníamos que tenerla porque íbamos a dar el premio», añadió Benítez. Una ilusión que contagiaron por todo el parquin.

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