Hace falta una televisión de calidad, seria, responsable, creativa, que entretenga e informe con rigor, escuché al príncipe de Asturias en el Telediario de La 1 el martes en un acto organizado por la Academia de Televisión como homenaje a los tesoros vivos de nuestra tele. Es el germen de un archivo de entrevistas que guardará la memoria de los rostros más conocidos, y de los que han estado detrás de las cámaras. En la crónica se habló con Rosa María Calaf, tesoro de referencia de un periodismo sin estridencias, documentado, contrastado, brillante y creíble, y dijo la maestra que había que combatir la banalidad, la mercantilización y los sectarismos. Casi en paralelo nos enteramos de que tal vez Federico Jiménez Losantos está en la mente de Esperanza Aguirre como nuevo jefe de informativos de Telemadrid, por si alguien pensaba que la ruindad de sus ya apestosas manipulaciones no podía alcanzar nuevas cotas de ignominia.

Erre que erre, los cañonazos a TVE no cesan, es más, aumentan. No es nuevo que el jerarca del PP Carlos Floriano, una lengua muy atrevida, ataque la independencia de los informativos de la tele pública, que él, en esa mezcla de atrevimiento e ignorancia, dictamina que lo que hacen no es información sino ideología. Le encantan estos juegos de palabras, y seguro que se los curra para luego verlos publicados y besarse y darse un homenaje frente al espejo. Su partido prepara el terreno como un juez prevaricador, que sin embargo permanece mudo ante la flagrante banalidad, mercantilización y sectarismo que sufren los espectadores de las teles autonómicas. Para el PP, más vale manipulación en mano que cientos de tesoros futuros volando.