David Jiménez Silva (Arguineguín, 8 de enero de 1986) llevará Canarias al Mundial de Rusia. El grancanario, que disputará su tercer y último Campeonato del Mundo, será el único representante del Archipiélago y, además, tendrá un papel protagonista en la selección española, de la que es uno de sus líderes. Desde su debut con España el 15 de noviembre de 2006 hasta mañana, cuando España debutará ante Portugal, el de Arguineguín se ha afianzado como uno de los mejores jugadores de fútbol del planeta y llega a la cita, 12 años después, en el culmen de su carrera tras haber realizado una temporada sensacional.

Así que Silva se presenta en el mejor torneo futbolístico entre países para poner la guinda al curso -y casi a su trayectoria- con el que sería su cuarto título con la Roja después de las Eurocopas de Austria y Suiza (2008) y de Polonia y Ucrania (2012) y el Mundial de Sudáfrica (2010). Sólo le falta la Champions, que será su objetivo para la 2018-19. Pero eso será más adelante, porque antes está llamado a ser una pieza fundamental en el equipo de Fernando Hierro, sustituto de última hora de Julen Lopetegui, quien le consideraba titular indiscutible no sólo por su calidad y su habilidad para crear juego, sino también por su nueva capacidad goleadora.

El centrocampista se ha destapado en la fase de clasificación como el máximo artillero de la selección por delante de cualquier delantero. Sus cinco goles -tres a Liechtenstein, uno a Israel y otro a Macedonia- ayudaron al pase a Rusia por la vía rápida y también a confirmar la teoría defendida por muchos de que España es capaz de jugar con el llamado falso nueve, es decir, sin un punta nato, y obtener resultados. Lopetegui, sin embargo, apostaba por el de Arguineguín en la mediapunta, algo escorado a la derecha y con un killer por delante.

La idea del seleccionador anterior, y se presupone que también del actual, es que Silva actúe más cerca del área de lo que lo hace en el Manchester City, donde Pep Guardiola le ha obligado a dar un paso atrás para participar más en la elaboración del juego. En cualquiera de los casos, el grancanario se desempeña con holgura porque su calidad es tal que puede jugar de casi todo. Su asociación con Busquets, Iniesta, Isco y el delantero de turno será una de las armas principales de la selección española en la búsqueda de su segunda estrella en la camiseta, esa que distingue a los campeones del mundo.

El de Arguineguín aterriza en Rusia después de haber conquistado con los citizens la Premier League y la Copa de la Liga inglesa de una manera brillante, sin embargo, sus éxitos deportivos no han impedido que su temporada haya sido complicada. El nacimiento prematuro de su hijo Mateo ha tenido al grancanario entre Manchester y Valencia, donde el pequeño estuvo ingresado hasta mayo en una Unidad de Cuidados Intensivos. Por fortuna, cinco meses después pudo abandonar el recinto hospitalario y con eso el futbolista, que el pasado 30 de noviembre renovó con el club inglés hasta 2020, recuperó la normalidad.

Ocho canarios

Por si el Mundial fuera poco motivo de por sí para engancharse a la televisión durante un mes y un día, los canarios tienen en David Silva un motivo más para hacerlo. El sureño forma parte del selecto grupo de ocho futbolistas del Archipiélago que acudieron alguna vez a la mayor cita futbolística internacional, aunque no todos lo hicieron con España. Fue el caso de Pedro Arico Suárez. Nacido en Santa Brígida, el centrocampista grancanario participó en el primer Campeonato del Mundo de fútbol de la historia, el de Uruguay 1930, pero lo hizo con Argentina. El jugador tuvo que emigrar al país sudamericano a los dos años de edad junto a sus padres y acabó vistiendo la albiceleste un total de 11 ocasiones.

La siguiente vez que hubo participación de futbolistas de las Islas en un Mundial fue 20 años después, en Brasil 1950, uno de los más recordados porque fue en él donde se produjo el popularmente llamado Maracanazo: la victoria de Uruguay (1-2) en el mítico estadio de Río de Janeiro ante la selección anfitriona. Allí, tres canarios jugaron con España: Luis Molowny -tinerfeño-, Rosendo Hernández -palmero- y Alfonso Silva -grancanario-. Todos ellos tienen el honor de haber conseguido la mejor clasificación de la Roja hasta el título de 2010 con un cuarto puesto.

Tuvieron que pasar otros 16 años hasta que el portero Antonio Betancort llevó la bandera de Canarias, en concreto, al Mundial de Inglaterra 1966, el último en blanco y negro. Pero no jugó. El guardameta nacido en Las Palmas de Gran Canaria fue como suplente de José Ángel Iribar, entonces indiscutible y referente tanto en el combinado nacional como en el Athletic Club de Bilbao. No disputó ni un sólo minuto, pero al menos tuvo la oportunidad de estar seleccionado entre los mejores de España, que venía de conquistar su primer campeonato internacional, la Eurocopa de 1964 de la que fue anfitriona.

Los otros dos jugadores canarios que participaron en una Copa del Mundo son de épocas más recientes. Pasaron 36 años hasta que Juan Carlos Valerón, en Corea y Japón 2002, cogió el testigo de Betancort y fue miembro de la selección dirigida por José Antonio Camacho que fue eliminada por la república coreana en un partido marcado por las graves decisiones arbitrales en contra de la Roja y que, a la postre, resultaron determinantes. En ese encuentro jugó 80 minutos, pero lo cierto es que el '21' fue indiscutible para el seleccionador: completó los partidos de octavos ante Irlanda y de la fase de grupos frente a Eslovenia y sólo se perdió cinco minutos del choque ante Paraguay y el partido completo contra Sudáfrica por descanso, cuando España ya estaba clasificada.

Luego, en Sudáfrica 2010, apareció el tinerfeño Pedro Rodríguez, que al igual que David Silva fue miembro de la selección campeona del mundo, la misma que cuatro años después, también con ambos en la convocatoria, fracasó. En la cita africana, Vicente del Bosque incluyó al de Abades en el equipo titular de manera sorpresiva en semifinales ante Alemania y en la final ante Holanda y Pedrito, que había despuntado ese curso en el Barça, fue protagonista con dos buenas actuaciones.

Cuarto máximo goleador

Ahora el grancanario se ha quedado solo como representante del Archipiélago, entre otras cosas porque Vitolo, el otro gran aspirante, y que había contado para Lopetegui durante toda la fase de clasificación siempre que estuvo en condiciones de jugar, finalmente se quedó fuera por culpa de una temporada muy floja. Uno de los objetivos del sureño en la cita que arranca hoy en Moscú es igualar o superar a Fernando Torres como tercer máximo goleador de la historia de España. Por ahora, ocupa el cuarto lugar con 35 tantos, tres menos que el Niño (38), nueve menos que Raúl González (44) y 20 menos que David Villa (55), el que más ha visto portería con la selección.

David Jiménez Silva debutó con el combinado nacional en 15 de noviembre de 2006 -al igual que Ángel López- en un partido amistoso en Cádiz, donde perdió contra Rumanía (0-1). Casi 12 años después, ya es leyenda. Formó parte del grupo que llevó al país a cosechar sus mayores éxitos futbolísticos y a partir de hoy, en Rusia 2018, el que será su último Mundial, quiere poner la rúbrica perfecta. El de Arguineguín es el encargado de llevar Canarias al mundo y también de guiar a una selección desestabilizada en las últimas horas hacia la recuperación de su trono de rey del mundo.